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Luego de romperla con dos recitales en el festival South by Southwest (SXSW), celebrado del 7 al 16 de marzo en Austin, Texas, Pommez Internacional se subió a la combi para tomar rumbo a Chicago, la segunda parada de su primera gira por Estados Unidos, que seguirá por Nueva York este fin de semana, para luego cruzar a México a principios de abril. “No vinimos a hacer turismo”, advierte tajante Juan Martín Ibarlucía, cantante y guitarrista del quinteto, al otro lado de la pantalla, en la charla por Skype que tuvo con el NO antes de plantar bandera en la “Windy City”, junto a Sobrenadar y Phonalex. “Pagar esta movida para decirle a tu vieja que tocaste en SXSW no tiene sentido. Sólo lo tendrá en la medida en que nos proyectemos más allá de la Argentina.” A lo que el teclista Ignacio Cruz añade: “Es una manera de decir que tenés una posición en la escena global. Esto cristaliza un buen momento nuestro, que fue la salida del disco Buenas noches, América. Está funcionando como legitimador con gente que nunca nos escuchó nombrar”.

Meses antes de esta serie de shows a ambas orillas del río Grande, el tándem, en un café del barrio de Caballito, no imaginaba lo que el destino le depararía a la banda tras la aparición de un segundo álbum que, si bien aún no tiene edición en Estados Unidos, le garantizó su pasaje de vuelta a ese país. “Había una audiencia esperando ese disco porque tocamos mucho”, asegura Ibarlucía. “Tardamos bastante en hacerlo. Es un trabajo conceptual, pero no narrativo.” Y es que después de presentarse como una banda instrumental en 2010, Pommez Internacional introdujo paulatinamente un discurso que maduró de tal manera que el magnífico Buenas noches, América pareciera encaramarse en la usanza de la canción de corte social. “La tradición de la canción tiene una obligación para lo que se está diciendo”, afirma el vocalista y violero. “Hay una estética predominante en la Argentina, que viene de los ‘90, que cuando se abordan cuestiones de índole política o social, se esquiva el costumbrismo.”

Pero lo de Pommez Internacional es tan exquisitamente desconcertante que, al tiempo que colaba su tema Deseo (incluido en su disco anterior, Contraluz contraataque, de 2011) en la escena homoerótica protagonizada por Julio Chávez y Benjamín Vicuña en la telenovela Farsantes, diseñaba un álbum en el que hasta los samples apelan a una conciencia latinoamericanista. “No fue una decisión intelectual. Si bien acá incluimos trozos de temas de Roberto Carlos, Ismael Rivera, Violeta Parra y Milton Nascimento, el de Gilda fue quizás el más evidente”, reconoce Ibarlucía. Mientras que Cruz dice: “No te vuelve menos universal esconder tu lugar de procedencia”. No obstante, aunque el conjunto porteño aspira a la penetración popular, no negocia esa sofisticación estilística que lo distinguió en el indie local. “Nosotros queremos estar al mismo nivel que Kanye West”, apunta el frontman. “Tan Biónica se animó a ser grande porque son pibes que invirtieron, que no tuvieron miedo del éxito masivo. Es una búsqueda lógica en la música popular.”

Si bien la chapa de “indie nac & pop” le sentaría muy bien a su propuesta, estos sub 25 son básicamente artistas reaccionarios a los estereotipos de la música actual. “Que nos encontremos en la escena independiente es una circunstancia. No estamos comprometidos, la búsqueda es nuestra”, despacha Ibarlucía. “Hay una globalización normativa musical en la que todos jugamos a hacernos los americanos, y eso marca un piso de competitividad que es interesante.” Por lo que, amén de su habilidad para brincar del tribalismo de Nueva Africa a la cadencia villera de Capricornio, de la ceremonia con ganas de dubstep de La celebración a la incidentalidad de Hacia el este (todas del repertorio de Buenas noches, América), la veleta de Pommez Internacional gira en torno a la comprensión del grupo acerca del tiempo que le tocó vivir en la Argentina. “Cuando escribo, nunca lo hago pensando en mi generación. Juego más de abajo: compongo algo que me conmueva a mí, y veo luego qué pasa. ¿Por qué hacer una diferencia entre uno y la gente? Uno es la gente.”.