Jueves, 13 de febrero de 2014 | Hoy
IDAS Y VUELTAS DEL REGGAE COMO FENóMENO ESTIVAL
Músicos, periodistas y productores analizan por qué el género parece haberse replegado respecto de los últimos años.
Por Yumber Vera Rojas
Hace dos años, en un verano no tan caluroso como éste, el reggae argentino no sólo fue tapa de todas las publicaciones de música sino que estaba al palo en las radios e incluso en algunos programas televisivos. Lo que confirmaba el posicionamiento de esta cultura en un imaginario colectivo dominado por el rock, luego de que ese tsunami verde, amarillo y rojo despertara en 2002 con festivales y ciclos incipientes del temple de Oye Reggae y Buenas Vibraciones. Tomó cuerpo en 2004 con la segunda visita a Buenos Aires de los Wailers, alcanzó velocidad con la aparición del CD ¿Quién da más? de Los Cafres, y arrasó con todo a su paso cuando Dread Mar I rebalsó el Estadio Malvinas Argentinas en 2011. No obstante, en el actual período estival, algo pasó con el folklore jamaiquino, pues el Marley de Telefe parece tener más arrastre que el del Get Up, Stand Up, al tiempo que marcas, festivales, medios y público prescindieron de los servicios del frente criollo del género en beneficio de... ¿Agapornis?
“Puede ser que no esté en la cresta de la ola, como sucede a todo movimiento cultural. Pero de los 25 o 30 años que tiene la escena local, hubo muchas etapas parecidas a ésta”, afirma Santiago Palazzo, conductor del programa radial La de Dios, el principal altavoz reggae en la Argentina. “Habría que pensar en ese pasaje de la canción La receta, de Los Cafres, que dice que ‘El reggae es belleza, no monotonía’ para comprender que este género no es una moda sino un estandarte. Es verdad que estamos en una etapa difícil si pensamos en masividad y popularidad, aunque seguro habrá tres bandas arriba.” Si bien uno de los grupos de esa terna es justamente Los Cafres, su bajista, Gonzalo Albornoz, coincide con que éste es un verano alicaído para la movida, en comparación con los de los últimos años. “Es natural que pase, y hasta lo vivimos en otras ocasiones. Lo que no quiere decir que el reggae no tenga llegada: hay un sector del público que sigue enamorado de esta música, y otro que ya no está enganchado.”
Pety, vocalista de Riddim y batallador del movimiento desde los tiempos en que su agrupación curtía el under, hace poco más de tres lustros, no concuerda con que el reggae local padezca un traspié en su popularidad: “Pese a que no se note en los medios, los grupos están tocando mucho”. Lo mismo opina Facundo Rojo, bajista de Yataians, la nueva sensación de la escena local: “A pesar de que este verano no nos dedicamos a buscar fechas porque estamos grabando nuestro segundo disco, me pude percatar de que Dread Mar I y otros artistas importantes de la movida siguen rompiéndola”. De hecho, el autor del himno Tú sin mí, quien mañana tocará en Capital en un ciclo del gobierno porteño organizado en la Ciudad del Rock, inauguró sus shows estivales el pasado 11 de enero, ante 20 mil personas, en Mar del Plata, en calidad de cabeza de cartel de la primera fecha de la versión veraniega del Personal Fest. Evento en el que también participaron Los Cafres, pero en Las Grutas, el último fin de semana.
Si bien grupos y solistas de la escena están ocupados con shows en salas y boliches, los festivales siguen siendo las vitrinas por excelencia. Sin embargo, a pesar de que el Rock BA 2014 y el Cosquín Rock incluyeron en sus grillas artistas o fechas dedicadas al reggae, este año fueron muy pocos los exponentes que tuvieron acceso a los eventos multitudinarios de las grandes marcas. “El reggae es entendido por los medios como un mercado emergente del rock, y es una realidad que tenemos que asumir: jugamos en la B”, señala Palazzo. “Es una fotografía de algo más complejo, pues para muchos esto es pasatista, y lo impulsan de esa manera”, completa. A lo que Pety adhiere: “No es una música para el verano. Esa es una etiqueta estúpida. Es un tema de la gente que maneja el negocio, porque eso no sucede en otras partes del mundo”. No obstante, para Rojo es natural el estereotipo que gira en torno de esta cultura: “Algunos esperan del reggae que sea feliz, amoroso y bailable. Y aunque es todo eso, nunca fue snob”.
Al tiempo que playa, sol y arena buscan aún el hit que los represente, Dread Mar I lanzó en enero su nuevo sencillo, Nada, mientras que Riddim la rompe con Music is Life. Lo que garantiza al reggae criollo continuidad tanto en el dial como en los canales de videos. “Está bueno que el género descanse”, justifica Albornoz, cuyo grupo presentará en abril, en el Teatro Opera, su CD doble y DVD 25 años de música. “Es cierto que el tema económico influye porque nos acostumbramos a vivir de esto, pero en la medida en que tengamos la chance de subirnos a un escenario, seguiremos adelante.” Aunque el gran espaldarazo discográfico para el reggae estival ‘14 es la publicación del compilatorio triple Hemp!, segundo volumen del tributo reggae a Los Beatles. La notable producción independiente cuenta con temas de los británicos a manos de artistas locales (Los Cafres, Kameleba, La Zimbabwe, Resistencia, Sessiones, Bahiano, Sig Ragga, Los Pericos, Pablo Molina, Nairobi), clásicos (Dennis Bovell, Yellowman, Mad Professor) y exponentes de varias nacionalidades y épocas del reggae.
Aún es muy prematuro vaticinar si 2014 será un año difícil para la escena; lo cierto es que aunque Pelagatos, otro programa importante de la movida, se convierte en radio online de 24 horas y con otros géneros también, La de Dios no seguirá al aire, luego de que las nuevas autoridades de la FM Rock & Pop decidieran darle de baja en enero, tras once temporadas. “Nunca me dijeron por qué sacaron el programa, si nuestra medición era saludable, con 40 mil personas entre Capital y el Gran Buenos Aires”, explica Palazzo. “No tenemos aún radio, y quizás ésta sea una época fría, pero el reggae es inmortal.”
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