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Jueves, 17 de abril de 2003

THE BREEDERS, PRONTO EN BUENOS AIRES

Ahí vienen las chicas

Kim Deal, modelo alternativa de los ‘90, habla de la resurrección de la banda que lidera con su hermana. “Alguna vez querría matarla”, dice. Para saber si sucederá esa noche: 2 de mayo en La Trastienda.

 Por Roque Casciero

Hace exactamente una década, The Breeders era una entre tantas esperanzas del rock alternativo. Había motivos: Kim Deal, cantante y guitarrista, era un icono de esa generación porque había tocado el bajo en Pixies, y la canción “Cannonball” (incluida en el disco Last Splash) se había convertido en un hit de la era alternativa de MTV. En 1994 todo aparentaba seguir bien y la banda paseó su éxito por Estados Unidos, a través de Lollapalooza. Pero después de eso, Breeders se desarmó y recién el año pasado logró publicar un demoradísimo tercer disco. Los pronósticos acerca de la reunión no eran muy positivos porque, entre otras cosas, Kim y su melliza Kelley (guitarra y voz) seguían insistiendo en excesos tóxicos y peleándose arriba de los escenarios. Sin embargo, la nueva versión de la banda ya lleva un par de años trabajando, tiene listos los temas para un nuevo álbum y el 2 de mayo tocará en Buenos Aires. O sea que no conviene hacer pronósticos cuando se trata de The Breeders. “Por lo general, Kelley y yo nos llevamos bien”, asegura Kim Deal por teléfono. “Pero si durante el día la hice enojar, durante el show va a empezar a mirarme mal, y yo voy a mirarla mal a ella, y habrá tensiones. De todos modos, nos amamos. Imaginate que tu hermano fuera parte de tu banda: siempre vas a quererlo, pero algunas veces también querrías matarlo.”
–Tardaste nueve años para sacar Title Tk, el tercer disco de The Breeders. ¿Pensaste que nunca iba a suceder?
–Después de que hicimos Lollapalooza, mi hermana fue en cana (por posesión de heroína). Como ella estaba ocupada con eso, empecé otra banda llamada The Amps, saqué un álbum llamado Pacer y salí de gira para presentarlo. En 1997 me propuse rearmar la última formación de The Breeders, pero ninguno de los otros quería hacerlo. Igual pensé que tenía que llamar Breeders a la banda otra vez, porque se estaba poniendo todo muy confuso. Ahora pienso que a The Amps tendría que haberlo llamado Breeders, porque la formación de esta banda cambió todo el tiempo, desde el comienzo. Odio cuando las bandas cambian de integrantes, pero en nuestro caso empezó de ese modo, como una banda paralela para mí, que estaba en los Pixies, y para Tanya (Donelly, de Throwing Muses).
–Cuando Kelley salió de la comisaría, fue directo a un centro de rehabilitación. ¿Cómo fue ese momento para vos?
–Estaba feliz de que estuviera en rehabilitación, porque pensé que iba a morirse. No sé si tenés algún amigo o familiar que haya estado enganchado a la heroína, pero sabrás que pueden morir de sobredosis. Así que, en ese momento, sentí que podía relajarme.
–Pero eso también significó que The Breeders no podía seguir tocando.
–Es verdad. Ella se fue a Minnesota, pero fue bueno, porque estaba limpia... Estaba contenta por ella.
–Después de eso, ¿es verdad que volviste con The Breeders, pero sin Kelley, hasta que tu mamá dijo que para que una banda se llamara así tenían que estar sus dos hijas?
–Sí, mi madre es así. ¡Que se vaya a cagar, mi vieja! (Se ríe)
–Durante los últimos cinco años aprendiste a tocar todos los instrumentos de una banda de rock. ¿No encontrabas músicos que consideraras de tu categoría?
–En 1997 intenté encontrar gente para tocar, pero era el momento en el que el protools empezó a ser accesible. Se hacía difícil conseguir que un baterista fuera a ensayar, porque estaba jugando con el suyo en el living de su casa. Lo cual era muy cool, excepto por el hecho de que el tipo no salía de su casa... No había nadie que tocara la batería, o al menos eso sentía yo. Entonces decidí aprender a tocar bien la batería y grabarla yo. En el estudio de Steve Albini grabé tres canciones para Title Tk, pero se me ocurrió que a mí me gustan las bandas de rock y que no quería trabajar con sesionistas. Estaba haciendo el álbum sola simplemente porque todavía no había encontrado a mi banda.
–Además de Kelley, en la nueva formación de The Breeders hay dos músicos de origen latino (el bajista Mando López y el baterista José Medeles). ¿Aprendiste algo de español con ellos?
–Mando y José tienen ascendencia mexicana, y siempre me dicen “pinche güera”. Creo que quiere decir “fucking blanquita”. Pero cuando me lo dicen, me abrazan, así que supongo que es cariñoso.
–¿Sabés decir algo más?
–Sí, me enseñaron varias puteadas.

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