Jueves, 13 de marzo de 2014 | Hoy
EXCLUSIVA: HABLA RENé, EL RESIDENTE DE LA CALLE 13
El pirotécnico boricua que actualmente es el músico más trascendente de la región habla en profundidad sobre Multiviral, el camino del grupo, sus preocupaciones sociales, la paternidad, las redes sociales, Chávez, Uribe y Mujica, Puerto Rico y Estados Unidos, sobre por qué rompe un Maserati en el último video de la banda, su relación con el dinero y los pueblos americanos. ¡Uf!
Por Yumber Vera Rojas
“Me pareció buena idea comenzar en Buenos Aires por una cuestión de fuerza, aunque no es la primera vez que lo hacemos. Además de que el público local es espectacular, hay muchas cosas que me unen a esta ciudad, como mi esposa y varios amigos, e incluso viví acá un año y pico”, fundamenta Residente, alter ego de René Pérez, letrista y vocalista de Calle 13, sobre la elección de la capital argentina para subir el telón, el pasado 1º de marzo, de la gira del disco Multiviral, que salió a la venta el 28 de febrero, en principio en forma virtual. Por eso, en la puerta de la cancha de Ferro, las 20 mil personas que acudieron a la fiesta que amenizó el tándem boricua, en las que alternaron a lo largo de dos horas sus clásicos con algunas canciones de este quinto trabajo, recibieron una tarjeta plástica que contiene un código para descargar el álbum desde la página web del grupo. “Lo único negativo es que la gente no se va a saber los temas nuevos, pero no los vamos a tocar todos”, avisa.
Horas antes de su show, el rapero boricua atiende en exclusiva al NO, mientras Visitante, alias de Eduardo Cabra, músico y director de la banda, amén de hermano de Pérez, supervisa la prueba de sonido. “Durante los últimos días, dormimos poco. Apenas terminamos el disco, nos vinimos. Pero estoy tranquilo, ya controlo las canciones”, dice René. Al punto de que le avisa a su equipo de trabajo, con el que acaba de desayunar, que no irá al ensayo en el club de Caballito porque prefiere descansar un rato más.
Aparte de exhausto, el marido de Soledad Fandiño está irritado porque la prensa no quiere hablar de Multiviral, sino de su opinión acerca de las protestas estudiantiles que colmaron las calles de Venezuela en las últimas semanas. No obstante, al tiempo que desde el pasillo de la cocina del hotel de Recoleta en el que se hospeda se cuelan algunas ráfagas del Close To You de Carpenters, cada vez que los mozos van y vienen, a Residente le avisan que su flamante álbum ya es número uno en México.
Si bien Multiviral inaugura la disquera del grupo, El Abismo, no es la primera vez que Calle 13 apuesta por la independencia discográfica. ¿A qué se debió la decisión de lanzar este nuevo álbum por su cuenta? Al inicio de Entren los que quieran advertían que su contrato estaba por acabar y admitían que la gente acabaría bajándose los discos de Calle 13.
–Después de que salió el grupo, firmamos con White Lion, pues era la disquera que había. No sólo me gustaba la propuesta que hizo para sacar nuestro primer disco, sino su condición de sello independiente. Pero al poco tiempo le vendieron su catálogo a Sony Music, por lo que no tuvimos la oportunidad de elegir el camino. Al mismo tiempo, esa situación nos convenía porque éramos una agrupación nueva. Luego de que apareciera nuestro álbum anterior, Entren los que quieran (2010), finalmente encontramos el espacio para decidir lo que debíamos hacer con la carrera de la banda. Si bien ahora somos dueños del material, y eso es lo más importante, la multinacional –con la que seguimos trabajando para la distribución física de Multiviral– siempre nos dio libertad a la hora de hacer nuestra música. Lo que cambió es que tenemos que hacernos cargo de iTunes, YouTube y todo lo demás que uno daba por sentado.
–Salió así, de forma orgánica. Si tras de todos estos años en los que la música latinoamericana estuvo presente en las canciones Multiviral se proyecta como el trabajo más rockero de Calle 13, fue porque le hicimos caso a nuestro instinto al momento de hacerlo. A diferencia de los otros álbumes, tuvimos más tiempo para pensar en un cambio de dirección. Cuando terminaron las presentaciones de Entren los que quieran, en 2012, tomamos un receso de año y medio para concebir estos temas, que fue algo que nunca hicimos, pues siempre componíamos y grabábamos durante las giras. Eso me dio la posibilidad de reflexionar bien a fondo sobre la carrera del grupo, porque no me había detenido a pensar lo que pasó con nosotros desde ¡Atrévetetete! hasta Latinoamérica. Eso me afectó a la hora de escribir.
–Creo que es un álbum bien existencial. Empieza con Eduardo Galeano narrando algo que ya tenía escrito sobre el nacimiento de los seres humanos, en la intro El viaje, a lo que le sigue una canción como Respirar el momento, que inicialmente se iba a llamar La vida, en la que me pregunto cómo nacemos y morimos. Mientras que en El aguante cuestiono cuánto soportaron los seres humanos a lo largo de la historia. Son pequeños ensayos convertidos en letras. Nunca sentí que los discos de Calle 13 fueran políticos, sí sociales. Latinoamérica está tan politizada en esta época que muchos piensan que sólo apuntamos hacia ese lado. No obstante, Multiviral reafirma que no es así, pues acá lo que nos interesa es el tema de las ideas, de dónde salen.
–Nació a raíz de lo que está ocurriendo ahora con las redes sociales, la manera en que se viralizan movimientos como el 15M, el de los okupas en Wall Street o los que sacuden al mundo en este momento. Esta es una época en la que la información corre rápido. Así que pensé en escribir sobre eso, y se me ocurrió que podrían ayudarme Julian Assange, que es icónico a nivel mediático, y Noam Chomsky, quien no pudo participar porque estaba haciendo un libro. Me puse en contacto con gente en Ecuador para que me ayudaran a llegar a su embajada en Londres, donde se encuentra el creador de WikiLeaks desde 2012. Le hice llegar la música, le gustó, y nos quiso escuchar. Entonces viajé allá para explicarle lo que deseábamos. Después hablé con la gente de nuestra página web para que viralizaran que estábamos componiendo juntos una canción, al igual que las preguntas, con cuyas respuestas la escribí. Y una vez que estaba listo, la repartimos gratuitamente para que se viralizara en Internet. De esa forma nació el nombre del tema, y me pareció que también podía funcionar para el del disco, porque así trabajamos la promoción ahora: a través del boca en boca, además de que estamos regalando el álbum con la entrada de los shows.
–No lo sé. Soy amigo de Zack de la Rocha, hablamos mucho, e incluso estuvo en mi cumpleaños en Los Angeles. Pero a Tom no lo contacté por él, sino a través de otro amigo que le contó sobre nosotros. Así que cuando nos presentaron ya entendía en qué consistía Calle 13. Le mandamos la música, le gustó, e hizo algo en la guitarra. De esa manera salió todo.
–Se llama Kamilya Jubran. Es una cantante israelí de padres palestinos a la que encontré a través de Internet. Pensando en el video, nos pareció que estaba bueno hacerlo en Palestina, que es un país mediáticamente afectado. Los medios, considerando que distorsionan la información, te hacen sospechar de cualquier lugar. Me costó ubicarla pero valió la pena.
–Hay de todo, pero nos sucede en cualquier país al que vamos. Así como no son tantos los buenos artículos que aparecen acerca del grupo, tampoco son tantos los buenos reporteros, los buenos escritores o los buenos músicos. La propuesta de Calle 13 es más compleja que la de otros grupos. Puede aparentar ser simple para los que se creen los más intelectuales, aunque no es así. Si la subestiman de entrada, no la van a comprender.
Mientras reflexiona sobre el repertorio del quinto trabajo de estudio del tándem, Residente adelanta que ya tienen listo el video del tema bisagra del álbum: Adentro. No obstante, tras su estreno, el pasado jueves, el clip, rodado entre Arizona (Estados Unidos) y Puerto Rico, desató una nueva polémica, pues en la puesta audiovisual el rapero boricua destruye un Maserati de su propiedad, luego de que uno de los ídolos de su infancia, el legendario beisbolista estadounidense Willie Mays, le entrega un bate para que haga estallar su hoy extinto auto, que en su interior contiene armas y cadenas de oro. “Si lo hice volar en pedazos fue porque entendí que me era innecesario”, justifica el exponente de 36 años. “Lo compré cuando comencé mi carrera y era un carro que apenas usé tres meses. A diferencia de lo que la gente cree, no me salió tan caro. No sé nada de automóviles, hasta manejo lento. No me gustan los carros, no van conmigo.”
–Porque me gustó de afuera, y hay un poco de eso en el rap ostentoso. Luego de comprarlo, a mi familia le daba vergüenza usarlo. Fue más como una enseñanza para mí. Ahora que no existe, aprendí que puedo ser igual de feliz sin usarlo. Y creo que ese mensaje vale mucho.
–El haberlo hecho vale mucho más de lo que el carro me costó. Es destruir, con un mensaje, esa idea de que no era necesario. Me parece que esa imagen es más fuerte para los adolescentes. El consumismo está matando, a veces literalmente, a muchos jóvenes.
–El tema no es una tiraera contra los reguetoneros, sino una reflexión acerca de los que fomentan el uso de armas de fuego en su música, y la mayoría de los que lo hacen son raperos. Ellos se creen pandilleros cuando en realidad no lo son. Al menos en Puerto Rico y Estados Unidos, pasa mucho. Si eres rapero y te das por aludido, es porque la tienes adentro. Así que no es para nadie en específico. A pesar de que la letra gira en torno de la ostentación, el video es aún más gráfico debido a que los chamaquitos quieren asaltar y matar para tener eso que, supuestamente, vale más, pero al final no te deja nada. El haber destruido ese carro era una manera de ser honesto de mi parte, porque hay que serlo cueste lo que te cueste. Me tiré al medio yo, y me usé como ejemplo.
–Porque soy admirador de Silvio, y no conozco mucho la música de Silvito. Aunque creo que su discurso está llegando, porque, al igual que la agrupación Los Aldeanos, su nombre suena bien duro dentro y fuera de Cuba. No obstante, hay temas de Calle 13 en los que prefiero que haya un rapero, y otros en los que me parece que debe estar un cantautor. Y Silvio es uno de los mejores. Por eso pensé que su participaron sería atinada en Ojos color sol, que es un tema de amor. No lo llamé para hacer algo político porque me parecía redundante, pues somos dos artistas que trabajamos a nivel social. A mí me gustan mucho sus canciones de amor.
–No, al revés, me la paso payaseando todo el día. Al igual que yo, mi esposa es muy chistosa. De lo único que siento que puedo hablar con propiedad es de Puerto Rico y Estados Unidos, que son los países que me afectan directamente. De lo demás, sólo doy opiniones acerca de asuntos sociales. Me encantaría, de la misma forma que me pasó en Chile, tener contacto con los estudiantes venezolanos, porque no entiendo a qué se debe su lucha, si es por educación gratuita y de calidad. Sé que están molestos con lo que está pasando. Y hasta me piden que haga algo con esa situación. Luego de que a mediados de febrero fuera vapuleado a través de Twitter por el conductor radial Rafael Cadavieco, al recordarle al rapero que era el “Visitante” en Venezuela, a partir de un tuit del artífice boricua en el que “exigía paz” para la nación bolivariana, el vocalista de la dupla, mediante la misma red social, fue amenazado de muerte, por un usuario anónimo, si volvía a pisar el hogar de la Vinotinto. A lo que prefirió no contestar. Sin embargo, Pérez, días más tarde, en un recital gratuito que ofreció en Puerto Rico, opinó nuevamente sobre la tensa circunstancia política y social que atraviesa ese país: “No nos podemos dejar engañar por ningún medio de comunicación”. “Un muchacho venezolano me criticó por opinar acerca de lo que sucede allá, y me mandó un tuit con una foto de una de las protestas en la que se veía una pancarta con un mensaje”, evoca Residente, que el 20 de marzo tocará con su banda en el estadio Talleres de Mendoza. “A lo que le respondí: ‘Lo escrito ahí es una canción mía’.”
–No la tuve nunca, y se hizo cada vez más pesada. Estaba tocando un día y una persona me dijo: “¿Puedes decir esto?”. Y ahí se disparó, y me empezaron a llamar para que dijera cosas. Creía en algunas, y otras las entendía. Lo hice para darles espacio a personas que no tenían voz, y para que los medios las atendieran. Y me empecé a interesar. Fue un peso social que no buscaba y que me fue cayendo poco a poco. Al final, aunque no lo quisiera, se convirtió en algo mayor, pues si no decía nada, estaba mal, y si lo decía, también.
–Es bien complicado. ¿Cómo puedes explicarle a la gente que es de izquierda, como a la que no lo es, que puedes compartir ideas sociales, no económicas, y que te entiendan? La independencia de Puerto Rico está asociada a eso, y mi familia proviene de ahí. Como soy independentista, me consideran un izquierdista con ideales económicos vinculados al comunismo y al socialismo. Pero no soy ni de uno ni de otro, porque no los viví, y no los entiendo. Sólo te puedo hablar de lo que funciona para mi país en términos de colonia o independencia. De ahí que cuando hablo de cualquier cosa social la meten en ese contexto. Y a partir de la invitación que tuve para conocer al ex presidente Chávez, al igual que por las camisetas que me puse en los premios MTV que conduje en 2009 (N. del R.: llevaban impresos tuits que enviaron sus fans, entre ellos uno que tildó de “paramilitar” a Alvaro Uribe, lo que desató la indignación del gobierno colombiano), comenzaron a sacar conclusiones sobre mí. Yo lo dije mil veces y lo confirmé por Twitter: no puedo apoyar a ningún presidente fuera de Puerto Rico. Sobre el único que hice una mención de amistad fue Mujica, quien me pareció encantador. Para un artista como yo, ser pop no es bueno.
–A mí me parece que era una figura grande, y si no hubiese ido (N. del R.: para participar en la cumbre del Celac, en 2011), estaría muy arrepentido. Quería saber de qué trataba su propuesta. Me pareció buen tipo, por lo que vi. Pero nunca me imaginé que eso me iba a endosar a un partido político. Es insoportable ver el odio que puede tener la gente de la misma sangre, y que a uno como artista –que está afuera– le exijan que se proclame a favor o en contra de algo que no conoce, y que te achaquen además el apoyo a un gobierno cuando no lo estás respaldando. Tocamos en actividades públicas en todos los países porque es una manera para que el público entre gratis.
–A diferencia de otros, es bien inclusivo, conecta más con gente. Por eso tanto la oposición como el chavismo usan nuestra música para manifestarse.
–Empecé a leer bastante sobre la idiotez, y su diferencia con respecto a la estupidez. El idiota tiene que ver con la ignorancia en cuanto a la política o al latín. Se transformó en algo médico, y luego se tornó en un insulto. Mientras que el estúpido se impresionaba por cualquier bobería. La idea era incluirme a mí como idiota, pero no decir si está bien o mal.
–El hizo eso. Es amigo, al punto de que cuando Rubén Blades le escribió la carta al presidente venezolano Nicolás Maduro, el día después nos fuimos a comer los tres en un lugar bien humilde de Nueva York. John es un tipo chévere, y un actor bien talentoso. En esa ciudad también conocí a Woodkid, un rapero francés que está buenísimo, que me recomendó a Biga Ranx (N. del R.: el invitado restante de Multiviral es el del líder social norteamericano Vernon Foster), para el tema reggae del disco, Perseguido.
–Desde que Eduardo me lo mandó, me gustó. Es espacial, psicodélico y tranquilo, pero la guitarra le inyecta mucha fuerza. Si bien la letra la puedes percibir como un viaje, la escribí por un motivo más simple: sufro de déficit de atención, y soy índigo. Ya ves: no puedo parar de moverme... Cuando me voy fuera de mí, desde ahí construyo lo mejor que puedo. Al momento de componerla, también pensaba en mi familia, en mi esposa y mi madre, pues lo único que me baja es un beso suyo.
–Yo me separé mis días, y veo a mi esposa. Va a ser espectacular, estoy emocionado. No importa si es nena o nene, ni sabemos aún dónde viviremos. Lo que sí sé es que será argentino y puertorriqueño.
–Pensé que pasaron ocho... Es verdad, empezamos en diciembre de 2005. Imagínate, no parece. Nos estamos poniendo viejos. No nos esperamos nada de lo que sucedió. Creo que para tener una carrera consolidada necesitas dos décadas, y nosotros vamos por la mitad. Pero hay que ver si voy a llegar al final de los 20 años o me retiro antes y hago otras cosas. Es que quiero hacer cine. Me gusta mucho, pero no como actor, como director.
Los de atrás vienen con ellos
Luego de arrasar en la ceremonia del Grammy Latino de 2011, al obtener nueve estatuillas (una de ellas para el argentino Rafa Arcaute, productor de Entren los que quieran), Calle 13 se convirtió, junto a Juanes, en el artista con más trofeos del galardón (19), lo que le abrió las puertas en su propio país, donde hasta entonces no gozaban de la popularidad que ostentaba en el resto del continente. No obstante, el 26 de febrero, 50 mil personas asistieron al recital gratuito que brindó el grupo frente a la Universidad de Puerto Rico, ubicada en el municipio de Río Piedras, lo que dejó constancia del crecimiento de la banda en la cuna misma del Jim Morrison de la salsa, Héctor Lavoe. “El haber tomado postura nos quitó público. La gente se asustó con la propuesta artística. Al principio, cuando salió ¡Atrévetetete! le gustaba a la gente, pero con el segundo disco ya no nos entendían”, explica Residente. “El conflicto con el gobernador de Puerto Rico me perjudicó, pese a que expuso un problema importante. Si bien nos asociaron con cosas negativas, después mejoró.”
También cambió la imagen de la modernidad musical boricua, desconocida hasta la irrupción de Calle 13 (salvo por propuestas como las del grupo Circo, cuyo vocalista, Fofé, se mandó un estupendo disco en 2013 con Lujo eterno, de su proyecto paralelo, Fofé y Los Fetiches), pues hoy es considerada uno de los grandes semilleros del indie latinoamericano. Al punto de que Música de capsulón, el fabuloso álbum del trío de rap experimental Füete Billëte, rankeó entre las mejores producciones latinas de 2013. Lo mismo que #ponteelcasco, segundo título del tándem de psicodelia dance Los Wálters (versión caribeña de los chilenos Astro). A los que se suman la canción digital de Moreira, laboratorio unipersonal de José Iván Lebrón Moreira (integrante de los ruidosos Las Abejas), al igual que el folk melancólico de Harry Rag o la exquisitez hiphopera de los MCs Recluso e Ikol Santiago. Y para dejar por sentado que éste es un país de contrastes, basta con googlear el minimalismo de La Tortuga China (flamante encarnación de Francis Pérez, violero de los fundacionales Superaquello) o la salsa hipster de Orquesta El Macabeo.
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