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Cuando Paula García se obsesionó grabando bases instrumentales al borde de su cama, ejercicio que parecía intentar capturar sus propias peripecias oníricas, tener un proyecto como Sobrenadar todavía no figuraba en sus planes. “Me gustaba, pero era una etapa de experimentación, no había ningún fin específico”, aclara Paula, que por entonces, año 2006, estaba instalada en Buenos Aires estudiando composición musical. Pero poco a poco esos esbozos, tracks flotantes construidos con teclados, sintetizadores y guitarras ahogadas en efectos, empezaron a ganar peso y a insinuar el nacimiento de su proyecto personal. “Todo ese juego experimental fue tomando forma de canción de una manera muy natural, así que el traslado al vivo fue el próximo paso”, recuerda.

Nació hace 26 años en Resistencia, Chaco, donde llegó a estudiar batería y ser parte de bandas de covers de música pop. En medio de un contexto poco atractivo para su formación, donde básicamente predominaba el folklore, también aprendió a tocar la guitarra y se fascinó con bandas inglesas como The Verve. Sin embargo, fue durante sus primeros tres años en Buenos Aires cuando arrancó una etapa de autodescubrimiento y maduración definitiva, lidiando con las inclemencias de la grabación casera y, sobre todo, con sus inseguridades. “Al principio no me animaba a cantar, me tuve que ir acostumbrando a escucharme”, dice.

Tres años más tarde, cuando regresó a su ciudad natal después de terminar sus estudios, el panorama resultó diferente: había absorbido el hábito de la grabación casera y tenía un puñado de registros que apuraron su primer show, en medio de un encuentro de bikers. El recibimiento de la gente, recuerda, no fue de lo mejor. “Tal vez era algo nuevo, en Chaco había mucho folklore y otros estilos de música, pero nada como eso”, se ríe ahora.

Durante aquella estadía en Resistencia, Paula también grabó su primer EP bajo el nombre de Sobrenadar, sellando aquella temprana obsesión con el agua y la música. “De chica siempre quería saber cómo sonaría la música bajo el agua, entonces dejaba el walkman en el borde de la pileta y me sumergía con auriculares”, recuerda.

Con esas siete canciones en mano, decidió volver a Buenos Aires para darle desarrollo en vivo a su proyecto. Junto con Javier Medialdea, un ex compañero de la escuela de música que se sumó en máquinas y voz, Sobrenadar emprendió una voraz seguidilla de shows, con un promedio de dos por semana. Ese movimiento incesante, sumado a la edición de algunos EPs, los terminó posicionando como uno de los proyectos dream pop más atractivos y prometedores. Hasta Leo García –que los invitó a tocar este año junto a Benito Cerati en uno de sus shows conceptuales– llegó a decir que seguramente serían hoy la banda preferida de Gustavo Cerati. “Cuando uno escucha eso, se te mueven un montón de cosas adentro. Para nosotros es muy lindo, Cerati es un referente máximo”, dice García.

Del contexto intimista y sin plan que proponía su habitación hasta este presente en expansión (en lo que va del año ya giraron por Estados Unidos, con show en el festival SXSW de Texas y como apertura de Russian Red en Chicago, y Uruguay, y siguen por Chile), la música de Sobrenadar continúa mutando. En Alucinari, su último EP, del año pasado, las canciones del ahora dúo suenan cada vez más nítidas y menos nubosas, con la voz de Paula más expuesta y subida a una cuota rítmica mucho más pronunciada y pop. “Cuando vamos a tocar a fiestas necesitamos tener un set más arriba, de alguna manera más bailable, así que algunos temas nuevos van a ir por ese lado: un pop más alegre, que se pueda pasar en una pista”, dice Paula, que dice admirar a artistas pop de la región como Javier Mena.

“Estamos queriendo pasar a algo un poco más masivo sin perder lo que es la esencia del proyecto, sin volcarnos a hacer un pop radial ni nada de eso. Que siga siendo Sobrenadar, pero que se pueda escuchar en una radio y pueda llegar a tener otro alcance. Ese es ahora nuestro desafío mayor.”

* Viernes 15 en el Centro Cultural Rojas, Sala Batato Barea, Corrientes 2038. Desde las 21 con Leo García.