Jueves, 16 de abril de 2015 | Hoy
AL FIN SE LE PODRá VER LA CARA A DEUS
Tom Barman cuenta la historia de los padrinos del indie belga de los ’90.
Por Yumber Vera Rojas
A Deus se lo conoció en Argentina en los ‘90, luego de que llegaran los discos del grupo que se transformó en esa década no sólo en la alternativa al britpop y al grunge, sino al imperialismo musical anglosajón. Sin embargo, tras el hiato que se tomó entre 2000 y 2004, no se supo nada más de la banda belga hasta hace dos semanas, cuando se anunció su sorpresivo y dilatado debut en Buenos Aires. “Durante mucho tiempo quisimos tocar allá, pero parecía imposible”, afirma por teléfono Tom Barman, líder del actual quinteto. “Si bien será una visita acotada, no sabemos qué sucederá.”
Aunque la agrupación lanzó cuatro álbumes después de su reunión, lo que la trae es la gira de Selected Songs, compilado que repasa sus temas más representativos. “Nos pareció que era el momento idóneo para hacerlo”, explica el vocalista y guitarrista. “Elegimos nuestras canciones favoritas, al igual que las que más les gustan a los fans. Así que se trata de una mezcla de temas rockeros y otros más suaves.”
Selected Songs fue concebido para festejar los 20 años de la aparición del primer álbum de Deus, Worst Case Scenario, que llamó la atención por su particular combinación (notablemente atravesada por la desfachatez creativa de Frank Zappa) de punk, folk, jazz y rock progresivo. “Lo que hicimos fue tomar ciertas influencias y mezclarlas un poco. Sólo por eso nos consideraban bichos raros”, recuerda Barman. “Demoramos dos años en hacerlo porque estuvimos mucho de gira, lo que nos llevó a experimentar una vida bohemia. Una vez que publicamos el disco, se abrieron un montón de caminos”, cronica.
Ese repertorio, además de permitirle tocar en Glastonbury en una época en la que no era común la inclusión de artistas de otras partes de Europa en el festival inglés, convirtió al grupo en el padrino del indie belga. “No nos interesan las etiquetas”, advierte el músico de 43 años. “Nuestra intención es celebrar la canción, independientemente del estilo. Podemos hacerlo a través del indie, del country o el art rock. Eso es lo de menos.”
Tras el lanzamiento de The Ideal Crash (1999), y en el mejor momento de su carrera, la banda, de cuya formación original sólo sobrevivieron Barman y el tecladista y violinista Klaas Janzoons, sorprendió al anunciar un receso. “Los ‘90 fueron una época muy divertida, en la que no paramos de tocar ni de grabar discos. Pero comenzamos a desear hacer otras cosas”, aclara el frontman del grupo de Amberes. “Si bien esto despertó un montón de conjeturas entre los fans, en nuestra intimidad tenía sentido.”
Después de ese ínterin, en el que el cantante y guitarrista debutó exitosamente como director de cine con Any Way the Wind Blows (2002), Deus regresó a las bateas en 2005 con Pocket Revolution. “La constante de nuestra carrera está en los cambios. Cada disco tuvo un proceso distinto porque odio repetirme. A fin de año vamos a entrar al estudio, y no tenemos la menor idea de qué pasará. La vida siempre se desarrolla de manera diferente a lo que uno planifica, y está bueno que eso suceda.”
El quinteto, que desde mediados de los 2000 cuenta con el aporte de Mauro Pawlowski (ex guitarrista de Evil Superstars, al igual que una de las grandes figuras del pop independiente belga), preparará su octavo álbum de estudio en un momento en el que Bélgica disfruta de su condición de revelación del indie europeo. “Ese buen pasar se debe a que en Bélgica podemos hacer las cosas sin cuestionarnos si están bien o no”, reflexiona Barman sobre un movimiento en el que, aparte de 2ManyDJs (alter ego dance de Soulwax) y Vive la Fête, destacaron en el último lustro artistas noveles del calibre de Appaluse, Intergalactic Lovers, Amatorski, Balthazar y el rapero francófono Stromae, una de las sensaciones de los festivales en todo el mundo. “Además de estar en el centro de Europa, otra característica que ayudó en el desarrollo de la escena es que el belga no es ególatra. Así que la gente tiene la cabeza muy abierta, y no se aferra a las tradiciones, lo que invita a experimentar y a crear mezclas muy personales.”
Deus debutará en Buenos Aires un día antes del regreso a la capital argentina de Front 242, otra leyenda de la música moderna de la cuna de Django Reinhardt y Jacques Brel. “¿Me estás jodiendo?”, se sorprende el cantautor al enterarse. “Qué pena que no pueda pasar por su show porque nos tenemos que ir a Brasil. Saludalos de mi parte”, pide. Si Deus reveló al mundo el indie belga, su par electrónico revolucionó las pistas de baile, una década antes, tras impulsar el género Electronic Body Music (EBM). “Fueron los pioneros en empezar a quebrar la lógica en la música belga”, asegura el también componente de la dupla dance Magnus, con la que lanzó dos álbumes. “Si los ingleses tenían a Los Beatles y los yanquis a Elvis, nosotros teníamos las disquerías. Esa educación musical atrajo a DJs de toda Europa a los clubes locales, lo que decantó en que Deus firmara su primer disco con un sello inglés. Y eso generó que un montón de artistas se esperanzaran con la idea de que era posible tocar afuera.”
* Martes 21 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 20.
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