SE DESPIDEN LOS SUPERHéROES
Presidiarios del culto silencioso, capos del marketing viral afichero y/o vengadores del rock espontáneo, guardarán sus capas tras un último show.
› Por Lucas Kuperman
¿Qué rockero de Villa del Parque, Devoto, Urquiza, Pueyrredón y aledaños no vio alguna vez un afiche que diga “La banda que está a 4500 personas de llenar Obras” o “Nos va casi tan mal como a la hermana de Soledad”, o bien “Tocamos igual que los Strokes” a la salida del Personal Fest? Si no los viste, sos un colgado, porque hace 20 que están ahí: son Superhéroes, la banda que quiso salvar al mundo de los aburridos estereotipos rockeros.
Por cumplir dos décadas ininterrumpidas de servicio a la comunidad, la banda anuncia, con bombos y trompetas, su separación. O, por lo menos, el comienzo de su inactividad. “Somos amigos, pero ya no está fluyendo –argumenta Fernando–. Estamos armando otra banda que no sea de humor, que tenga otro espíritu. Habíamos pensado dos finales. Uno era armar una franquicia y que otros sigan la banda. Y el otro, tocar fuera del país.” Es que a dos años de la salida de su doble conceptual altamente descargado Menotti-Bilardo, aseguran que, si bien le pusieron mucha pila a la hora de grabar, sabían que iba a ser su último disco. “Lo grabamos bien, pero no nos importaba mucho todo lo que estaba alrededor de la música. Sabíamos que no nos íbamos a ir de gira y no tenía sentido quedarnos con diez mil copias en la sala de ensayo”, cierra Fernando.
Superhéroes no sólo se paseó por la Costa Atlántica, también se fueron al norte de nuestro continente a probar suerte en Nueva York: “Fue un recital anecdótico porque nos vio una persona –confiesan entre risas–. Nos habíamos ido de viaje a ver a Weezer y en el medio salió la idea y fuimos a tocar”. Lo más curioso es que aseguran que es más sencillo tocar en Nueva York que acá: “Mandás un mail y te dan una fecha, es tan simple. Mandamos sobre la fecha y nos dieron un lunes a las ocho de la noche, no había nadie, pero la sensación de ir por Nueva York con un instrumento no nos la quita nadie. De hecho, estamos yendo a tocar un par de shows allá”.
Las letras de Superhéroes siempre fueron muy particulares.
Fernando: Cada banda elige un tono: el nuestro es el humor. Tenemos treinta años y nos parecía un tópico de nuestra edad el irte a vivir con tu novia y querer cortarte un poco los huevos. Es como la visión masculina de que tu novia te hincha las pelotas, no te deja ver fútbol, y esas cosas que son un poco verdad y a la vez mentira. Bueno... ¡son bastante verdad! Podríamos haber hecho una balada a una novia, pero le dimos una vuelta.
¡Y esos afiches! Siempre lograron llamar la atención de los transeúntes.
Fernando: Eso arrancó en un momento en que estábamos muy conectados con la banda y queríamos que le fuera bien. Nos dimos cuenta de que hacer temas no era el único recurso, sino que teníamos más herramientas. Generamos algo polémica: “¿Son geniales o unos idiotas?”, se preguntaría la gente. Por lo menos se iban hablando de nosotros. Llegó un momento en que se nos vino un poco en contra: éramos la banda de los afiches y no se sabía qué hacíamos.
Pino: Así podíamos inteligentemente ocupar el espacio de un festival sin estar tocando ahí, poniendo afiches afuera. Al tener humor teníamos un acto más descontracturado. Nos divertía también hacerlo porque estábamos cansados de ver afiches del tipo “Vuelve el rock”. Intentamos romper un poco el molde y reírnos del rock nacional, que es como que fuese sagrado.
Fernando: ¿No están aburridos de ver una banda en una vía o una foto de mierda en un paredón? Riámonos de eso. Era una manera más de llegar a la gente. Después no sé si nos faltó hacer otra cosa para que se copen con la banda. Intentamos hacer algo, que si bien en lo musical no teníamos tantas herramientas, cuando se ve conceptualmente con las tapas, los afiches, las letras, los recitales, es interesante. No me gusta que la gente se quede en lo superficial del “me cago de risa”. Si escuchás La bicicleta de Saturno podés decir: “¡Qué bizarro!” o podés pensar que en vez de hacerle un tema a Maradona, como hacen todas las bandas, le hicimos uno a él.
Pino: Culturalmente, el humor no es tomado muy en serio, y, en cierto punto, no nos tomaron en serio.
Eran una de las pocas bandas de culto que quedaban en Argentina. ¿Y ahora?
Fernando: Ojalá. Me encantaría que dentro de cinco años me llame tanta gente que tenga que volver a tocar. Todavía no, pero puede ser que en algún momento una generación pegue la vuelta y digan: “Loco, ¿por qué se fueron estos pibes, si eran buenos?”. Fuimos la banda de una generación. El que fue a la costa en determinada época sabe quiénes somos.
Pino: La verdad, nos siguió la gente y el éxito fue tocar veinte años.
* Sábado 6 en El Marquee (Scalabrini Ortiz 666). A las 21.
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