Jueves, 9 de mayo de 2013 | Hoy
DE PRONTO, CAMOUFLAGE
El combo de synth pop alemán hará un show de clásicos y otro de rarezas en Buenos Aires, donde iban a estrenar un single.
Por Santiago Rial Ungaro
“Berlín es la ciudad de mi corazón”, dice Marcus Meyn. Ya es la tercera vez que menciona esa palabra y resulta inevitable recordar el efecto de escuchar Love is a Shield en 1989: su música, simple, sentimental y precisa, siempre llega directamente al órgano palpitante, que suele sentir más agudamente cuando el cuerpo baila. No es casual que Marcus (label manager del sello independiente Mokoh Music) esté ahora en Berlín, donde el cantante de Camouflage vive con su mujer desde hace tiempo. El grupo dará dos conciertos: uno más clásico con sus temas más conocidos, este sábado 11; y otro, el domingo 12, con canciones más raras y versiones acústicas. Para coronar todo, en ambas jornadas van a hacer dos dj sets.
“Vivo en Berlín más o menos desde los ‘80, debido a que la ciudad estaba dividida en dos (por el Muro, por la guerra) y se decidió que ahí no se hiciera el servicio militar. Así que durante años fue la ciudad a la que iban todos los jóvenes alemanes que no querían hacer el servicio militar. Aunque no nací acá, ésta es mi ciudad.”
Y si Berlín es la ciudad, el género de su corazón, qué duda cabe, es el pop hecho con sintetizadores, la música tecno bailable que a mediados de los ‘80 era lo nuevo, lo último, lo moderno. Y lo mejor. Por lo menos para Meyn, Heiko Maile y Oliver Kreyssig, quienes formaron en 1983 el grupo Licenced Technology. El nombre actual de la banda está inspirado en una canción de Yellow Magic Orchestra, fascinante grupo japonés integrado por Ryuichi Sakamoto, Haruomi Hosono y Yukihiro Takahashi. En sus años, YMO fue considerada “la contestación japonesa a Kraftwerk”.
Sin embargo, la pregunta del millón (de veces preguntada) es sobre la otra gran influencia de la banda: Depeche Mode. Marcus es igual de amable al teléfono que al micrófono: “Bueno, ellos son una banda fantástica y tienen canciones fantásticas. En nuestros inicios tuvimos mucha influencia de ellos, pero también de otros músicos de esa época como The Cure, The Human League o Cabaret Voltaire”.
“Me compré mi primer sintetizador con lo que gané de seis semanas de trabajo en unas vacaciones: creo que fue la mejor decisión de mi vida”, dice este músico casado y padre de cuatro hijos. Luego de su debut en 1988 con Voices & Images, la banda se convirtió en un éxito internacional y siguió editando esporádicamente nuevo material. Su último disco de estudio, Relocated, fue un digno y sobrio regreso en 2006. Y, sorprendentemente, el cantante afirma al NO que tenían planeado “lanzar un nuevo single en la Argentina”, pero no llegaron a terminarlo.
“Siento que podemos seguir con esto porque somos amigos y todo empezó muy espontáneo, y aún sigue siendo así. De hecho, las canciones las sigo haciendo de la misma manera: las grabo a capella, antes en un casete, ahora quizá con el celular. Después la armamos parte por parte, con un plan de grabación en estudio, pero soy cantante, compongo sin instrumentos”, aclara quien eligió usar el inglés en vez del alemán. “Es que cuando empezamos a tocar en Alemania todos cantaban en alemán, por eso a nosotros nos pareció que estaba bueno hacer algo distinto y no lo que hacían todos. Para mí, el alemán es un idioma difícil para cantar.”
* Sábado 11 y domingo 12 en Niceto Club (Niceto Vega 5510). A las 21.
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