Jueves, 6 de diciembre de 2012 | Hoy
TENDENCIAS AL PIE
Por Lucas Kuperman
Como mayoritariamente se sabe, el pato es el deporte nacional argentino. A su vez, es vox populi que el verdadero deporte nacional, en cuanto a popularidad y pasión, es el fútbol. Hace ya unos cuantos años, algunos futbolistas famosos como Diego Maradona o Carlos Tévez incursionaron en el mundo del golf, y cuasi sin querer se lo llevó a un lugar más popular, dejando de lado ese tufillo a elite que generaba. A su vez, y hace aproximadamente unos cuatro años, en Holanda se comenzó a gestar un nuevo deporte: el footgolf. ¿Qué es el footgolf? Básicamente es la idea, la cancha y las reglas del golf, pero se juega con una pelota de fútbol, y en vez de usar palos, se patea con los pies. El objetivo es embocar la pelota en un hoyo en la menor cantidad de golpes posibles. Así fue que, movido por la curiosidad, el NO se adentró en las profundidades de la Panamericana, rumbo al Scorer Golf Club de Escobar donde funciona la Asociación Argentina de Footgolf.
Javier De Ancizar, uno de los impulsores de este nuevo deporte traído hace apenas dos años, comenta que: “El footgolf surge en 2009 en Holanda. A principios de 2010 lo trajimos acá, y armamos la Asociación Argentina de Footgolf para promover este deporte en el país. Ese mismo año se hicieron cinco torneos abiertos. Lo que tiene el footgolf es que no necesitás saber jugar al fútbol. Tenés que saber pegarle a una pelota y que te guste, nada más. De ahí en adelante es golf, y usar la cabeza. Puede jugar cualquiera, chicos, chicas, gente grande, quien quiera”.
Hecha la presentación, el NO se calzó los botines, la camiseta, el pantalón deportivo, una alta dosis de repelente para espantar a unos mosquitos tamaño dinosaurio, y comenzó su primer partido de footgolf.
Para quienes no estamos adentrados en el mundo del golf, cada hoyo tiene una dificultad distinta. En el anotador de golpes, debajo de cada hoyo, aparece la palabra par y un número al costado, lo que indica la media de golpes que debería realizar un footgolfista para embocar la pelota en el hoyo. En este circuito de Escobar las dificultades oscilan entre el par 3 y el 4.
Con una patada ejemplar, cuan Oscar Córdoba en las épocas doradas del Boca de Bianchi, el NO da inicio a la partida, logrando en sólo tres golpes hacerse con el hoyo. El circuito presenta gran variedad de adversidades: plantas altas y bajas, lagunas, elevaciones del suelo, trampas de arena, hoyos lejanos, y hasta árboles de moras, donde tanto el cronista como la fotógrafa tuvieron más de una parada obligada. A fin de año los 20 mejores de cada provincia juegan en Buenos Aires un torneo único, y el ganador se convierte en el campeón argentino, con el premio de irse a jugar el mundial de Holanda en 2014.
El juego se pone picante. Uno de los contrincantes del NO pega el grito guerrero: “¡Mirá que el que pierde paga el asado de esta noche!”. Había que ganar a como diera lugar. En principio por el honor que significa la victoria, pero ante todo por el honor que significa no pagar el asado.
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