Jueves, 27 de junio de 2013 | Hoy
EL MATó CELEBRA LA DINASTíA SCORPIO
Por calidad, desarrollo, proyección y prepotencia de laburo, pero también por haber visibilizado una movida, convertirse precozmente en influencia y entonar la voz de su generación, El mató a un policía motorizado llega al Teatro Vorterix como la banda joven más importante de los últimos tiempos.
Por Facundo Enrique Soler
El nacimiento, la vida y la muerte quedaron atrás. O sea, las temáticas empleadas en la trilogía de eps Navidad de reserva, Un millón de euros y Día de los muertos son parte del pasado y El mató a un policía motorizado, la banda más importante de la nueva música argentina durante la última década, supo seguir y plasmar su ascenso con La dinastía Scorpio, su último disco, una oda a los himnos ruteros entre la amistad, la melancolía y el optimismo. La reflexión ante el paso del tiempo y el transcurso de los hechos son la temática principal en esta nueva partida. Los motivos sobran. Desde su arranque, hace ya una década, la banda pasó por todos los estadios antes de que le llegue la “credencial” para formar parte del rock argentino. ¿Lo buscaron? Para nada, pero a fuerza de canciones buenas, discos con temáticas geniales, videos con guiños a películas de acción, shows con la misma simpleza en el Primavera Sound o en las calles de Azul, le dieron a estos pibes de La Plata la solidez suficiente para crecer y regodearse en un panteón intocable. Mientras tanto, ellos siguen jugando a los videojuegos o escuchando Weezer, como hicieron siempre.
Desde que apareció El Mató, hace ya diez años, en el boca a boca de la escena emergente muchos quisieron sonar como ellos y algunos inclusive lo lograron, manteniendo la mística de “el sonido de La Plata”, ese híbrido con raíces del noise de finales de los ‘90 que le tiene fe a la guitarra eléctrica y no se achica ante el fulbito de entresemana, las películas de Steven Seagal y el hacelo vos mismo, pero con ciertos guiños al profesionalismo. No importa vestir siempre las mismas bermudas o repetir las mismas cuatro palabras a lo largo de una canción: la genialidad está en el espíritu que posee a la melodía y cómo eso desemboca en la gente que se acerca a presenciarlo.
El NO llegó, tras varias luchas con el GPS, al rancho que tiene Santiago Motorizado, cantante y bajista de la banda, en Barrio Jardín, las afueras de La Plata, casi llegando a Berisso. Allí se reunió el dueño de casa con Pantro Puto, Niño Elefante, Doctora Muerte y Chatrán Chatrán, el resto de la banda, para dialogar sobre un gran presente que, obviamente, remite al futuro y al pasado.
Santiago: Puede ser, en mi caso no es tan fácil darme cuenta solo. Sí noté que después de la salida del disco hicimos una fecha doble en Niceto y se llenaron las dos, se acercó más gente a ver qué pasaba. También en las redes sociales, Twitter y Facebook, ves más mensajes y comentarios al respecto. Está bueno porque son todos buenos. Me acuerdo de un solo mensaje que era malo: un chabón que decía que le gustaba el disco pero igual iba decir que le parecía pésimo. Era alguien que le gustaba la banda pero tenía contradicción en aceptarlo.
Pantro Puto: En las redes sociales hay gente que nos dice: “Voy a ver a Divididos y después a El Mató”. Antes no pasaba tanto eso. Es gente a la que le gustaba otro tipo de banda y rompe ese circuito para venir a vernos.
Santiago: Hay gente que acepta que le gustan Los Piojos y El Mató. La idea es que trascienda todo, que deje de ser un gueto y podamos disfrutar todo. Somos muy fanáticos de la música y podemos ver diferencias entre cosas pero cuando nos alejamos, todo es rock. El otro día, en el taxi, volviendo del aeropuerto, el chofer me vio con los instrumentos y me preguntó qué música hacía y yo le respondí rock. Y él insistió, “¿Pappo?”. “Sí”, le dije, no me iba a poner a explicar mezcla del indie rock de fines de los noventas... es rock.
Santiago: Tampoco hay que ser un extraterrestre. Es similar. Nosotros dentro de la cercanía vemos la diferencia, a la hora de componer hay un montón de diferencias entre este disco y el anterior. Un mismo fan de la banda te dice que suenan igual. Así es con toda la música. Sin minimizar los detalles que tiene una obra de arte en general. La cosa global de qué es el rock, los detalles nos pueden volver locos. Las mezclas tienen una pequeña cosita que cambia el universo de la canción.
Santiago: No, va a ser el show mas grande que vamos a hacer en nuestras vidas. Es la sala de mayor capacidad en la que vamos a tocar como banda principal, esperemos que esté bueno. No importa que se llene, por lo menos que esté bueno. Si se llena, mejor.
Santiago: Ocultamos un poco la ansiedad, pero más llegada la fecha nos pondremos nerviosos.
Santiago: Siempre la estamos re editando. Navidad de reserva y Un millón de euros van por la quinta y Día de los muertos por la tercera. Ahí nos avivamos e hicimos más larga la tirada. En Ultrapop nos decían que eso era malo, porque gastamos mucha plata de golpe, pero nos ahorramos trabajo.
Santiago: Siempre pensamos en hacer una caja con los tres discos pero la urgencia no nos deja. Hallo Discos, el sello que nos editó La dinastía Scorpio en casete, quiere hacer lo mismo con la trilogía. No lo vamos a hacer ahora, pero seguro lo sacamos. Los chicos quieren conseguir las cajitas de color para que sean uno rojo, uno verde y uno azul, como las tapas de los discos.
Pantro Puto: Lo que menos hay para escuchar hoy es con casetera pero el hecho de tener el álbum en cualquier formato va más allá de cd, casete o vinilo. Ya que vamos a estar con los fetiches, está bueno que estén en todos los formatos.
Mientras la charla sobre los formatos físicos deviene, por obviedad, en las facultades del vinilo, en un rincón de la cocina se ve La dinastía Scorpio justamente en ese formato: la primera edición de un disco de El Mató para escuchar en tocadiscos. Lo editó el sello español Limbo Starr y se distribuye por el antiguo continente a 12 euros. El envío a Argentina duplica el precio en la misma moneda, dejando un total de 170 pesos.
Santiago: Está bueno viajar, a mí me encanta. Cada lugar nuevo al que vas te abre posibilidades para otros destinos. Vas a un festival en Panamá, te ve un promotor y te invita a tocar en Chile. También la pasás bien: en México tuvimos una semana libre y nos al Caribe, estuvo joya.
Pantro Puto: Es lo mejor viajar para tocar: conocés gente nueva, lugares nuevos. Además, son muy graciosos los chicos en los viajes.
Santiago: Yo me cago de la risa. Esta semana llegamos de San Juan, Mendoza y San Luis y me reía de cualquier boludés por más que no sea graciosa. Era porque hacía mucho que nos los veía.
Santiago: Un viaje de egresados pero mucho más divertido. Cuando me fui a Bariloche con mi escuela, me aburrí, gasté plata al pedo. Willy (Doctora Muerte) y yo fuimos juntos. En la ida se me sentó el coordinador al lado y me dijo de armar una canción de cancha sobre el viaje y yo lo miré y le respondí que no.
Santiago: Eso es lo más increíble. Me acuerdo cuando tocamos en Berlín y un chabón de Croacia que se hizo muy fan viajó para vernos. Nos quería llevar a tocar a su país pero era imposible.
Pantro Puto: En Londres viajó un polaco solamente a vernos a nosotros y en el Primavera Sound me hicieron una entrevista para un canal de Croacia y tenía que decir “estás viendo canal no sé qué” pero en croata. Parecía Bill Murray en Perdidos en Tokio.
Chatrán Chatrán: Eso es increíble. Estás desayunando y atrás tuyo están los Flaming Lips tomando café. Le dimos un disco a la piba de The xx y apenas la saludamos, fue re mala onda.
Santiago: En ese festival todas las bandas son iguales en el cartel. Después obviamente los grossos cierran el festival, ¡pero desayunan todos juntos!
Santiago: Tuvimos la idea de hacer un video por cada canción, es una locura pero estaría bueno.
Pantro Puto: Somos fans de las películas de acción y queríamos hacer algo así. Nos gusta pero tenemos que estar muy involucrados y es un proceso que lleva mucho trabajo.
Chatrán Chatrán: Para el de Día de los muertos fueron tres días de estar laburando de seis a seis. Nosotros mismos hacíamos de los monstruos que capturan al protagonista.
Santiago: Es eso. Esa reflexión. Siempre nos preguntan qué onda tener una banda independiente. Hay un montón de dificultades, pero está bueno. No nos podemos quejar, las cosas nos van bien.
Santiago: Este año cumplimos la década. En 2003 sacamos un simple del primer disco bajo el nombre Tormenta roja. Lo queremos reeditar, ya mandamos a hacer las tapas.
Niño Elefante: Siempre fue todo muy paso a paso. Nunca fue vertiginoso nuestro ritmo, fue muy de a poco. Mantuvimos los pies sobre la tierra. El año pasado nos presentamos en el Primavera Sound y cuando volvimos fuimos a tocar a Azul para cinco personas.
Santiago: Seguramente. El paso del tiempo es algo que me preocupa, sobre todo el hecho de saber que algún día nos vamos a morir. Mi disco favorito de Los Auténticos Decadentes es Sigue tu camino, que habla de la vejez y todo eso. No me siento cómodo en celebrar los diez años de El Mató. Tampoco me gusta festejar mi cumple, es algo personal.
Santiago: Hicimos un montón de cosas que nunca siquiera soñamos, solamente queríamos tener una banda y tocar. Lo mismo que ahora. El domingo pasado llegamos a San Juan, hacía frío y había una de esas lloviznas que decís “chau, me quedo en mi casa”. Y vino un montón de gente y pensé qué loco que alguien se levante de la cama y nos venga a ver”. Me parece una locura. Siempre voy sin expectativa, así sea para cinco personas o mil, dejamos todo. Las sorpresas siempre fueron gratas.
* Sábado 29 en el Teatro Vorterix (Federico Lacroze 3455). Desde las 19, con Los Reyes del Falsete y Aldo Benítez Trío.
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