Una tragedia personal la puso a escribir esta obra sobre la doble moral.
› Por Julia González
Juguetona y curiosa, una aniñada Vanina Szlatyner entra en escena e ilumina con una vela la sala completamente negra. Busca algo, recorre el espacio. En ropa interior, saca un atuendo de una caja de madera que funciona como mesa, placard o tumba, y se deja poseer por una vieja bruta y antisemita, que expele sus opiniones como si nadie la viera. Pero hay un público testigo y entonces sucede la magia: la manifestación de la doble moral sin caretas. “Esa niña que juega por suerte tiene la posibilidad de entrar y salir de los personajes, no quedarse con la tragedia ni con la discriminación. Lo deja ahí para seguir”, dice Vanina, autora y protagonista de Una, unipersonal dirigido por Eduardo Bertoglio, cuyo fragmento “La visita” fue elegido por Mauricio Kartun para Teatro x la Identidad 2014.
La actriz se busca en cuatro mujeres a través del vestuario, que va transformando a cada una. Son distintas y hablan de sus verdades en la intimidad. Se confiesan con la impunidad que les otorga la soledad. Son prejuiciosas, desesperadas, frívolas o autosuficientes. “Estas mujeres tienen una doble moral y dicen cosas que un montón de gente no se anima a decir. Me pareció interesante empezar a hablar sobre esto”, dice Vanina, que inició este texto en 2007, a raíz de un accidente en el que murieron su mamá y dos de sus hermanos. Movilizada y traumada, se encerró a escribir como ejercicio de sanación. “Todos los personajes tienen algo de mí o de mi familia, cosas que fui viviendo en esta última etapa que me hizo crecer de golpe. Esto me shockeó e hizo que creciera mi alma. Fui buscando huequitos para respirar un poco”, dice.
Con referentes como León Ferrari y Pompeyo Audivert, quien fue su maestro, Vanina fue construyendo su personalidad actoral. La búsqueda la llevó a fusionar ese costado de “bicho”, como lo llama ella, y de tierno; lo cómico y lo trágico; lo oscuro y lo luminoso. Con un comienzo promisorio a los 12 en Magazine For Fai junto a Mex Urtizberea, Lucrecia Martel y Mariana Briski, y embelesada por el espacio de la cuarta pared, Vanina empezó a estudiar teatro, tango, circo. Convencida de que “una actriz tiene que saber hacer de todo”, se metió en muchas cosas. “Era chiquita, me tomaba el colectivo, juntaba las moneditas. Cuando terminé la secundaria ya había estudiado un montón”, cuenta. A los 18 produjo su primera obra junto a unos amigos y la llevó al Paseo La Plaza, hecho que determinó el empuje de esta actriz que eligió fortalecerse y abrirse camino apretando valiente la espada del arte.
* Domingo 26 y sábados de agosto en Teatro El Popular, Chile 2080.
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