Jueves, 27 de febrero de 2014 | Hoy
YO LOS CONOZCO II
Por Julio Nusdeo
“Lo bueno de cualquier artista es que no tiene que rendir cuentas a nadie. Puede tomar cualquier idea y hacer algo sin importar si al final fue fiel o no a eso”, resume Javier Areal Vélez, guitarrista, compositor y “freak del control” en COSO. Y probablemente tal visión no sea otra cosa que el motor de este proyecto nacido a finales de 2009, luego de un viaje a Nueva York en el que palpó los escombros y el presente de la escena no wave. Nombres icónicos como Teenage Jesus and the Jerks, James Chance and the Contortions y en especial DNA resultaron fundamentales en el período embrionario de este colectivo que completan la baterista Florencia Curci y el bajista Leandro Barzabal, responsable además del proyecto Enjambre de Guitarras. “Tanto en nuestro uso de instrumentos ‘rockeros’ para hacer noise como en las canciones breves o la cosa compuesta y no improvisada, hay mucho de esas referencias. Pero toda la pata de circuit bending o de usar instrumentos encontrados no está en esas bandas y no sé de dónde vendrá. De intereses nuestros, imagino.”
Con su álbum EP, de cinco canciones y 6.20 de duración, COSO hizo uso de juguetes intervenidos, sintetizadores caseros y chapas microfoneadas, y atravesó el período 2009-2011 enfocado en las performances en vivo y en el trabajo audiovisual de esas vertiginosas composiciones chispeantes, movedizas, disonantes y fracturadas en partes que jamás pierden cohesión. El sucesor de EP es EP2: ocho composiciones “bastante más complejas que las anteriores”, que alcanzan los once minutos y que serán estrenadas este sábado 1º. “Tenemos un mejor sonido, y como nos tomamos ciertas libertades a la hora de mezclarlo, no tenía sentido que el disco fuera fiel reflejo del vivo, porque tampoco es el concepto de la banda”, entiende Javier, quien junto a sus camaradas busca interpretaciones distintas entre sí.
Por estos días, COSO ajusta sus ejecuciones y se prepara para su primera gira por México, que incluirá la participación en Aural, sección dedicada a la música experimental del prestigioso Festival del Centro Histórico de México, compartiendo escenario con dos figuras del noise mundial: los japoneses Melt Banana y Black Pus, proyecto paralelo del baterista de Lightning Bolt. “Cuando nos enteramos de la programación y que íbamos a telonear a estos tipos, nos pusimos nerviosos”, admite.
Los temas aparecen de la idea de algún recurso específico, interviniendo las “reglas de juego” de la canción y generando restricciones a priori, que los obliga a concebir algo poco usual: “Me gusta esa idea de tomar un objeto o recurso y crear algo puntual para eso: ‘Ok, existe tal ruido en la guitarra, este sonido, etcétera, ¿qué se puede hacer con esto? Listo, ahora veamos otra cosa’”, explica su mecanismo.
En EP2 hay temas que van sobre la idea del trémolo o sobre polirritmos en una misma nota. Javier suelta: “La canción Qué más cosas la escribí directamente sin tocar nada, pensando en el sonido de la bata electrónica del primer disco de Suicide. El tema 8 bar blah es simplemente una sucesión de secciones de ocho compases que nunca se repiten. Hay otro tema que se llama Lemmy, que hice después de ver un documental sobre Motörhead, una banda que no escuché nunca, antes ni después de eso. Así que es mi interpretación o mi mal recuerdo de Motörhead”.
* Sábado 1º en el Centro Cultural Severino Di Giovanni, Paseo Colón 1068. Desde las 22 con El Bien y Aylu.
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