Hace un año, nos subimos a la fiebre apocalíptica y determinamos que aquel de 2011 sería el último balance del NO en la historia de la humanidad. Como los mayas, nos equivocamos. Pero ya que no nos morimos, es un buen momento para repensar la cultura rockera. ¿Qué pasaría si el rock no tuviese drogas, ni sexo, ni groupies, ni managers, ni... músicos? Pasen y vean.