Desde Rosario

DAl borde del río Paraná, la segunda edición del festival Otro Río, organizado por el sello Polvo Bureau y patrocinado por Recalculando, programa del Ministerio de Cultura nacional que promueve el desarrollo de sellos de gestión colectiva, volvió a reunir en Rosario a buena parte de la producción discográfica independiente del país. Entre ferias de discos, shows y charlas (como la de Martín Mercado, de Estamos Felices), el encuentro volvió a ostentar el incremento de estos colectivos artísticos que apuntalan el movimiento del under nacional. “La idea es reflejar la escena desde los sellos de gestión colectiva, una modalidad que viene gestándose hace al menos una década”, explica Valentín Prieto, director artístico de Polvo Bureau. “Se trata de distintas bandas y gestores que se unen entendiendo que la unión hace a la fuerza.”

La capacidad operativa y productiva de estos proyectos habla por sí sola: sobre una mesa, sólo los catálogos de Polvo Bureau y Ringo Discos, de Córdoba, alcanzan las 40 ediciones en sus primeros cuatro años de trabajo. Ambos sellos supieron no sólo sustentar sus ediciones sino también generar encuentros de comunión, difusión e intercambio, con el fin de dar a conocer su música y lograr que sus artistas puedan girar. “Lo que queremos es que la música que nos conmueve sea capaz de superar cada vez más límites”, dice Juan Manuel Pairone, uno de los responsables de Ringo Discos. “Y buscamos seguir alentando y que se consolide esa mirada cada vez más consciente sobre lo que está pasando en Córdoba.”

Mientras la industria discográfica se exprime buscando estrategias para garantizar su subsistencia, los sellos independientes hacen del trabajo colaborativo y su creatividad y diversidad –con ediciones novedosas en vinilo, CD y casete– sus características clave. “La idea del sello personalista donde todos los discos pasaban por una misma computadora nos aterraba. Potenciar las diferencias para lograr afianzar la unidad es un poco el concepto”, dice Morena Velázquez, directora de prensa de Polvo Bureau.

“Es necesario ampliar la mirada, salirse de la comodidad, si queremos que el proyecto siga creciendo y no quede sólo en el hecho de editar discos como un logro autogestivo en respuesta a la lógica de las grandes discográficas”, suma Pairone. “El desafío parece ser el mismo para varios sellos: que no sea sólo un proyecto basado en el corazón y la pasión, sino también una plataforma para desarrollarnos como profesionales en la industria de la música desde una nueva perspectiva.”