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“Pará, pará. ¿Podemos hacer de nuevo la toma? No me escucho bien en los auriculares”, piden desde el otro lado de la pecera. “Claro –responde un alto y simpático personaje detrás de los controles–, decime todo lo que necesitás. Yo estoy acá para hacer que te sientas cómodo.” En Panda, el famoso estudio del barrio de Floresta, Gordon Raphael estuvo trabajando con bandas del país. Raphael es, ante todo, un fenómeno. Es flacón, altón, de rulos un tanto largos y revueltos, y cara de buenazo. Hace que el otro se sienta cómodo e importante a la hora de entrar al estudio. Incluso pasa desapercibido como un integrante más del grupo, algo que llama la atención en tiempos de personajismos donde algunos productores quieren figurar, a veces, por encima de la música. No es un detalle menor, teniendo en cuenta que éste es uno de los productores yanquis más importantes de la última década, con sus trabajos en los primeros discos de The Strokes y con Regina Spektor, con Stone Gossard y Jeff Ament (ambos de Pearl Jam), cuando todavía eran unos adolescentes desconocidos, con su proyecto Green River.

Este trotamundos nacido en Nueva York, luego mudado a Seattle, de vuelta a NY, y Londres, finalmente se asentó hace unos años en Berlín por “razón de espacio”: básicamente para poder tener todos sus equipos e instrumentos con él. Aunque reconoce que le gusta mudarse. También comenta que no tiene gran interés en producir bandas consagradas, sino que su proceso de selección es mucho más fácil: “Abro mi página de Facebook y encuentro bandas que me mandan canciones. Si me gustan, las produzco”. Asegura que apenas picó los últimos de The Strokes y pensó: “Esto no es para mí”. Y con una risa tímida continúa: “Hay tres canciones que me gustan de ese álbum, pero creo que ayudé a producirlas”.

La primera vez que estuvo en Argentina fue porque Brian, de Santa Cecilia Sounds, lo invitó a dar un discurso sobre cómo grabar con un bajo presupuesto. La última fue la cuarta vez que Gordon estuvo trabajando en el país. “Amo Argentina, especialmente la música de Buenos Aires y Rosario. Todos aman el rock and roll, que es mi género preferido, y me siento como en casa. Hay bandas argentinas que podrían ser de Estados Unidos o Inglaterra porque son increíbles. Me gustaron muchas. Plástico, por ejemplo, es muy interesante, y combinan muchos elementos como el rock, la electrónica y la poesía. También hay otras bandas que me gustan como Destrozada Formalidad, Surfistas del Sistema o Paris Paris Musique.

Produciendo tanto dejaste un poco relegada tu propia obra musical.

–Mi carrera musical es un triste misterio. Siempre quise ser famoso por mis canciones, y todavía tengo el mismo sueño. Quiero tocar más, impulsar mi música y escribir más. El tour fue muy divertido, en México tuve muy malos sistemas de sonido, y en Buenos Aires, en Niceto Club, algo salió mal, fue raro. Toqué muy bien, y pude sentir la conexión con la audiencia, pero fue un show muy duro. Estuve en dos peleas en mi vida: ambas con sonidistas. Por otro lado, Rosario fue uno de los mejores recitales del tour. Nos trataron maravillosamente, tenían muy buen sonido y la mejor comida. Fue muy raro, porque por primera vez en mi vida veía chicos que me pedían sacarse una foto conmigo. Me sentí una gran estrella. En mi mente siempre fui una estrella, ¡pero no todo el mundo acuerda conmigo! Jajaja.

Muchas fueron las bandas que pudieron trabajar con Gordon en sus distintas estancias en Argentina. Y todas coinciden: Raphael es un capo.

Plástico: En general, primero se crea una banda y después comienzan a surgir las posibilidades de grabar discos y tocar en vivo. En el caso de Plástico fue al revés. Juan Bocconi, una de las voces del grupo, grababa temas como solista, uno de los cuales era Subir al tren. Y Mariano Dames (actual bajista y productor de la banda) le preguntó si le gustaría grabar con Gordon, ya que le había pasado el tema, y a Raphael le gustó. El problema era que la banda no existía. Un año más tarde, ya en 2013, Gordon Raphael volvió a Buenos Aires y se encontró con una banda madura, con gran cantidad de shows, y que produjo más de 17 temas, de los cuales siete fueron grabados en cinco días junto al estadounidense, entre “campo y magia”. Esas canciones están en el debut del grupo, Almendra Milk.

Paris Paris Musique: “Conocíamos quién era Gordon por su trabajo con The Strokes. Empezamos a indagar más sobre su carrera, y él contaba que sólo trabaja con bandas que le gustan, que tienen algo diferente. Le escribimos por Facebook con el link de nuestro primer disco y a la hora respondió preguntando cuándo queríamos trabajar con él. Habíamos ganado un concurso de bandas organizada por uno de los diarios más importantes de la ciudad junto con otras radios: nos nombraron la ‘mejor banda cordobesa de 2011’ y nos regalaron sesenta horas de grabación. Le enviamos las especificaciones técnicas del estudio y decidimos juntos que la grabación sería en nuestra ciudad, Córdoba. El sonido que buscábamos es el que tenemos en vivo, todos al mismo tiempo sin agregados ni parches, que es el estilo de Gordon, y así grabó a The Strokes. Fueron dos semanas de aprendizaje. Pudimos verlo en el estudio con una vibra genial, familiar y tranquila. Esa es otra de sus características, la buena onda. Habíamos hablado un poco de su música, y terminamos planeando una gira latinoamericana junto a él. Abríamos los shows con Paris Paris Musique, y después tocábamos como músicos suyos interpretando sus temas. Fue una experiencia muy enriquecedora.”

Destrozada Formalidad: “Nos contactamos con Gordon en 2012 mientras él estaba en el país trabajando con varias bandas, y si bien le gustó el demo que le mandamos, no tenía tiempo para grabar con nosotros. Nos enteramos de que venía nuevamente y lo contactamos. A partir de eso fuimos dos días a El Pie con dos canciones preparadas para grabar un EP. Nos sorprendió el manejo y la experiencia que tiene de todos los parámetros del estudio, y su personalidad tan mística y especial. Trabajamos tan cómodos que al final grabamos cuatro canciones y se animó a tocar sintetizadores en un tema. Cuando quedaban pocas horas de estudio, le preguntamos si podíamos experimentar con una de las canciones y grabarla al viejo modo con sólo tres micrófonos en la batería y todo, incluida la voz, en la misma toma en vivo. Le encantó la idea y grabamos un tema en 15 minutos. Es receptivo, y ante alguna dificultad hablaba con nosotros para resolverla. El resultado fue Boxeador, un EP que subimos a la página y regalamos en los shows”.