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Jueves, 6 de junio de 2013

AHí VA EL CAPITáN BETO EN SU V8

“Fueron verdaderos himnos de resistencia”

Zamarbide vuelve de Miami para reivindicar las canciones del buque heavy, a 30 años de Luchando por el metal, y promete sorpresas durante el show.

 Por Juan Ignacio Provéndola

Fue justamente una muerte la que resignificó aquel estandarte del “V8 no murió” que el folklore del jevi argentino instaló como bandera tras viralizarlo en remeras, parches, pintadas callejeras, tapas de carpetas de colegio o estados en redes sociales: la del guitarrista Osvaldo Civile, en abril de 1999. Más confusa que inesperada, es cierto, pero indiscutible en el siguiente punto: desde entonces, ya no existe posibilidad fáctica de reunir en este mundo y esta vida a la formación más significativa de la primera banda de metal de la Argentina.

Bajo ese escenario, todo intento por darle entidad a aquel viejo emblema será, en todo caso, otro paso más en la batalla simbólica de rescatar del olvido un legado que sólo vivirá en los discos grabados, las influencias generadas y los homenajes inspirados (como si acaso todo esto fuera poco). Para Alberto Zamarbide, además, significa reconciliarse con un pasado que tuvo turbulencias, contrapuntos y desencuentros, pero que ahora reivindica en voz alta: “Cuando hacíamos Destrucción, nadie se animaba a subir a un escenario a cantar una letra como ésa. Yo tuve los huevos para hacerlo en medio de una dictadura asesina y de la guerra de Malvinas, y me siento muy orgulloso de eso. Fueron verdaderos himnos de resistencia y quiero honrarlos en vivo”, vindica.

El cantante, que vive en Miami desde hace quince años, planea un show tributo por los 30 años de la edición de Luchando por el metal, el disco fundacional de la banda que integró desde 1982 hasta su traumática disolución, en el que de cualquier modo también tocarán los españoles Barón Rojo y Zamarbide hará canciones de Horcas, Hermética y Logos. Es decir, de los proyectos en los que los V8 reencauzaron sus carreras tras la separación de 1987.

Beto venía dando vueltas sobre la idea ya desde el año pasado, luego de poner fin a Logos de común acuerdo con su socio creativo, Miguel Roldán. “La decisión fue dura y sincera”, revela. “La banda daba para mucho más, pero cada disco era muy trabajoso de encarar y no nos pusimos de acuerdo en la dirección que debíamos tomar.”

La megabanda que acompañará a Zamarbide en este show incluye a su hermano Esteban y a Horacio Suárez (El Reloj) en guitarras, al bajista Walter Scasso, al baterista Marcelo Ponce y también a Beto Ceriotti, el actual bajista de Almafuerte. Beto promete: “Al final cerraremos con una sorpresa muy especial”. ¿Algún ex compañero, tal vez? Las pistas sobran y alimentan las esperanzas. Gustavo Rowek, por ejemplo, está en la misma sintonía, sosteniendo su propio tributo a V8 junto al Tano Romano, y si bien Ricardo Iorio no es muy amigo de estos revisionismos, vale destacar que ambos depusieron viejos rencores tras un largo distanciamiento. “Nos volvimos a ver después de muchos años y fue maravilloso poder encontrarme con un amigo, que es también mi hermano en el arte”, asegura Zamarbide. Habrá que ver para creer, pues.

* Sábado 15 en Groove (Santa Fe 4389). Desde las 18.

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