“Cada libro suyo es una pieza única, un diamante telepático”, comentó alguna vez el poeta Allen Ginsberg sobre los escritos de su amigote Jack Kerouac. Medio siglo después, una pareja de hermanos tomó esta metáfora como inspiración para nombrar a su banda. Con sus canciones engañosamente simples, el segundo disco de Como Diamantes Telepáticos tiene justamente el mérito de ser algo único en tiempos en que todo (hasta las metáforas más ridículas sobre el gran Mascherano) se clonan hasta el infinito como en una película de terror. Esta es una banda que hace canciones agridulces puliendo el carbón de algunas buenas melodías, ritmos levitantes, detalles cotidianos y mucho buen gusto.

La tapa de Dorado, el excelente segundo disco de Como Diamantes Telepáticos, tiene un tono sepia y muestra un cielo nublado: “Lo dorado no es por el color específicamente”, comenta Mariela Centurión, dando una de las claves del estilo de esta banda: la ambigüedad. Una ambigüedad poética y gozosa como la que genera escuchar estas siete canciones que hablan de gladiadores, trajes amarillos, sueños, visiones aéreas y alegrías que hacen bailar. Mariela: “Me interesa estar atenta a las señales, soy muy romántica con las pavadas y los datos que encuentro. Una vuelta me encontré una estampita dada vuelta tirada en la calle y cuando la di vuelta vi que era una mezcla de mujer sirena y centauro con las características de Escorpio en el horóscopo. Y como hacía poco que había muerto un amigo que era de Escorpio, como yo, salió ese tema”, cuenta sobre Escorpión, un temazo de su primer disco.

La banda de Barracas empezó como un proyecto poético-familiar: “Veníamos haciendo fechas desde 2009, al principio acústicas”, cuenta Fernando Centurión, guitarrista y compositor. “Con el nombre se fue armando el concepto: Mariela es actriz y tocaba en Jesús, una banda que tenía unas canciones buenísimas. Y cuando se pinchó ese proyecto sentí que había que hacer algo.” Al poco tiempo se sumó Charly de La Vega en batería (ahora reemplazado por Ignacio Brizuela) y Paul Ock en bajo, a las que se agregó hace poco Lola Linares en los teclados. Con ellos grabaron un buen primer disco en 2010 y hace un par de años decidieron confiar en Marcelo Belén y producir su nuevo disco en DDR: “Nosotros teníamos una versión de este disco, pero creo que el principal aporte de Marcelo fue justamente habernos dicho: ‘Olvídense de todo esto: hagámoslo todo de nuevo’. En el momento, con toda la ansiedad de que salga fue toda una decisión, pero quedamos conformes. Pero cuando escucho nuestros dos discos veo que tranquilamente podrían ser un disco doble, más allá de que DDR tiene mucha más tecnología. Creo que la mirada de Marcelo nos permitió que podamos hacer un pop experimental, levemente psicodélico”.

Más allá de diferencias de audio, la orfebrería cancionística de los hermanos Centurión tiene un estilo. Con sus canciones, cálidas y sensibles pero vitales y melodiosas, Como Diamantes Telepáticos quizá sean la banda ideal para vencer la timidez. Mariela: “La canción tiene un estado de júbilo que se da en vivo, que si estás bien entregado sucede. La metáfora creo que lo que tiene es que es como un secreto tuyo: no necesitás decir algo literalmente. Empecé a hacer canciones cantándole a mi hermano las melodías que se me ocurrían porque yo casi no tengo conocimiento musical. Aprender a hacer la cejilla para mí fue un gran descubrimiento, ja, ja”.

Mientras fluye la cerveza y las confidencias en El Remanso, al borde de Parque Lezama, el silencio cómplice de sus compañeros de banda pone en evidencia una de las claves del encanto de esta banda: la relación telepática entre ambos hermanos, entendimiento que alcanza en Aviador (único tema cantado a dúo, con la voz de Fernando al frente) un momento simplemente delicioso. Fernando: “En un punto somos una isla: nuestros dos discos son independientes y la gente nos conoce porque aún se los siguen bajando. Pero a veces se da el encuentro, como con bandas como Tobogán Andaluz o Los Espíritus: creo que ellos tienen cierto misterio que nosotros también perseguimos; creo que lo que rige el grupo es la ambigüedad: hacemos algo pop, pero nos alimentamos de muchas cosas”, dice este fan de Flema que recuerda haberlo conocido a Ricky en Cemento siendo muy pequeño.

“Somos muy fanáticos de los Stones y de los Ramones: la guitarra es un estandarte para nuestro sonido. Siento que siempre se destaca cierto misterio que hay en las letras, pero creo que llama más la atención lo simbólico, o que hacemos lindas canciones pop, pero en nuestro fuero íntimo nosotros sentimos que somos una banda de rock.”

* Sábado 19 en la Fiesta Misteriosa, Zaguán Al Sur, Moreno 2320. Desde las 22 con Riki Riki Tave y Tick Toper.