Son días movidos para el mundo de la animación, el animé y la ciencia ficción. Primero se anunció que Disney adquirió LucasFilm y, con ella, la licencia del mundo Star Wars por más de cuatro mil millones de dólares (el emporio ya es dueño de otros universos como el de Los Muppets y todo Pixar y Marvel). También se supo que en 2015 llegará a los cines la séptima parte de la saga craneada por George Lucas. Si aparece un pato cacareando “Luke, soy tu padre”, no digan que no les avisamos.

Por otra parte, el jueves se estrenó Frankenweenie, de Tim Burton, una versión extendida de su mediometraje de 1984 y homenaje a las cintas de terror clásicas, hecha con la técnica de stop-motion manteniendo la línea estética, narrativa y emocional de El extraño mundo de Jack, James y el Durazno Gigante y El cuerpo de la Novia. La productora no es otra que... exacto, la factoría de Mickey. Así que Bart no estaba tan errado cuando, en la película de Los Simpson, bromeaba colocándose un corpiño de Marge en la cabeza: “¡Mírenme soy la mascota de una corporación maléfica!”

Por último, el viernes comenzó por I.Sat el especial Ani-mes dedicado íntegramente a cortometrajes animados. No hay distinciones de géneros, aunque el foco está puesto en ese otro tipo de animación que ofrece propuestas experimentales y clásicas de todo el globo (Francia, Argentina, Alemania); con nombres desconocidos y capos como Bill Plympton, Pes, David O’Reilly y Lev Yilmaz. Así que durante los viernes que restan de este mes y siempre a partir de medianoche y a lo largo de una hora, podrán verse obras pequeñas en duración pero increíbles en su factura. Al menos hasta que la cola del ratón los enrosque.

La selección de los imperdibles, según el Buró de Monigotes Animados del NO, incluye Cuentos de la mera existencia / Subtext, del dibujante Lev Yilmaz (el relato ascético de la cotidianidad que tiene millones de visitas en YouTube); Fireworks, de Pes (medio minuto de pirotecnia, magia pura); Madagascar Carnet de Voyage, de Bastien Dubois (acuarela, dibujo a tinta y animación 3D para rastrear la cultura africana, nominado a los Oscar 2011); Santa: The Fascist Years, de Bill Plympton (Santa Claus y el costado más desquiciado de los Estados Unidos), y Empleo, de Santiago Bou, un corto animado argentino que recibió más de 40 premios internacionales.