PALOMA DEL CERRO REVOLOTEA CON PARA BIEN
A través de su mestizaje, busca romper mandatos. Incluso los musicales.
› Por Sergio Sánchez
“Reloj de campana, tocame las horas, para que despierten las mujeres todas”, lanzan a dúo Paloma del Cerro y Miss Bolivia en ¡Para todas las mamitas del mundo!, una canción tradicional mexicana convertida en cumbia. Y es ése mismo espíritu el que atraviesa todas las canciones de Para bien, el último disco de Paloma Kippes, según su DNI. En su universo musical aflora un discurso que propone sintonizar con la tierra y romper con ciertos mandatos sociales, como el amor entendido como producto de supermercado. “Uno cree que ya sabe amar, pero ni en pedo. El amor es una materia que uno tiene que ir estudiando, aprendiendo y rindiendo. Es interesante cómo el melodrama nos enseñó una forma de amar que no sirve. Muchos la pasaron feroz hasta que no apareció el divorcio; seguían soportando situaciones insanas. Estamos en un momento en el que se están desarmando muchas estructuras”, advierte Kippes y alude al bolero Amor amarrete, una historia típica de amor posesivo.
Kippes, no obstante, reconoce que forma parte de una “red” y que no es la única que se hace las mismas preguntas. De igual modo, su abordaje musical –un mestizaje folklórico y electrónico– es compartido por una generación de músicos que admira y caminan a la par. “Me siento en sintonía con una ola de músicos que están apareciendo en Argentina: Chancha Vía Circuito, Barrio Lindo, Luvi Torres, Tonolec, Miss Bolivia. En todos nosotros hay una resignificación de ritmos y canciones”, generaliza.
Y luego va a lo particular: “La música electrónica me acompaña hace mucho. ¡Nací en Buenos Aires y voy a la discoteca desde que mis padres me dejaban salir! Y también tiene que ver mi amistad con Gerardo Morel, quien se encarga de los teclados y la programación en la banda. Si bien muchos se niegan, la música electrónica es un proceso que está sucediendo. La banda tradicional de guitarra, bajo y batería me aburrió un poco. Me parece que Paloma del Cerro es un proyecto festivo y en este disco consolidamos la fuerza rítmica, la parte bailable”.
Paloma cuenta que le mandaron varios videos de niños y grandes bailando con las canciones de su primer disco, Gozar hasta que me ausente (2011). “Quiero que la música se siga transportando a diferentes formatos, como la danza, el audiovisual y el teatro”, se entusiasma. Entre las perlitas del disco, además de canciones propias, hay una recopilación de Leda Valladares (Vaya y vuelva, no se duerma), una canción tradicional china (La fiesta se avecina) y un cierre a tono: Tiempo de hombre, una poesía de Atahualpa Yupanqui musicalizada por Ezequiel Luka. “Florezco en guitarras porque fui la madera”, enseña Yupanqui. “Me interesa romper con un modo de cantar cuyo mandato es ser ‘perfecto’; no todo tiene que ser tan melódico. En realidad, cada voz es única e irrepetible, como cada individuo.”
* Jueves 21 en Niceto Club, Niceto Vega 5510. A las 21.
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