VOLVIó THE WALKING DEAD
Quinta temporada, parte dos, y cómo hablar de muertos sin mostrar muertos.
› Por Javier Aguirre
Cadáver not dead. Todo éxito mundial tiene algo de extrañeza, si no de malentendido, y el caso zombie es especialmente violento al respecto. En su inicio de temporada 2015 (por no decir “inicio de la segunda mitad de la quinta temporada”, más horrible aún), The Walking Dead vuelve a comerle el cerebro a traición a esa pasión internacional que tanto ayudó a estimular. Es que mientras entusiastas zombiewalks y oportunos zombietítulos –Guerra Mundial Z, Z Nation, Zombieland...– apuestan por la abundancia, el sobremaquillaje y el estrellato de los monstruos bípedos, el secreto de The Walking Dead sigue siendo el pijoteo: lograr que cada cadáver valga, aceptar que la pantalla se banca varios minutos sin monstruos. La mejor enseñanza de Tiburón, tal vez.
Esa sensación de tiempos muertos sin muertos resulta especialmente rara al tratarse de la serie que más hizo por la diversidad de métodos para cercenar molleras (las ballestas y katanas ya son favoritas de la familia y el último capítulo incluye una técnica novedosa, clavar en el cráneo ajeno un avioncito plástico de aeromodelismo). Pero un muerto llama a otro: The Walking Dead ya pasó la barrera de los comics, los webisodios, entrega cada temporada de a mitades y hasta tiene un spin-off en camino.
Incluso sus héroes ya están tan hambrientos, podridos y andrajosos como los zombies, lo que estaba previsto: los “muertos caminantes” del título alude –ya puede decirse que evidentemente– tanto a unos como a otros: todos en la serie son, o serán, cadáveres andantes. Es que la muerte, en ese sentido, es igual dentro y fuera de The Walking Dead: no se evita. A lo sumo, se refinancia.
Por eso los vivos tienen su mayor enemigo en la desesperanza, una frustración constante que se convierte, extrañamente, en un motor. El star Rick ya no es el sheriff-padre atildado y moralista. Cinco años de Era Zombie no son gratis y el frontman tuvo que reinventarse: ahora mata como villano, tiene la mirada border de Darth Maul y lleva una barba poshipster propia del más demencial Jerry García. Por algo es que, en el debut de la serie en 2015, la muerte semeja un videoclip psicodélico y surrealista. Y parece no decaer. Si en el último episodio 2014 se llevaron a Beth (la Lisa Simpson del Apocalipsis zombie), en el primero de 2015 no hay que esperar menos. Hoy por hoy, los protagonistas de The Walking Dead son los Beatles del universo zombie y cada muerte del cast duele mucho. Curioso, en una serie en la que mueren todos salvo los muertos.
Lunes a las 22 hs por FOX.
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