Es fácil comprobarlo con un viaje ligero por la web: en los últimos cinco años, la producción musical independiente de la región experimentó un pico de abundancia inédito, apuntalado por las facilidades técnicas para generar obra y las posibilidades prácticas de difundirla. Tan grande y fuerte es el caudal de bandas, colectivos y sellos independientes que hasta el gobierno de la provincia de Buenos Aires viene hace tres años intentando hacer su aporte con el Catálogo de Música, un compilado anual que busca seguir visibilizando la producción independiente y, por sobre todo, facilitar el intercambio entre los diferentes eslabones de una industria jabonosa.

La cuarta edición, que unifica por primera vez los géneros rock, folklore y bandas de sonido en un disco triple, fue presentada el miércoles 3 en LP Music Club (ex La Trastienda platense). Entre esa incómoda cruza de protocolo oficial (flashes, lonas naranjas y Jorge Telerman como anfitrión) y el sabor dulzón de un show gratuito entre semana, hubo un muestreo veloz con algunos de los proyectos más atractivos de la edición 2014: portando remera de Almafuerte, Tom Quintans comandó un show ágil y conciso de Bestia Bebé, en un repaso por temas de su debut del año pasado como El uruguayo, Lo quiero mucho a ese muchacho y Patrullas del terror (voz invitada del Gato Sisti Ripoll de 107 Faunos); Maxi Prietto presidió el ritual chamánico de rock y blues psicodélico de Los Espíritus en un set volador con temas de su único álbum hasta la fecha y Lo echaron del bar como hit máximo; y Morbo & Mambo se hizo un espacio entre las sesiones de mezcla de su segundo disco para desplegar a sala llena ese trance instrumental de afro-beat, dub y free jazz gobernado por una base casi subterránea y el chillido de bronces.

Mientras su presentación se extiende con una seguidilla de fechas (hoy tocan Ignacio Pello, Fede Cabrall y Fede García en LP Music Club, y el cierre será el jueves 18 con Brava Brava, Los Sub y Blancoscuro), el Catálogo de Música promete algo más que recitales gratuitos y algunos discos para regalar a la familia: busca ser una plataforma de apoyo y patrocinio para una escena en insistente crecimiento, con financiamiento para giras (El Mató, Pérez, Sofía Viola) y la posibilidad de contar con los proyectos catalogados para eventos públicos del gobierno provincial. Aunque se haga difícil combinar el rock con el naranja (el amarillo, el celeste, da igual), esta iniciativa es concreta, esquiva el mainstream y se enfoca en la música independiente. ¿Era la mejor forma de invertir en el rock emergente? Por ahora es preferible creer que se trata de un buen comienzo.