BOJACK HORSEMAN RELINCHA CONTRA HOLLYWOOD
La nueva serie animada de Netflix ridiculiza a los mediáticos como fauna.
› Por Facundo Enrique Soler
Hay que hacer fuerza para recordar qué hizo Tony Danza después de ¿Quién manda a quién? o saber el nombre del actor que interpretaba al padre en Full House. Recuerdos noventeros que deben haber inspirado a los guionistas de BoJack Horseman, nueva serie animada de Netflix, un particular relato en el que animales y humanos conviven en el frívolo mundo del espectáculo. BoJack es un caballo que protagonizó la telenovela Horsin’ Around, un éxito rotundo hace dos décadas. En la actualidad está sumergido en el desempleo, las ganas de volver y una personalidad obsesiva alimentada por el alcohol y las pastillas. Los doce capítulos de la primera temporada están disponibles en el catálogo online desde el 22 de agosto y la segunda está en camino.
Comienza cuando el equino conoce a Diane, una escritora que lo ayudará a terminar su biografía, última oportunidad para volver a la fama o perecer en el intento. Pero lo divertido es el mundo que lo rodea: ahí se pueden encontrar claras referencias a todo lo que apesta en Hollywood. Una ex estrella adolescente bebotea droga y fiesta por donde pueda mientras que el actor del momento, un perro labrador insoportable, se regodea de su éxito gracias a reciclar viejos formatos. Todos los personajes y situaciones tienen una referencia clara a la última generación televisiva alimentada por E! Entertainment, Perez Hilton y el consumo masivo de series. Pero además está el planteo irreal de animales humanizados que no pierden sus características naturales, como una ballena que conduce un programa sensacionalista y escupe agua de su espalda cuando se pone nerviosa, o unos fotógrafos abusivos que son palomas que esperan en los cables de luz.
En el sentido de la crítica, la serie animada sería un vistazo espectacular a la ridiculez de los que acá son llamados “mediáticos”, personas de carne y hueso que dejan su dignidad en la puerta de algún canal para tener sus paupérrimos minutos de fama. BoJack tiene que lidiar con extorsivos paparazzi, una representante mercenaria y el acoso de los que lo reconocen por la calle para remarcarle lo mal que está. Y hay palos contemporáneos como la incursión de un “periodista” de Buzzfeed que intenta justificar la web en todo momento mientras acomoda su camisa de leñador.
El elenco que prestó su voz para los personajes incluye a Aaron Paul (Jesse en Breaking Bad) como Todd, la comediante Amy Sedaris como Princess Carolyn y Will Arnett (el que hace de mago en Arrested Development) como BoJack. También hay un invitado de lujo desde el palo musical: la intro es obra de Patrick Carney de The Black Keys, una pieza instrumental que acompaña al caballito desde que se levanta y se sirve un whisky hasta que cae totalmente borracho en una pileta tras una ardua noche de parranda.
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