“Si no se lo ganaba, yo salía a hacer un cacerolazo”, bromea Matías Chávez Méndez, atento al furor citadino en materia de protestas populares. Pero no está hablando del último grito palermitano, sino que está haciendo referencia al Martín Fierro de Oro que el mes pasado ganara la miniserie El puntero. “Nos merecemos un pedacito”, reclama por lo bajo el líder de El Chávez, la banda made in el oeste que tiene nombre de solista pero que son “seis monos arriba del escenario tocando”, tal como define Eugenia Insaurralde (voz). “El nervio popular”, la canción que escribió Chávez (voz y programaciones) especialmente para la miniserie protagonizada por Julio Chávez y Rodrigo De la Serna y cuyo video roló a morir, describe el pulso de la calle con el encanto del Sarmiento como figura estelar.

Con la estética implícita de un sonido que ocupa su lugar en un mapa de diferentes ramificaciones de cumbias, El Chávez propone algo que está lejos de lo que, por ejemplo, la cumbia villera nos tiene acostumbrados. “El sentido que yo le encuentro a hacer cumbia de esta forma es también poder hablar de otras cosas desde otro lugar y escribir de otro modo. Poder escuchar cumbia que sea divertida, que tenga conceptualmente el sentido de la cumbia, con todo lo que le agregamos, pero que las letras, no es que tienen que tener mensaje, pero que te lleven a otro lado, que te conecten con otra cosa, no con esa cosa cabeza o con lo más bajo. Esa cosa de lo sexual, viste cómo hablan de la mujer”, explica Chávez.

Los Palmeras, Los Wawancó y Toto y la Momposina son la tríada que se suma a los sones colombianos tradicionales que predominan en las escuchas de este grupo, además del reggae y el dub. Con un trasfondo puramente latino y caliente, a El Chávez se lo asocia con Bomba Estéreo o Systema Solar, dos de los exponentes actuales de la cumbia psicodélica en Colombia. “Me parece que si hablamos del folclore de ahora hay que nombrar a la cumbia, que tiene más que ver con las últimas generaciones, lo que se escucha en los barrios y en el interior; la zamba y el chamamé tienen que ver con generaciones anteriores”, dice Eugenia.

–¿Y por qué cumbia villera no?

Chávez: Porque no me gustan las letras, me hacen daño. Cuando empecé a meterme y a samplear cosas de Damas Gratis y esas bandas, las escuchaba y me di cuenta de que tengo una barrera muy fuerte con las letras, me hacen mal. Escuchás un disco entero y lo que me queda me afecta negativamente. Me encanta la música, de verdad, lo que genera rítmica y sonoramente, pero no me fumo las letras. Me parece que eso es también como una especie de paredón que hace que no pueda trascender a gente que también escucha otras cosas. Vas a una fiesta, ponen cumbia villera y todos se lo toman medio en joda, sobre todo la gente de clase media alta. Para mí es reseria la música pero hay una barrera que tiene que ver con las cosas que dicen y cómo las dicen. A mí no me llega eso.

Despojado de arte de tapa pero con el gato amarillo característico ganando terreno en la estampa, el ep Casanova Style, editado este año, incluye el tema de “El puntero” además de un tema nuevo, uno de Nuca (la otrora banda de Chávez, fundada luego de que el cantante abandonara Arbol a mediados de los ‘90), uno de Manu Chao y varios remixes. La decisión de editarlo de esa forma fue por la necesidad de que las canciones sigan circulando entre disco y disco. “El concepto era hacer un ep que marcara un poco la actualidad y aprovechar toda la repercusión de El puntero. También cada vez que sacás algo se genera toda una movida de prensa, un avance, y eso repercute un montón en la fechas. Es como ir reforzando el laburo muy intenso que vengo haciendo de sacar algo una vez por año. Por eso teníamos ganas de que fuera algo simple, de hecho lo regalamos en las fechas. Quizá si te metés en un gasto muy grande ya no lo podés regalar”, explica Chávez.

Hace dos años apareció Morón City Groove, el primer disco de estudio. Lejos ya de la potencia de Nuca y aburrido de los temas más agresivos, Chávez se quedó con el dub, la cumbia y el arengue frenético de incitar al baile de una forma ciento por ciento demagógica. Tal como lo explica su líder, la banda fue al principio una construcción de algo snob, una fusión de ritmos tropicales con electrónica que encajaba perfecto en las fiestas de cumbia pero rápidamente se abrió de forma natural hacia otros públicos. Sin embargo la cumbia fue entrando en la vida de esta pareja (porque Chávez y Eugenia son padres de una niña de cinco años) de manera casi inconsciente y hace años. Pero a diferencia de lo que se ve en los escenarios en materia de hip hop o cumbia, ellos no hacen soundsystem o cantan con Dj, sino que son una banda enchufada que toca en vivo, lo que facilita las cosas y las envuelve de un halo original. Al ser una formación rockera, El Chávez toca tanto en un festival de rock como en una fiesta cumbiera. De a poco, con la aparición del tema en El puntero se rompió una barrera y la melodía se hizo familiar. “Se dice que se toca el nervio popular cuando tocás el corazón a la gente. El programa habla de eso, de un tipo que movía gente que creía en él”, dice el cantante.

–¿Y creen que El Chávez logra tocar el nervio popular?

Chávez: No.

Eugenia: ¿No? Yo creo que sí, sobre todo en vivo. Creo que a la gente que consume la música del Chávez realmente le mueve algo, por lo que yo veo en el escenario, tengo como una relación más fuerte con el público y veo cómo se mueven, cómo cantan y se dejan llevar. Eso también es mover el nervio popular.

Chávez: Me refiero a activar la masa. Siento que todavía estamos muy lejos de tocar el nervio popular de la masa, de la gente que consume las cosas populares.

Eugenia: En ese momento la masa está ahí y la activás.

Chávez: En ese caso, sí.

* El Chávez toca el sábado en Niceto Club (Niceto Vega 5510). A las 21.