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Luego de su introducción en diciembre, con el productor alemán Robert Lippok como invitado especial, Robot Festival reincidió en Buenos Aires, entre el 1º y el 3/5, y tuvo entre sus principales atractivos al teutón Uwe Schmidt (que regresó a la Argentina bajo su álter ego Atom TM) y a Darshan Jesrani, una de las dos partes de Metro Area, en su vuelta al país tras la participación de la dupla en el Sónar porteño 2006. “Es una ciudad adorable”, afirmó el neoyorquino antes de romperla en el club Input, el viernes último (el evento se mudó sábado y domingo a la Usina del Arte), con una oda al house y la música disco en la que, aparte de presentar temas suyos (incluyendo Disco Engine, primer single de su alias Cylinder) y su compañero de tándem, Morgan Geist, adelantó lo nuevo de Metro Area. “Todo apunta a que será más disco, pero no sabemos qué haremos con ese material.”

A pesar de que la incertidumbre embarga al próximo trabajo de Metro Area, Jesrani y su coequiper ya aseguraron su pedestal en la historia dance, a partir de la edición en 2002 del homónimo álbum debut de su laboratorio de house y nü disco, con el que revolucionaron las pistas de baile del mundo.

“Cuando comenzamos, uno de nuestros objetivos era hacer un estilo musical que fuera diferente al típico house o techno del momento, porque eran un loop constante”, recuerda el productor y DJ estadounidense que formó parte de este festival patentado en Boloña, Italia, en el que, además de la música, el arte digital tiene un peso importante. “Tras realizar una labor de investigación y desempolvar viejas producciones de house y de disco, reintrodujimos el concepto del arreglo en una época en el que no existía. Aunque eso no sólo pasaba en la electrónica, sino en otros géneros.”

Si bien ese único álbum de estudio, grabado entre 1999 y 2001, rankeó en los balances de lo mejor de los 2000 entre los 10 discos fundamentales de la electrónica, también le legó a Metro Area el estigma de artista de culto. Pero antes que rechazarlo, el dúo lo recibió con beneplácito: “Metro Area está a medio camino de lo popular y lo underground debido a que no tuvimos un sello grande ni un aparato publicitario o un video que ayudara a darnos a conocer. Para llegar a nosotros, tenían que investigar un poco”, explica Jesrani, cuyo identikit sonoro, junto con el de la disquera DFA Records, puso nuevamente a Nueva York en el centro de la música de baile. “No hay mayor cumplido que traten a esas canciones como himnos, porque la verdad es que fueron un hermoso accidente. Y es que cuando las hicimos éramos un par de inexpertos.”