Jueves, 19 de septiembre de 2013 | Hoy
JULIO & AGOSTO SE OCUPA DE EL RITMO DE LAS COSAS
Esta multitud con nombre de dúo calendario cautivó con el mundo de zombies y monstruos presente en su disco.
Por Hernán Panessi
En un caserón de Caballito, de esos de escaleras largas y habitaciones con techos altos, ensaya una miniorquesta cancionera, un tropel de personas dulces, azucaradas. Con la camaradería como contraseña, Julio & Agosto acaba de editar su segundo disco: El ritmo de las cosas. Y en él, tras esos temas cándidos, hay ahora algo triste que sobrevuela el ambiente. Una dualidad poderosa: mitad melancólica, mitad alegre. Con su primer disco oficial y epónimo, grabado entre finales de 2010 y comienzos de 2011, las cosas cobraron otro caráacter, puntea Marcelo Canevari, contrabajista. Ya con ese disco en la calle, sus primeras fechas resultaron tocatas en casas de amigos o en galpones. Invitaban a todo el mundo a que se apersonara. “Va a haber comida”, repetían como mantra para aumentar la convocatoria. Y la aumentaron. Muchísimo.
Hay un “elemento beatle” en su imaginario, sostenido en mecanismos atractivos para gente no tan melómana, pero que igual expresa una onda para nada convencional. “Queremos ser sencillos sin caer en lo facilista”, devela Miguel Canevari, guitarrista. “Sin embargo, El ritmo de las cosas tiene una manera sana de ser pretencioso”, añade Juan Buonuome, ¿cajonista? La otra pregunta es por el nombre de la banda: “Nació en una votación por MSN, en 2006. Era éste o Godines. Menos mal que ganó éste”, celebra Santiago Adano, guitarrista y cantante. “Ni había una banda, éramos unos flyers y un Fotolog”.
Antes del primer larga duración grabaron un disco en vivo en el Pachamama para, con el dinero ganado, viajar a Bariloche: Promediando el show. “Era todo bien hippie, con cajitas artesanales cosidas con tela”, ironiza Adano. “Lo loco es que mandamos a Miguel a hacer el disco e hizo unos CD con datos, en lugar de unos con audio. Todavía los tenemos. Hay que prenderlos fuego”, apunta. Todos ríen cómplices; incluido Miguel. Luego de generar su propio universo –con zombies, Godzilla, King Kong y anclaje en los comics– supieron rodearse de gente luminosa. mantienen un fuerte vínculo con, por ejemplo, el historietista Ayar B., quien siempre los agita con garabatos.
El ritmo de las cosas ya está colgado en la red –fue el más escuchado durante agosto entre los discos locales en Bandcamp–, pero de momento no tuvo edición física. “Creo que es un disco de la concha de la lora, aunque la experiencia se completa en vivo. Las cualidades de la banda se lucen mucho más ahí”, dice Leandro Aspis, trombonista y cantante. “La noche que lo subimos nos juntamos a llorar como si fuera Año Nuevo, con garrapiñada y sidra”, comenta Guido Gromadzyn, violinista. ¿Saldrá en físico? Parece que en brevísimo, vía Monqui Albino, el sello desde donde Julio & Agosto edita y difunde conjuntos independientes. “El objetivo es hacer fechas para financiar discos de quienes lo conforman”, completa Luciana Cuneo, también violinista. Y desde allí planean sacar El ritmo de las cosas en casete. Con la alegría y la camaradería de siempre, sí, pero ahora también con toda la melancolía lo-fi.
* Sábado 21 en El Festival #Mudanza del Centro Cultural Matienzo. Desde las 17 con Violentango. Luego del show habrá bicicleteada hasta la nueva sede (Pringles 1249) y tocarán Paprika, La Cosa Mostra y BarmitzMidis.
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