Las divas pop gozaron de buena salud en 2014. Charts, pistas, radios y canales de TV fueron nuevamente inundados –como si fuera 1999– de chicle, aullidos, beats enfermizamente pegadizos, curvas peligrosas, vestidos absurdos, plataformas infinitas, bling bling y carisma de lolita depravada. Ahí, una diferencia con 1999: la lolita depravada antes se suavizaba tras mensajes puritanos, y hoy nos tienen sin cuidado porque las post-adolescentes pueden hablar de noche, sexo y consumo, pero también ponerse profundas sin vacilar.

Volvió el sub-20: Ariana Grande, Charli XCX y Lorde encantan no sólo por sus hits sino por el morbito que producen. Si bien las dos primeras pasaron hace muy poco los 20, no dejan de ser noticia por su rozagante juventud. Una, por cantar como Mariah Carey con esa carita; la otra por haber compuesto el clásico contemporáneo I Love it (sí, el de Icona Pop) con menos de 20; y la última por haber sido la última sensación de “pop con contenido”, haber escrito el enorme hit Royals y curado la banda sonora de Los juegos del hambre con solo 18 añitos. Y la lista sigue...

La diferencia con 1999 parece ser que las estrellitas pop, tengan la edad que tengan, ya no están orientadas a niños, ni lírica, ni musical, ni visualmente. No dan lecciones: hacen twerking –¡gracias Miley!–, y si alguna niña quiere prenderse, que lo haga. Ser rubia y angelical ya fue. Las morochitas “de barrio” de mirada lasciva y cuerpo de infarto son el modelo 3.0. El componente rubio siempre podrá ponerlo Iggy Azalea, con la que es obligatorio colaborar para entrar al cielo de las popstars 2014–2015.