EL ÑOQUI DE PLACER, REGRESA DE LA ULTRATUMBA
Placer probablemente sea la banda que miles de personas hartas de tantas agrupaciones sin personalidad están esperando, lo sepan o no. Probablemente.
› Por Santiago Rial Ungaro
Walter Lema cuenta que estaba cantando en vivo junto a su banda (Placer), en su barrio (Longchamps), mientras detrás de él proyectaban la película La energía directamente cuando, de repente, se vio a sí mismo: “Estaba inflado de tanta birra, deformado y como la pantalla era grande tenía el cuádruple del tamaño. Y justo venía de una pequeña rehabilitación y como en ese momento estaba perfecto pensé: ¡Qué bien que estoy ahora! En la película estaba hecho un monstruo”. La película en cuestión, dirigida por Martín Carmona, es algo así como el Metal Machine Music del cine independiente local, y tiene al cantante de Placer como uno de sus protagonistas. Por si alguno aún no lo sabe, Walter Lema (más conocido como Ñoqui) es uno de los mejores compositores de canciones del rock nacional del siglo XXI. Y su grupo, Placer, probablemente sea la banda que miles de personas hartas de tantas bandas sin personalidad están esperando, lo sepan o no.
Mientras se toma un helado frente a la estación de Bernal, Walter saluda a un fan que lo reconoce y le hace honor al nombre de su nuevo disco: Impecable. ¿Qué pasó entre la oscuridad de algunos temas de Incurable (su segundo disco, editado en el 2009 por el sello Bultaco) y la gracia de su aún inédito tercer disco? “Creo que lo que me hizo bien fue conseguir trabajo”, acepta con la sinceridad que lo caracteriza Ñoqui, quizás el mejor dotado de los conductores suicidas de su generación y la contradicción en este caso es entendible: Ñoqui cantó sobre no haber buscado nunca trabajo y sobre irse arriba cuesta abajo, sobre tener frío en el calor y sobre estar descerebrado ciento por ciento, pero aunque aún lo siga haciendo parece que las cosas cambiaron un poco: “A mí me costó mucho trabajo entender esa cosa de que tenés que trabajar: no me enganchaba eso de tener que ir un día y otro al mismo lugar”, reconoce este hombre que sí se tomó en serio eso de componer canciones como un trabajo. No es casual que los doce temas de Impecable tengan la calidad que tienen: en el freezer de Placer hay canciones para ir eligiendo: “Yo cuando hago una canción capaz que me hago un demo, o me llamo al contestador y la grabo, y después de desarrollarla un poco se la muestro a la banda, pero en general va al freezer a esperar que llegue el momento de sacarla. ¿Viste que cada canción tiene su momento? Yo tengo, fácil, 150 canciones freezadas. Aunque algunas están tan congeladas que ya no sé si sirven”.
Claro que además del stock de canciones hay algo más: la banda (por donde pasaron algunos de los mejores músicos del rock sureño como Matu Naso, Fernando Isely, Fernando Ordóñez y Marcelo Belén) tiene hoy una nueva formación que incluye, desde hace dos años, a los ex Rusia Agustín Fogwill en guitarra, Marcelo Schettini en teclado y Ariel Pirosanto en batería. Los tres vienen tocando desde hace casi una década, y su talento y disciplina tienen gran responsabilidad en este placentero presente continuo: “Lo que pasó pasó, y lo que quedó quedó: esto es como un colador”, sintetiza Ñoqui sobre la actitud que lo llevó a que la banda (a la que se acaba de sumar el ex Victoria Mil Sebastián Velásquez en el bajo), funcione como algo así como una versión amable de La Legión Extranjera: un verdadero cuerpo de elite dispuesto a seguirle al ritmo al inefable Walter Lema.
Y es que después de un excelente primer disco de sonido casero (Placer, del 2006) y un interesante pero de algún modo fallido segundo disco, esta tercera colección marca un antes y un después en su discografía: grabado en Circo Beat (gracias a gestiones de Sofía Gala) y mezclado en el estudio de los Babasónicos, con Gustavo Iglesias como técnico, un sonido más limpio y la excelente producción del Miguel Castro (ex Victoria Mil), Impecable se anima a incluir temas más volados y lentos, y a darle forma a ejercicios de pop perfecto en el que se lucen las voces invitadas de Nekro (brillante en Te reconozco), Noelia Mourier (Coco) y el propio Castro como invitados. Volviendo a la imagen distorsionada del film, Walter comenta que el año pasado decidió parar un poco y cuidarse por un par de meses: “Me parecía que hay algo mucho más grosso que uno, que es la música, porque yo salía a cantar con todas las ganas, pero en el estado en el que estaba a veces hacía cualquier cosa”. Basta ver el excelente video de Gabriel Rud para comprobar el milagro: de cantarle a estar Dado vuelta y solo (tema que suele versionar Leo García en vivo) ahora Walter Lema le canta al amor eterno, al placer de esconderse en un disco y a la inevitable convivencia de los náufragos con el mar en un disco tan melodioso y tarareable como los anteriores, pero mucho más radiable, que quizá sea algo así como el relax de ese virus llamado Placer.
Ñoqui no quiere caer en el lugar común, pero el nacimiento de su segundo hijo, Lázaro, también es una de las razones de que el cantante se levantara, si no del mundo de los muertos, aunque sea del mundo de los zombies. Lo que no quiere decir que Walter Lema reniegue de nada: “La verdad es que me cansé, pero creo que tenía que cantar sobre eso porque venía con esa carga. A veces lo mejor para descargarlo es decirlo. Y ahora hace algunos meses que no tomo nada, pero cada tanto me tomo una cerveza. Pero mucho...., ya me quema la cabeza. Pero de última era verdad que había algunos desarreglos. Cuando quiero y me doy el permiso, puedo tomar algo, pero ahora noto que puedo decir hasta luego. No reniego de la locura ni ahí”.
* Placer toca el próximo 17 de noviembre a las 23 en La Cigale, 25 de Mayo 722.
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