¿Recordás qué estabas haciendo cuando te enteraste?

–Estaba viajando a Brasil y, como las semanas anteriores había estado encerrado grabando, no me había enterado. Tampoco del tsunami, estaba muy en otra. El micro en el que viajaba estaba lleno de pibes que habían estado en Cromañón y sus relatos eran escalofriantes, de una tristeza profunda.

¿De qué manera creés que afectó el trabajo de los músicos del under?

–En un primer momento fue muy duro, no había dónde tocar y tampoco mucho ánimo. Creó una tendencia poco sana hacia la polarización, quebró la multiplicidad de espacios donde se hacía música en vivo, las opciones para las bandas pequeñas parecían haber desaparecido... Luego, de a poco se volvió a creer y van apareciendo opciones.

¿Afectó incluso la escena en que te movés, ajena a la del rocanrol?

–Claro que sí. Nos impactó a todos lo que vamos a los recis, como público o músicos, nos hizo tomar conciencia. Cada vez que organizamos un recital, tenemos cosas en cuenta que tal vez antes no se nos ocurrían. Nos gusta la clandestinidad y su amplitud de libertad, pero nos hizo poner luz sobre las responsabilidades que uno tiene cuando convoca gente.

¿Considerás que generó alguna consecuencia positiva?

–Creo que no hay consecuencias positivas de algo tan injusto y doloroso, tal vez sí reflexiones de cada uno para el futuro. Es un tema complejo y difícil de abordar sin empezar a repartir...

¿Alguna vez sentiste miedo en un show tuyo o ajeno?

–En un show homenaje a Brian Jones de Los Ratones Paranoicos en Cemento tuve un pequeño momento de duda cuando se desplegó una bandera que ocupaba toda la sala, por lo que todos quedamos bajo el trapo al menos una canción. Mientras cantaba y saltaba, parte de mi mente pensaba: “¿Qué onda si...?”. Y otras veces en shows donde pintó agresión, pero no sucede tanto, era más noventero.

Como miembro de una banda que toca en el exterior, ¿qué ves en esas plazas? ¿Es tanto más seguro el asunto afuera?

–Las desgracias ocurren sin aviso previo, he ahí lo difícil del análisis posterior. Veo más experiencia y dinero invertido en sectores de la cultura que acá están marginados u obviados. Las regulaciones tienen que estar y las posibilidades para que se cumplan tienen que ser promovidas. Hay que buscar una suma positiva, cuidar a todos es posible y necesario.

* Dub master de Nairobi, banda con la que en el post-Cromañón publicó tres discos (uno junto a Mad Professor) y dio 180 recitales, incluidas giras internacionales.