Jueves, 15 de mayo de 2014 | Hoy
LOS FUTUROS #2: GABRIELE CIRULLI
El italiano de 19 años que creó 2048, el juego viral de la temporada, se niega a explotarlo comercialmente.
Por Lucas Garófalo
Cuando terminó el colegio secundario, el italiano Gabriele Cirulli tomó una decisión sabia, aunque habitualmente mal vista: no ir a la universidad. Si la profesión es lo que define ante los otros (“¿Vos qué hacés?”, es lo primero que se le pregunta a un desconocido), someter a los jóvenes a la presión de elegir su destino con 18 años es un mecanismo un tanto cruel. ¿Quién sabe lo que quiere hacer a esa edad? Gabriele, como tantos, no tenía ni idea. Tampoco tenía trabajo, más allá de las changas ocasionales que conseguía como programador web. Era, a los ojos del senador bonaerense Mario Ishii, que fantasea con restaurar el servicio militar obligatorio en la Argentina, un candidatazo para la colimba. Afortunadamente para este tano autodidacta, la conscripción es un tema cerrado en su país desde que la suprimieron hace diez años.
Sin demasiadas obligaciones en el horizonte, Gabriele empezó en marzo a programar un juego muy simple en la computadora, únicamente con el fin de testear sus habilidades. Lo terminó en un fin de semana y enseguida lo puso online. El resultado se llama 2048 y es un hit: ya se jugaron más de 100 millones de partidas. Lo único que hay que hacer es mover fichas numeradas a través de un tablero cuadriculado de cuatro por cuatro, tratando de juntar las que tienen la misma numeración para que se sumen. Ante cada movimiento, una nueva ficha con un dos o un cuatro aparece en la grilla. El juego se gana cuando se consigue la ficha del 2048 y se pierde cuando no queda más lugar en el tablero. Es tremendamente adictivo. Y según Gabriele, sólo el 1 por ciento de los jugadores triunfa.
Gabriele sigue sin estudiar ni trabajar, pero tiene todo bastante claro. La repercusión masiva de su jueguito viral pronto le abrirá las puertas del mundo laboral. Las ofertas están ahí, esperando una respuesta en su casilla de e-mail. No se desespera. Ni siquiera es que haya ganado una fortuna con 2048: apenas juntó algunos cientos de dólares a través de donaciones porque, a pesar de que su familia y los amigos le quemen la cabeza con que no debería dejar pasar el tren, él se niega a lucrar con algo que creó casi por accidente. El juego, de hecho, es de código abierto. Cualquier programador puede ver cómo está construido y modificarlo a su antojo. El mismo Gabriele suele compartir en Twitter nuevas versiones. “Yo no soy desarrollador de juegos”, le dijo al portal de negocios CNBC el mes pasado. ¿Qué es, entonces? Ya se verá. Mientras tanto, estaría bien que no lo obligaran a ser soldado. Para algunos es difícil de entender, para otros es tan obvio como que dos más dos es cuatro.
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