En los caireles de la literatura, pero sobre todo en el de las historietas, existe el recurso What if...?. Es decir: “¿Y qué si...?” o “¿Qué habría pasado si...?”, ucronías con las cuales se suelen formular las premisas de la historia contrafáctica. Hordas de zombies comiendo a Juan Díaz de Solís, primer navegante español en llegar al Río de la Plata. Sangre derramada, músculos cortándose, venas que expulsan chorros de veneno. Ni viruela, ni fiebre amarilla: brotes de virus zombies en la historia argentina. “¿Qué habría pasado si...?”, se preguntó Luciano Saracino para Argentina Zombie. Historia oculta de la patria, uno de esos “What if...?” que probablemente nunca vayan a ser leídos en los colegios.

“Si querés entender la historia argentina desde este libro, estás mal”, dice Saracino. Es que su último trabajo ancla en una fábula, pero también en lo verídico. Un terreno en el que también jugó Gabo Ferro en Barbarie y civilización. Sangre, monstruos y vampiros durante el segundo gobierno de Rosas. “Me junté con historiadores. Lo que cuento es real, pero trabajé de forma diferente el concepto del ‘otro’. Como... ¿qué tiene que pasar para que Mauricio Macri entienda al cartonero?”, arremete. Es sabido que suele partirse de posiciones etnocéntricas para entender la otredad. Los europeos acuñaron la idea del descubrimiento de América para referirse a su llegada a este continente, negando desde el lenguaje la existencia de un otro. Aquí el zombie es el otro: “¡Una hermosa metáfora del capitalismo!”.

Un cielo azul, la cordillera nevada. Un pecho abierto, una postura de titán y un coloso de capa y espada. Como una novedosa forma de entrarle a la historia, Saracino también guionó El General San Martín (Ovni Press). En ese comic, San Martín era una suerte de superhéroe. “¿Sabés por qué no me gustaba la historia? Porque me la contaban para el ojete.” Es que lo lúdico también puede resultar efectivo para una primera aproximación al conocimiento de ciertos temas. A la sazón: la historia, con sus tiempos lánguidos asociados a la escolaridad. Y ahí, Argentina Zombie... toma otra significación: la de un libro de historia con un fuerte matiz ficcional.

Saracino tiene 35 años, pero no está comenzando su carrera. Empezó en su adolescencia a escribir revistas de cumbia —la Voces Musicales– y hoy ya tiene 55 libros editados en todo el mundo: poesía, crónica, novelas e historietas para adultos. Sin embargo, lo que más reluce son sus libros para chicos. “Paso catorce horas por día escribiendo. Si me preguntás si esto lo planeé, no. Salió así”, señala. En la actualidad escribe... ¡cuatro series para Pakapaka! Confirmado: no para. Viajes por el mundo para charlas y presentaciones, agenda apretadísima y una capacidad productiva inagotable –”Me inspira casi todo: salir a la calle, viajar en transporte público”– hicieron de Saracino uno de los autores en boga. Incursionó en TV abierta –guionó Germán, últimas viñetas, por Canal 7– y ahora hará cine: “Escribí Necronomicón, una de terror a partir de una historia que vincula a Lovecraft con Borges y la Biblioteca Nacional”. Y en el fragor de su producción –no hace falta un “What if...?” para anunciarlo– es probable que cuando salga el próximo ejemplar del NO, sus libros sean 56, 57, 58...