El que va al frente es Daland Gutiérrez, un pibe flaco y alto teñido de rubio como una versión criolla de Johnny Rotten. Con tan sólo 18 años, el cantante de La Armada Cósmica carga con un apellido que no dice nada, pero que en realidad revela linaje de rock and roll. Su padre es Juanse, ex cantante de los Ratones Paranoicos y, aunque Daland corte en seco cada vez que se lo mencione (“no voy a hablar de eso”), es inevitable sacarlo de plano. Esta es la historia del hijo de un rockero consagrado saliendo a pelear sin la necesidad de ostentar herencia, porque eso ya lo lleva en la sangre. Y se nota: Daland pisa escenarios desde los doce años. “La primera vez fue en Lanús, en un pub superpunky. Tocaba y me tiraban birra en la cabeza”, recuerda. Ahora, desde hace siete meses tiene a La Armada Cósmica, una explosión algo caótica de rock, punk y grunge cargada de testosterona y provocación. Un cóctel que, según él, surgió entre “sexo, asados y hermandades”. “Yo salía con las hermanas de Paz —bajista—, un rato con cada una. Caía a la casa y siempre íbamos a tocar y a encerrarnos en los baños. Ahí nos conocimos.”

En poco menos de un mes, junto a la inclusión Luke y Bechini en guitarra y batería, respectivamente, La Armada ya debutaba en vivo con un puñado de canciones propias. Y en sólo semanas, la electricidad espasmódica del cuarteto ya contaba con público propio que sabía sus canciones y que le daba margen para crear su propio evento (La Fiesta Cósmica), con sede en La Cigale. “Nosotros estábamos en un momento de mierda, pero teníamos este momento en la cabeza”, indica Daland. “Hoy en día la banda tiene siete meses, no hay nada grabado y metemos cuatro gambas por noche. La gente se sabe los temas por los shows anteriores, y yo a eso no lo había visto nunca, ni siquiera en Inglaterra. Esto pasa porque somos cuatro genios, de los pocos que hay en este país, eso pienso. Y sin arrogancia lo digo.”

En vivo, La Armada despliega un caos poco controlado, pero atrapante. Un batero ensimismado e introvertido, una bajista de pura actitud y esencia grunge, un guitarrista zurdo de perfil bajo pero solvente (“un guitar hero de la generación X”, dictará Gutiérrez) y un cantante bocón y suelto, un frontman con personalidad y alma punk. “Nos gustábamos los cuatro, lo que hacía cada uno, y eso se nota”, explica Paz. “Somos como los Power Rangers, cada uno es único, con un color y un sonido y una historia. Ese es el aporte mayor, es una fórmula única.” Y según ellos, la devolución del público ya cobró niveles absurdos. “Estamos encandilados con algo que parece una boludez, pero que nunca nos había pasado: no poder salir de un camarín. Si no soy nadie, no nos conoce nadie... Vienen niños de 17 años que no pueden creer lo que están viendo, se creen que somos una banda de Marte, ¿entendés?”, tira Daland.

Después de su paso como revelación sobre el escenario del Maquinaria Fest, ahora planean entrar este verano a grabar su primer disco. “Hay inversores, así que nada más lindo que gastar plata de otra persona para hacer la música que a uno le gusta, ¿no?”, sonríe el cantante y confiesa: “Quiero que me pongan guita hasta para ir al baño. No es una bandera la independencia, es lo que nos toca ahora. Por eso no banco al indie. Si sos tan indie, quedate tocando en tu casa e invitá a tus amigos. Hay muchos que dicen que hacen esto por amor al arte, y no podés hacerlo de esa forma porque vas a tener que ir a laburar a una oficina. Yo por amor al arte me quiero llenar de guita y dar vueltas por el mundo para poder seguir haciendo música de buena calidad”.

* La Armada Cósmica toca el viernes 14 de diciembre en La Fiesta Cósmica junto a Idolos Plásticos en La Cigale (25 de Mayo 597). A las 23.