EL IMPERIO MARVEL COMICS CONTRAATACA EN CINES
La histórica casa editorial comiquera busca aplicar su Universo Marvel a las pantallas, con casi 50 películas y series programadas de acá a 2028.
› Por Andrés Valenzuela
Consiguieron vender una película con un árbol que apenas puede pronunciar su propio nombre y un mapache con ametralladoras (bueno, no es un mapache, pero parece). ¡Un árbol y un mapache! Guardianes de la galaxia la rompió en las taquillas: sólo en Estados Unidos superó en un 50 por ciento las expectativas de venta de tickets. Así de fuerte está el proyecto integral de Marvel Studios (desde hace un tiempito, subsidiaria de Disney Company) conocido como Universo Cinemático Marvel. Ya van diez películas, algunos cortos y una serie de televisión. En la vereda de enfrente, los de DC Comics/Warner Bros estuvieron años diciendo que la Mujer Maravilla no sostenía una película propia y tuvieron que esperar a que Arrow funcionara en TV para tantear con The Flash.
Lo que sucede es que Marvel pateó el tablero en lo que a largo plazo se refiere. Porque, vamos, tener planes para los próximos tres o cuatro años, es comprensible. Pensar diez años de producción para adaptar sagas literarias es comprensible. Pero encarar la producción de media docena de franquicias en 2006, unirlas hacia 2012 y anunciar un universo ficcional compartido, cruzando películas y televisión, con planes hasta 2028...
El proyecto empezó en 2008. Los superhéroes ya venían en ascenso gracias a los X-Men y Batman pero, con Iron Man, Marvel cambió la norma. En primer lugar porque pensaron “si esto rinde tanto, mejor las hacemos nosotros y la guita es nuestra”, y fundaron Marvel Studios. Segundo, porque trasladó la lógica de las grandes editoriales del comic estadounidense al cine. Así, cada película empuja la siguiente. En las escenas post-títulos de Iron Man, Nick Fury mencionaba la iniciativa Vengadores. Eso se repitió en Thor, Hulk y Capitán América. Resultado: en 2012 salió Avengers. Como en los comics: series conectadas, sagas que involucran a varios títulos.
Ya Marvel se aseguró la devoción de los comiqueros porque cumplió sus sueños húmedos ñoños: respetó el espíritu de sus personajes y les dio aventuras a su altura. Y también ese universo integrado e interconectado que las editoriales explotan con distintos grados de éxito. De yapa, muchas películas tienen guiños para lectores e incluso pequeños homenajes a los autores originales (aunque éstos no vean ni un mango cuando sus ideas creadas originalmente para viñetas llegan al cine). En una era en que la gente busca referencias por Internet, si los fans hardcore están contentos, el espectador promedio está mejor predispuesto a pagar la entrada.
Se sabe que habrá otra peli de Avengers (Age of Ultron), otra de Capitán América (la tercera), una secuela de Guardianes de la galaxia y dos nuevas: Ant-Man y Dr. Strange. También más series de televisión. A Marvel - Agents of S.H.I.E.L.D. se sumará Agent Carter y una sucesión de series cortas (Daredevil, Jessica Jones, Iron Fist y Luke Cage) que derivarán en una miniserie conjunta: The Defenders. A eso hay que sumar decenas de otras producciones no confirmadas oficialmente. Otra vez, todo esto de aquí a 2028, a razón de dos o tres películas por año (una ahondando las franquicias ya existentes, otra abriendo nuevas líneas). Para cuando culminen sus planes, las películas ascenderían a casi medio centenar.
¿Por qué no se sabe todo lo que se viene? En San Diego ComicCon los medios del palo se hartaron de hacer especulaciones. Hay quien dice que todo el plan es demasiado complicado para funcionar y que si una película fracasa, se desmorona todo. Otro opina que en realidad importaría uno y la mitad del otro que –digamos– Ant-Man no llegue a buen puerto porque ya consiguieron vender un mapache con una ametralladora (y cualquiera que pueda vender eso es un genio del Mal) y porque, de última, ¿quién conoce a Ant-Man? En todo caso, en lugar de una hipotética Ant-Man 2 saldrá cualquier otra a la que apostar unas fichas. Otras teorías conspirativas afirman que es una estrategia para que los otros estudios hollywoodenses anuncien sus propios encapotados antes de que Marvel queme los suyos.
Esta última teoría no está mal. Tras largo tiempo de letargo, DC Comics / Warner Bros parece estar siguiendo los pasos de Marvel. El histórico sello lanzará Batman vs. Superman... con la presencia de Wonder Woman. Un poco tibio, como si la Mujer Maravilla no tuviera suficientes fans para garantizar un mínimo de público en las salas y necesitara de toda esa testosterona, ¿verdad? Eso sí: hay que ver el fervor de los fans en San Diego cuando se proyectaron esos pocos segundos donde se ve a Superman haciendo puchero y a Batman quietito entre sombras.
Los otros estudios que se dedican al métier superheroico lo hacen con franquicias que también son de Marvel, pero que fueron licenciadas antes de la aparición de Marvel Studios, y se aferran a esos contratos como si alguien le quisiera dar de comer antimateria a su gallinita de los huevos de oro. Fox tiene a Los 4 Fantásticos y X-Men, y Columbia Pictures a Spider-Man. Los spin-offs de X-Men ya aparecieron (Wolverine), y tras la nueva saga del adolescente de las telarañas se espera una película centrada en sus villanos, Sinister Six. Estas cosas se acercan al modelo de Marvel Studios, pero en un rango más limitado.
La recepción en la audiencia es clarísima: estas películas venden carradas de pochoclo. Entre los críticos de cine no abunda la buena onda. Algunos se quejan de que es difícil seguir el universo ficcional que proponen (es curioso, pero eso no parece ser un problema para la mayoría de los espectadores). De vuelta: Marvel está cambiando el paradigma de qué es ir a ver una de superhéroes. Esas películas no están pensadas para verse enteramente solas. Se puede ver una y comprenderla, sí, pero el disfrute crece si se vieron las otras. Este es el modelo vigente en el comic norteamericano comercial desde hace al menos 25 años y funciona, dentro de los límites de un mercado complicado.
Los críticos suelen esgrimir que hacen “crítica de cine, no de historieta”. Y está bien; aunque también habría que preguntarse por qué no tienen problemas en citar libros, discos y obras teatrales al criticar otras películas que dialogan con otras disciplinas artísticas, pero no incluyen como background de sus reseñas una viñeta ni con orden judicial.
Con todo, algunas advertencias. Por ahora, la referencialidad de tal película con otras cuatro es manejable. ¿Pasará lo mismo en seis años? En 2020, ¿los espectadores se bancarán recordar una docena de otros títulos para poder disfrutar de dos horas de film? El problema se conoce bien en los comics, cuando las continuidades se sobrecargan con el correr de las décadas. ¿Y cómo se las arreglará Marvel para lidiar con los imprevistos, recesiones económicas, contratos rescindidos y actores que mueren? Para saberlo habrá que esperar a que esos obstáculos aparezcan. Pero si las películas venden, durante los próximos 15 años seguirán llegando millonarios blindados, dioses nórdicos, mapaches psicóticos, grandes magos y héroes callejeros. El resto, mientras tanto, seguirá comiendo pochoclo.
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