Jueves, 21 de febrero de 2013 | Hoy
EL SILENCIO DE LA INOCENTE LAETITIA SADIER
La cantautora francesa que otrora colideró Stereolab compuso su nuevo CD a partir de una experiencia mística en una iglesia española. Además dice que ese hecho refundó su interés político.
Por Yumber Vera Rojas
Una experiencia religiosa. Eso fue lo que inspiró a Laetitia Sadier para la hechura de su nuevo disco en su faceta solista. Que no se malentienda: no tuvo una aparición, ni nada por el estilo. Lo que sintió fue el poder del silencio durante una visita a una iglesia en Zamora, España. “Eramos muy pocos los que estábamos en el lugar. De pronto hubo un momento de mucho silencio, del más puro además, en el que me pude conectar conmigo. Fue la primera vez que tuve la sensación de que conscientemente había experimentado un silencio real. Fue corto, pero duró lo suficiente para conmoverme”, explica la cantautora francesa que supo coliderar Stereolab. “Así que lo primero que tuve, antes de componer, fue el título del álbum. Fue muy inspirador, y pienso que fue una gran solución para una crisis que padecí en ese momento. El aspecto sagrado, aunque no me refiero a la religión, llamó a mi vida de una manera tan fuerte que no pude ignorarlo.”
A diferencia de su primer álbum como solista, The Trip (2010), fundamentado en la muerte de su hermana menor, en Silencio, lanzado el año pasado, retoma la veta que agitaba en sus días de colíder de la agrupación inglesa Stereolab. “Me di cuenta de que tenía una responsabilidad política con la que volví a conectar. Entendí la importancia de estar vivo, de que es algo tan sagrado que ni el capitalismo lo puede comprar ni vender. Y es que política y belleza van de la mano. Lo que me asombra es la manera en la que el sistema reemplaza y pervierte la forma de entenderlo.” Al mismo tiempo que canta contra el consumismo, esta segunda producción (la quinta sin su otrora conjunto) también contiene una canción para su madre, una reflexión sobre las matemáticas, un guiño a los indignados y hasta un spoken word bilingüe (en francés e inglés), a manera de cierre: Invitation Au Silence, que evoca sus mejores momentos interpretativos en Stereolab.
El proceso compositivo de Silencio contó con las participaciones de un trozo del entorno de músicos que la acompañó a lo largo de su trayectoria, como su ex esposo y tándem en esa banda, Tim Gane; James Elkington o Sam Prekop. “Este álbum es un gran catálogo de mis influencias, de quién soy. Me encanta la fusión, me emociona mezclar lo impensado, música brasileña con psicodelia.”
Su vuelta a Buenos Aires, después de su paso por la capital argentina en 2011 para presentar apenas con su guitarra su primer material solista, promete un show diferente, con banda y repertorio renovado. Lo que sí queda en deuda es conocer el son local: “Soy muy mala con los nombres. No te puedo mencionar ningún artista, ni siquiera brasileño, que esté escuchando ahora. Me acordé de pedo de que me encanta Astro, pero porque estoy en Chile”.
* Laetitia Sadier tocará el lunes 25 en Boris Club (Gorriti 5568). A las 22.
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