“24 HOUR PARTY PEOPLE”, O LA SEGUNDA FUNDACION DE MANCHESTER
La película cuenta el nacimiento y apogeo de una escena musical clave en las décadas del ochenta y noventa. Del punk al acid-house, todo lo que pasó, está contado en el finísimo límite entre ficción y realidad. De eso se habla en estas páginas. Como bonus, una pequeña guía de diez películas imprescindibles de ver en el Festival de Cine Independiente.
TEXTOS: MARTIN PEREZ
lSegún cuenta la
leyenda, el primer show de los Sex Pistols en Manchester no fue precisamente
un éxito. Había allí apenas unas decenas de personas. Cuarenta
y dos, según la versión de recuento más difundida. Veintisiete,
según recuerda Tony Wilson en el site oficial de 24 Hour Party People,
la película de Michael Winterbottom que se perfila como una de las perlas
del Festival de Cine Independiente que ayer comenzó.
Más allá de las precisiones, el punto es que eran pocos. Pero,
como suele suceder con los momentos históricos, esos pocos fueron los
que comenzaron todo. Y al decir “todo”, la referencia es que fue la
chispa que convirtió, en el transcurso de las dos décadas siguientes,
a la aislada Manchester en un sitio clave del rock anglosajón. “Ahora
que es una ciudad musical internacional, es fácil olvidar lo aislada
que era entonces”, escribió el periodista inglés Jon Savage
en el prólogo de Touching from a Distance, la emocionante biografía
de Joy Division y de Ian Curtis escrita por la viuda del cantante. Y agrega
Savage: “Manchester era un medio ambiente sistemáticamente degradado
por la revolución industrial, atrapado en un paisaje de lomas bajas,
con la alienación como único escape posible”. Semejante panorama
no hace más que dejar en evidencia que Manchester era el lugar indicado
para que se multiplicara el contagioso virus mutante de la música punk.
Tal como dice el falso Tony Wilson que protagoniza el film de Winterbottom:
“No éramos muchos, es cierto, pero tampoco había mucha gente
en La última cena”.
A la hora de sentarse a ver el film de Winterbottom que recorre el mito de Manchester
desde la muerte del punk hasta el final del acid-house, es ejemplar la forma
en que retrata aquella iniciática noche del 4 de junio de 1976 en el
Lesser Free Trade Hall de Manchester. Porque la reconstrucción de la
escena ocurre con los verdaderos Sex Pistols, en ese show. A partir de una filmación
en Super 8 del verdadero recital, Winterbotton colocó en su sitio a todos
los protagonistas del mito. Y, por último, hizo que su protagonista –un
Tony Wilson totalmente consciente de que está en un film, y que habla
a cámara casi todo el tiempo– los fuera presentando uno a uno. Allí
están quienes serían los Buzzcocks, con Howard Devoto a la cabeza,
y también quienes serían Joy Division. Ah, y también entra
en la estampita Mick Hucknall, quien aun mucho tiempo más tarde formaría
Simple Red –tal como dice el Wilson de la pantalla– como si el punk
no hubiese sucedido. Pero la verdadera comprensión de semejante escena
sólo es posible con los Sex Pistols en pantalla.
“Una de las primeras cosas por las que nos preocupamos es que el film fuese
una celebración tanto de la época que retrataba como de sus protagonistas”,
explicó una y otra vez Winterbottom, hablando de su film. Fanático
de directores como Linsday Anderson e Ingmar Bergman –uno por su rebeldía,
el otro por su independencia–, Winterbottom corrió detrás
de ambos antes de comenzar a hacerse un nombre propio dentro del cine británico.
Trabajando en una película tras otra desde su debut a mediados de los
noventa, y capaz de cambiar de registro y de género con mucha facilidad,
Winterbottom es conocido por films como Wonderland o Welcome to Sarajevo. Y
su último opus, In this World, acaba de ganar el Oso de Oro en el Festival
de Berlín, contando la historia del viaje ilegal de dos niños
afganos hasta Londres. 24 Hour Party People es la escala previa en su filmografía,
con la que compitió el año pasado en Berlín, sin demasiada
suerte. Tampoco la tuvo en Inglaterra, donde el film fue algo maltratado por
la crítica y menospreciado por el público. Un detalle que fue
subrayado en las críticas generalmente favorables y laudatorias que la
película recibió al estrenarse en los Estados Unidos. “Todo
el film es una acumulación de mentiras, ¿se dan cuenta de eso,
no es cierto?”, ha dicho también una y mil veces Tony Wilson, el
fundador de Factory Records, el sello de Joy Division, New Order y Happy Mondays,
centro del fenómenoManchester. “Pero el milagro es que aún
a pesar de eso se las ingenia para contar toda la verdad sobre el punk, el acid-house
y toda la historia de Factory.”
“Cuando me subí al primer tren con destino a Manchester para comenzar
la investigación previa a la escritura del guión, pensaba que
tal vez habría que centrarse en la historia de Ian Curtis. O sino en
la de Shawn Ryder”, cuenta el guionista Frank Cottrell Boyce en una entrevista
presentada en el site oficial del film. “Pero apenas conocí a Tony
me di cuenta de que él era el hombre indicado para contar, a través
de él, no una sino dos revoluciones musicales.” Avergonzado y halagado
al mismo tiempo por la decisión tomada, Wilson asegura que intentó
hacerlos cambiar de opinión, pero que se rindió cuando Steve Coogan
–el actor que lo interpreta en el film– comenzó a reunirse
largamente con ellos. “Yo fui el que tuvo la idea de que el personaje de
Wilson debía hablarle a cámara”, le explicó Coogan
al Village Voice, con Wilson presente en la entrevista. “No me podía
imaginar a Tony Wilson en una película sin saber que, efectivamente,
estaba formando parte de una película.”
24 Hour Party People es un film de rock que quiere ser, de verdad, un film de
rock. O, al menos, no quiere ser decididamente un film a secas: poco hay de
tradicional en su forma y contenido. Su único gran drama es el artístico:
más allá de eso, es un maravilloso rejunte de anécdotas,
explicadas aquí y allá por sus protagonistas. Es decir, por el
actor que interpreta a su verdadero protagonista. Muchas de ellas desmentidas
inmediatamente por sus verdaderos protagonistas. Como cuando el reclusivo Howard
Devoto en persona aparece en pantalla para desmentir el haber tenido sexo en
el baño de un club con la mujer de Wilson. Verdadera celebración
de su época y su música, 24 Hour Party People es como un documental
actuado, tan libre y jocoso que se permite hasta una aparición final
de Dios, echándole en cara a Wilson el no haber firmado a los Smiths.
Con lo que queda claro cómo es que un atado de mentiras puede ser, también,
absoluta verdad.
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