Desde Barcelona

“Profundo, rico, extraño y desafiante. Un espectro de arco iris post–electrónico.” Con esa seguridad e intensidad, Mary Anne Hobbs describe sus actuaciones detrás de las bandejas. Si bien es cierto que se ajustan a la realidad, que alce la mano el DJ que no venda con arrogancia sus sets. Lo que sí es cierto es que su nombre intimida a donde quiera que va, pues no sólo en la pista de baile es sinónimo de poder. A pesar de que no tiene complejos para revelar su edad, es increíble que a sus 48 años se comporte con la vitalidad de una chica de 22. Además de sacudir clubes y festivales, la rubia inglesa es una de las mayores cazadoras de tendencias musicales y de artistas del Reino Unido. Donde pone el oído, encuentra la novedad. A lo largo de 14 años ininterrumpidos, fue uno de los amplificadores de la vanguardia sonora de la estación BBC Radio 1, frecuencia dedicada a la música pop y juvenil del servicio radial estatal británico, sobre todo con su programa BBC Radio 1 Experimental. Debido a que el mítico periodista y locutor John Peel, destacado por su carácter vanguardista y ecléctico, hizo carrera en esa señal, a ella se la ha llegado a considerar su sucesora.

En 2011, Mary Ann Hobbs, en medio del pináculo de su carrera como periodista abocada a las ondas hertzianas, dejó a todos perplejos al anunciar que abandonaba la BBC Radio 1 para incursionar en la estación comercial XFM, donde ya había trabajando en la década del ‘90, antes de formar parte del staff de la emisora estatal, para conducir Music: Response, un espacio dedicado al indie rock emergente del Reino Unido. No obstante, dos años más tarde, volvió desencajar a la escena musical de su país al anunciar que regresaba a la BBC, pero a la Radio 6 Music (orientada al indie y al rock alternativo, sólo se puede escuchar a través de dispositivos digitales), para llevar adelante, desde el pasado 5 de enero, el programa Weekend Breakfast Show, que se transmitirá sábados y domingos de 7 a 10 de la mañana, y en el que mostrará una nueva faceta suya. “Vamos a ofrecer un enfoque diferente del arte y la cultura”, manifestó al diario inglés The Guardian, a pocos días del estreno de su flamante emprendimiento mediático. “Me fascinan todas estas cosas diferentes, aunque nunca tuve la chance de infundir esa línea editorial.”

Antes de dar este giro conceptual en la radio, la DJ y periodista era conocida, sobre todo en el territorio de las vanguardias culturales, como la “madrina del dubstep”. Y es que su programa Experimental, desde el año 2006, se convirtió en la vitrina de un estilo que se transformó en la mayor novedad que tuvo la música electrónica en más de una década, el que mejor evolucionó, y el que, por ende, más influencia tuvo en otros géneros como el hip-hop y el reguetón, e incluso en luminarias de la cosmogonía pop de la que destaca nada menos que Justin Bieber (en 2012 estrenó su primer tema en ese formato, As Long you Love me). “Instinto” es la palabra que elige, sin pensárselo dos veces, Mary Anne Hobbs, previa a su presentación en la noche de la capital catalana, para responderle al NO cómo diantres se dio cuenta de que ésa era la tendencia que causaría furor en el planeta en los años subsiguientes. “La moda no es importante cuando la música es lo que más interesa. El dubstep es un gran arte y, al igual que todas las bellas piezas, la buena oferta sonora seguirá siendo brillante y profunda a través de la eternidad.”

Al mismo tiempo que el gran crooner del dubstep, James Blake, uno de los consentidos de Hobbs apenas éste comenzó a circular con esa mezcla de frecuencias y canciones sensibles, era estudiante universitario que iba a bailar en las noches de las fiestas desenvueltas en el club Plastic People de la capital inglesa, en las que además se curtieron muchos de los actuales referentes de la escena, la conductora radial presentó al mundo, en la edición del año 2007 del festival barcelonés Sónar, de la que es una habitué en el rol de curadora musical y DJ, a la avanzada pionera del género. Skream, Oris Jay y Kode 9 & The Spaceape protagonizaron la primera gran incursión masiva del estilo fuera de Inglaterra. “La música avanza a través de miles de pasos distintos, y dispersos, alrededor del planeta”, asegura este icono de las nuevas tendencias de la electrónica y del indie, quien antes fuera fan confesa del heavy metal. “El fácil acceso a software de producción barata y libres, mediante plataformas globales, y sitios web como soundcloud.com han contribuido a una aceleración enorme en la evolución del sonido.”

Si bien pareciera ayer cuando saltaron a la luz esas creaciones oscuras fundamentadas en líneas de bajo pesadas y pautas rítmicas reverberantes, samples troceados y voces ocasionales, el dubstep, en muy poco tiempo, se sacó la piel para mudarla hacia el post-dubstep o la también llamada bass music. Aunque es conocido que en la historia del pop y el rock los periodistas ingleses cumplieron un papel determinante al momento de establecer etiquetas y movimientos, especialmente en la década del ‘80, como bien lo testimonió el crítico y creador de tendencias también británico Simon Reynolds en su libro Después del rock, la diferencia entre aquellos años y éstos pasa por el mayor acceso a la tecnología y la sobreinformación. “Casi nunca se puede predecir lo que está a la vuelta de la esquina. Pero ahí radica la belleza de todo juego. No había acceso a Internet en los años ‘80, por lo que la prensa escrita tenía una voz muy potente y singular. Hoy en día hay muchas voces, millones de ellas en línea. Todos vamos a gravitar hacia las personas con algo significativo que decir.”

Aparte de ser una entusiasta de los subgraves, Mary Ann es especialista en motos, pasión que heredó de sus andanzas en las tendencias extremas, especialmente de cuando vivió, en la década del ‘80, en un aparcamiento de bondis en la ciudad de Hayes (este de Londres) con la banda de rock Heretic, antes de convertirse en periodista de la revista Sounds, a los 19 años y, más tarde, en redactora free-lance de la New Musical Express. Desde aquella época, mucha agua ha corrido, al igual que ofertas increíbles como la de la Universidad de Sheffield, para que explotara su veta académica en el papel de coordinadora de Desarrollo Mediático, en 2010. “Cuando John Peel murió, en 2004, empecé a pensar en lo trágico que era que nunca hubiera tenido ninguna oportunidad real para compartir su conocimiento fenomenal y su sabiduría durante toda la vida de la radiodifusión y el periodismo. Así que me prometí que iba a hacer algo de tiempo para dedicarme a ello. Ha sido gratificante la experiencia, pues he sido tutora de unos 700 estudiantes, lo que renovó mi creencia de que la próxima generación de jóvenes es desafiante, inteligente y aspira algo.”

Curadora de varios compilados discográficos, el primero de ellos, en 2006, con el título de Dubstep Warz, en el que reunió a los referentes del grime (rap marginal del este de Londres, con matices electrónicos tomados de las cadencias musicales influenciadas por el folklore jamaiquino) y, por supuesto, del dubstep, a Mary Anne Hobbs no le ha dado todavía por producir sus propias piezas sonoras. De manera que prefiere mantenerse detrás del micrófono o las bandejas promocionando las novedades, a los sucesores de Joy Orbison o Flying Lotus, e incluso a la actual avanzada de noveles cantautores como Ben Howard, Jake Bugg y Lianne La Havas. A pesar de que reconoce que no ha recibido invitación de la Argentina ni siquiera en plan de DJ, la comunicadora inglesa está atenta a ese bass music que bien supo arengar. “Siempre estoy emocionada con conocer nueva música. Sé un poco de cumbia. Sin embargo, creo que estoy de suerte, pues me vas a tener que dar algunos consejos acerca de lo que está sonando allá en este momento. Quiero saber cuáles son los exponentes argentinos para tomar en cuenta. ¿Te animás?”.