EL PICADOR #3: VóRTICE MARXISTA, VEDETTE Y GRONCHO, DE BABASóNICOS
El gran grupo contemporáneo publica su discografía paralela en digital antes de tocar con Boom Boom Kid en el Malvinas Argentinas.
› Por Luis Paz
Miami y Jessico ordenan el cambio de siglo babasónico, está clarísimo. Pero mientras alrededor de la banda algunos rezongados erguían una floja medianera que, para esos mismos, separaba a un grupo complejo y radical (el del comienzo) de uno que obraba para cualquier advenedizo (el posterior), el año 2000 les marcaba a los músicos, puertas adentro, el final de su contrato con Sony y la salida de su manager. Reaccionaron a eso con una serie de discos piratas, paralelos, alternativos, publicados por su sello a estrenar, Bultaco, difíciles aunque no imposibles de conseguir. Menos ahora que los publican en formato digital, otra vez como un experimento autogestivo de vindicación de su catálogo más radical.
Con los diez mil dólares que recaudaron por ventas de Vórtice marxista, Vedette y Groncho, armaron su estudio en Tortuguitas (como le contaron a Roque Casciero para el libro Arrogante rock), donde su babasónica manera de hacer rock se confirmó indispensable. Al calor diferido de las sombras de Miami, estos temas recuperados de las sesiones de grabación de Dopádromo, Babasónica y Miami presentaron jirones de su obra más radical.
Eventualmente dislocados (Cerebros en su tinta), deliberadamente pop (con menciones a Antonio Fargas, John Travolta y Sandro), definitivamente cannabizados (Bananeando) y neuroquímicamente inestables (La pincheta), estos pedazos de obra babasónica documentan un imaginario alternativo en lo musical y lo poético. Alternativo incluso al ya alternado babamundo. Hay mucha injerencia de la cultura pop contemporánea a los músicos a la vez que una referencia sostenida (no siempre de forma críptica) al faso: en buena medida, en esta trilogía paralela se rubrica su plan cannábico.
Tal vez Vórtice marxista sea un disco expresionista por su conjuro de estrellas del cine berreta con los Fioritos de turno. Quizás, entonces, Vedette sea una introspectiva manera de enfrentar el dolor, la traición, la más oscura parte de ese aquellare místico que aparece en Babasónica para su celebración. Y Groncho sea, por lo tanto, el impresionismo puro de un monólogo sobre toda la galería de diversiones mediocres que se nos han legado del menemismo: Drogas... Para qué?, Promotora, Pop Silvia, Pavadas.
Por estas colectoras, Babasónicos salió a cartonear los elementos que acabarían de reciclar con altura para su década ganada (de Jessico a A propósito), en estas tres estaciones se confirmó la supervivencia al caos de la coyuntura por parte de estos temibles operarios del recontraespionaje.
* Sábado 6, en el Malvinas Argentinas (Gutenberg 350). Desde las 18, con Boom Boom Kid.
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