EL PLAN MAESTRO DE AZTECAS TUPRO
La banda mestiza que hace diez años recorría la costa publicó un disco que muestra todo lo aprendido en el camino.
› Por Julia González
Un verano, hace diez años, Aztecas Tupro copó cada parador de Villa Gesell, cada barcito o simplemente la playa. Una banda de ska (también de reggae, rocksteady, dub, cumbia y hip hop) que recién había editado su primer disco, Retumba, y se había formado a mediados de los ‘90, salía a las pistas de arena con la apuesta de viralizar las ciudades a través de “el boca en boca”. A la vuelta de esas vacaciones, todo chico o chica que había estado en la costa recordaría a esa banda nueva que reverenciaba a Sublime, The Clash y Bob Marley. El plan maestro de Aztecas Tupro estaba en funcionamiento. Entonces ya tocaban tan fuerte como hoy, con la energía de los que reparten sudor en cueros desde el escenario, que de casualidad no se rompe con sus saltos. La banda liderada por Pablo “Huevo” Wehbe sigue saliendo al mar, ahora con su homónimo quinto disco (o AT), editado en 2013. “Lo más importante es la variedad de lugares a los que la gente vuelve luego de sus vacaciones, y por lo tanto, donde terminan llegando nuestras canciones y discos. Nuestra música acompaña esos momentos que se viven en la costa entre amigos, parejas y familias, y ser la banda de sonido de sus vacaciones está buenísimo”, dice el guitarrista Fede Fassa.
Con los tiempos que maneja un grupo independiente y autogestionado, se fueron cumpliendo los ítems que respondían al sueño azteca. Ampliaron la costa atlántica y se fueron de gira a México; telonearon a Manu Chao y a La Vela Puerca. En 2009 tuvieron fiesta de 15 y en 2010 recorrieron parte del país. “A partir de 2011 seguimos en ese plan de hacer varias fechas grandes al año y volver a los lugares del interior donde nos empezó a ir bien. En ese momento empezamos a darle forma al paso siguiente, sacar un nuevo disco, pero el desafío de hacerlo por las nuestras nos llevó a trabajar mucho más adentro del estudio y la sala; y a salir a tocar mucho menos. Nos planteamos un viraje en nuestra música para no repetirnos y aburrirnos, y esa búsqueda encontró también algunas crisis que terminaron con el alejamiento de dos miembros, percusionista y bajista”, se explaya Huevo. Pero se anexó la pata rockera con el ingreso de Pape Fioravanti, ex El Ojo de Sánchez, en el bajo, quien además grabó y editó el último disco.
Un equilibrista grafica el arte de AT y es lo que, según ellos, define a Aztecas. “Lo que busca mostrar es que todo depende únicamente de vos, cada paso que das es el que te lleva a tu objetivo o hace que te caigas. En este disco asumimos todos los riesgos y caminamos esa cuerda floja, pero cumplimos el objetivo y la foto muestra ese camino”, dice el cantante. El nuevo disco cierra el concepto del paso asertivo, con cuidado pero firme. En el pasado habían trabajado con productores, pero esta vez todo estuvo a cargo de ellos. Dice Horacio Antelo, tecladista: “Ahora sentíamos que estábamos lo suficientemente maduros como para encargarnos de todo y tomar todas las decisiones. Pero hizo falta tiempo y aprender a consensuar cada decisión. Fue un trabajo muy artesanal y llevó tiempo hasta que estuvimos realmente conformes, pero ahora cada vez que lo escuchamos no nos reprochamos nada, todo lo que quisimos hacer en el disco lo hicimos”.
* Viernes 21, en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 20.
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