Jueves, 13 de marzo de 2014 | Hoy
FUGA INDUSTRIAL EN LA EX BAGLEY
Grupo Fuga propone un nuevo festival gratuito de artes experimentales, esta vez entre barriles de Hesperidina.
Por Santiago Rial Ungaro
Hace un par de décadas que Luis Marte viene buscando (y encontrando) espacios. Y es lógico: su pasión por el arte experimental, por hacer de “abrecaminos” tanto para sí como para los demás, siempre necesita espacios libres donde trazar puntos de fuga hacia la experimentación y el encuentro entre disciplinas artísticas que a menudo son marginadas, ignoradas o ninguneadas. Este fin de semana, a metros de Plaza Constitución, Marte y el Grupo Fuga presentan su Fuga Industrial en uno de esos hallazgos que demuestran el ojo clínico de Marte, músico electrónico ruidista o bailable según la ocasión, a la hora de organizar este tipo de eventos: enorme, con un gran patio interno, pasillos, escaleras y un subsuelo con toneles de roble donde se producía la bebida Hesperidina, el edificio de la ex fábrica Bagley es un sueño hecho realidad.
Con el apoyo de la Fundación Lebensohn y ubicada en un espacio de experimentación especial inaugurado el año pasado con una amplia vidriera al público sobre Av. Montes de Oca, Fuga Industrial parece la opción ideal para los que buscan algo distinto, que es lo que desde 2001 ofrece Grupo Fuga, siempre con la particularidad de inspirarse en estos escenarios para hacer encuentros de arte contemporáneo marcados por lo interdisciplinario. Así fue como llevaron a cabo Fuga Jurásica en el Museo Argentino de Ciencias Naturales, Fuga Metropolitana en el Museo Metropolitano de Buenos Aires o Fuga Gráfica, la anterior edición, en la Fundación Gutenberg.
“Tomamos este espacio una vez que esta fábrica ya fue abandonada. Sólo ahí es donde la independencia, que se contrapone a la cosa serializada de lo industrial, es posible. Una fábrica abierta, en funcionamiento, no nos cedería el espacio”, analiza Marte, que ya tiene experiencia en eso de intervenir fábricas en clave artística. “En el IMPA, que es una fábrica tomada por los obreros y que funciona como una cooperativa, hicimos una serie de eventos impresionantes”, recuerda un instante antes de volver a esta impresionante edición de Fuga Industrial que abarca las más variadas expresiones del arte sonoro, el video experimental, animación, fotografía, danza contemporánea, artes visuales y escénicas, web art e instalaciones.
La grilla incluye más de 50 artistas. Entre ellos hay artistas plásticos locales como Diana Lebensohn y Mariano Sivak, músicos internacionales como Severine Hubard (Francia), Mika Martini (Chile) o Idklang (Austria), talentos sonoros locales como Richter, Hotel Casino, Audioperú, Chico Ninguno, Laboratorio Akásico, Pablo Reche, Sami Abadi o Panda Paranoico, y artistas del video de Italia, Brasil, España, Francia, Chile o Hungría. “Me interesa combinar distintas disciplinas artísticas porque es la mejor forma de que el público vea cosas distintas: capaz alguien vino a escuchar a un artista y termina viendo una instalación de otro. En los últimos tiempos cambió mucho la forma de consumir las cosas: Internet, Facebook y demás redes sociales nos mantienen pegados a la silla”, analiza Marte, que no casualmente en su perfil de Facebook tiene una foto de Ricardo Bochini.
Como el mítico Bocha, Marte supo conjugar su propia obra musical con su capacidad para abrir la cancha y dar milimétricos pases gol para que se luzcan otras: “Ahora estoy haciendo mi segundo disco con medios móviles: teléfonos, iPads, todas esas cosas”, comenta Marte, que también tiene un sello virtual que edita sus propios discos y los de muchos otros artistas de Argentina, España, Portugal, Noruega, Chile y Uruguay. Marte acepta con una espontánea carcajada que, de algún modo, eso de abrir nuevos espacios a artistas emergentes es de algún modo un vicio: “Siempre me gustó abrir espacios nuevos y eso me nutre. Siempre aposté a incluir a todos. Y es lo que me inspira también a seguir haciendo esto, porque hay artistas muy buenos a los que, por ser experimentales, quizá no les resulta fácil conseguir un espacio donde tocar. Acá les brindamos eso. Y para que puedan verlos, la entrada es gratuita. Sólo pedimos la colaboración con útiles escolares que van a ser donados a la Fundación Siloe”.
* Sábado 15 y domingo 16 en la ex Fábrica Bagley, General Hornos 238, Barracas. De 18 a 21. Gratis con la colaboración de útiles escolares.
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