Jue 31.05.2012
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¿DE QUé ESTáS HABLANDO, WILLIS DRUMMOND?

Vasco y negro

Aunque sepa que Blanco y negro proponía un modelo de integración cariñosa, el cantante de esta banda guitarrera asegura que, “si no se reducen las desigualdades, las cosas no cambiarán”.

› Por Javier Aguirre

Es algún momento de 1985. En la ciudad de Iparralde, región francesa del País Vasco, cuatro niños ven por televisión la serie norteamericana Blanco y negro. Pero su personaje favorito no es el de Arnold Jackson, diminuto huérfano de hiperbólicos afrocachetes interpretado por Gary Coleman, sino Willis, su alto y flaco hermano mayor. Y ahora termina mayo de 2012 y esos mismos cuatro niños vasco-franceses, ya crecidos, integran la caliente banda de hard rock... Willis Drummond. Sí, el nombre que en la ficción tenía el hermano de Arnold, pero con el apellido Drummond, que recibía de su padre adoptivo Philip, blanco, sensible y millonario. “Esa serie era un símbolo del modelo norteamericano de integración, donde negros y blancos viven juntos y cariñosos”, explica al NO Jurgi Ekiza.

Igual, el cantante y guitarrista arroja: “Después del éxito, el actor que hacía de Willis, Todd Bridges, se quedó en el showbiz como vendedor de drogas, y un día le disparó a un tío y quedó encarcelado. La televisión, portavoz del sistema, presentaba un modelo que parecía funcionar, aunque el pobre negro acabó en la cárcel. Y la moraleja es que, si no reduces las desigualdades, las cosas no cambian”.

Esa alegoría sobre diferencias sociales e identidades fronterizas se expresa también en la música de Willis Drummond (disponible en el tenedor libre indie de Bandcamp), cuyo sonido de guitarras remite al Seattle de los ‘90. “Escribo las canciones en euskera, en francés o en otros idiomas, si estoy muy borracho”, aclara este rocker euskeraparlante que, como todos, rinde pleitesía a Fermín Muguruza: “El rock radical vasco ha sido muy importante en nuestras vidas, por motivos musicales y políticos, y Fermín es una figura muy importante de esta escena. Tiene que ver con lo que somos y hacemos; sin Negu Gorriak, seguramente yo no tocaría música”.

A la vez, Jurgi cita dos bandas argentinas: “Los Fabulosos Cadillacs han tenido bastante éxito, aunque no escuchamos mucha música en castellano. Pero sí puedo hablar de Cápsula, una banda formada por chicos de Buenos Aires que ahora viven en Bilbao. Si el rock argentino es tan bueno como ellos, tengo ganas de descubrir más”. La conexión vasco-argentina lleva a una pregunta inevitable: ¿La bielsamanía de los hinchas del Athletic de Bilbao, que llegaron a cantar “Bielsa, quédate” en la final de la Copa del Rey perdida contra el Barcelona, alcanza a Willis Drummond? “Hummm... no mucho, aunque sé que el Athletic estuvo tocando su música bastante bien”, apunta Jurgi. Es que, antes que el fútbol, prefiere el rock y las sitcoms.

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