“Ha sido un icono que ha permanecido a la vanguardia, vino a traer la frescura y el sonido del rock en español, ¿qué mejor que celebrar con él y hacerlo en vida?”, pregunta Ulises Lozano, tecladista de Kinky, y en su retórica se refleja el agradecimiento a uno de los mitos vivientes del rock local. La banda mexicana aterrizará en Buenos Aires para tocar en una edición especial del Movistar Free Music, en homenaje a Charly García, este domingo junto a Fito Páez y Turf, que se reunirá para el evento.

Si bien en esta venida Kinky tocará sólo el Día de la Primavera para festejar al músico del bigote bicolor, también aprovechará para presentar algo de su próximo disco, un unplugged grabado para MTV que saldrá en noviembre y será sucesor de Sueño de la máquina (2011). Este trabajo no se contenta con ser el habitual show desenchufado en el que repasan sus temas más significativos, como Adónde van los muertos, Después del after o Hasta quemarnos, sino que además incluye cuatro versiones de música tradicional norteña mexicana. “Esto es muy divertido, por lo general uno puede pensar que el unplugged es para tocar con una guitarra, enfocado a algo más íntimo. Sin embargo optamos por tener esos momentos y presentar a la banda que también genera momentos románticos y también explosivos de baile. No queremos perder esta esencia del grupo que siempre ha sido de baile, de energía y toda esa fuerza”, dice Lozano.

Kinky se le llama a una lista tal vez infinita de conductas sexuales que no son usuales o estándar. Pero también a lo ensortijado y retorcido. Por eso los mexicanos se juntaron a fines de los ‘90 para jugar en la periferia del rock y fusionarlo con hip hop, ritmos autóctonos y experimentar con la electrónica. Oriundos de Monterrey, les calzó justo la movida conocida como “avanzada regia” surgida a mediados de los ‘90 en su ciudad, que emulaba un Seattle mexicano. Entonces, la mayoría de las bandas aztecas emigraba al DF en busca de la meca musical. Pero la sorpresa fue corroborar que el rock se estaba cocinando ahí mismo. Así fue que de la riqueza del contexto nacieron Control Machete, Plastilina Mosh, El Gran Silencio y Jumbo, entre otras. La cercanía de Monterrey con la frontera permitía la permeabilidad de la influencia estadounidense, e incluso la británica. Algunos años más tarde y como parte de esa misma oleada, surgió Kinky. “Era más que todo un taller experimental, algo en donde no haya esa frontera como la que hay en una banda expresamente de rock. Fue muy interesante. Y lo más raro es que fue el proyecto que finalmente funcionó”, cuenta Ulises. Sin embargo, y debido al éxito temprano que tuvieron, la banda terminó radicada en Los Angeles.

¿Por qué emigraron después de haber plantado bandera en su territorio?

–En general, después de dos o tres discos, las bandas empiezan a tener más seguidores y luego la posibilidad de firmar con una disquera internacional o algo así. En nuestro caso, con el primer disco, que salió en 2002, tuvimos la suerte de que funcionó bastante bien, sobre todo en Europa y Estados Unidos. Recibimos muchas invitaciones a tocar en festivales como Coachella y Lollapalooza, cosas que nos demandaban estar mucho tiempo en Estados Unidos. La escena del cine y de las películas está acá; y también de las series. Muchos de los supervisores musicales viven en Los Angeles y nuestra música ha tenido una aceptación muy particular en este ramo de cine y TV y nos piden músicas para películas y televisión. En 2002, las bandas empezaron a poner música en los comerciales, películas o videojuegos. Teníamos nuestras canciones y las adaptábamos para las películas o las series y pasábamos tanto tiempo en Los Angeles que ya decidimos montar un estudio y seguir haciendo. Y llevamos diez años aquí.

* Domingo 21 en el homenaje a Charly García del Movistar Free Music, Figueroa Alcorta y La Pampa. Desde las 14 con Fito Páez, Turf, Los Tipitos, Coki & The Killer Burritos, Pilotos, Ministerio de Energía y Sobretodo en Invierno.