LA ISLA DE LOS MONO
Mil caminos es concreto, pujante, nervioso, terco y esperanzado.
› Por Santiago Rial Ungaro
“No somos carismáticos: la última vez que tocamos nos dijeron que intimidábamos”, dice Mariano Lugones, guitarrista y voz cantante de Mono, mientras mira cómo asiente sonriendo cómplice Gastón Guevara, el baterista. Entre el post punk, el ruido y las canciones, el rock urbano de Mono se destaca por algo muy simple: desde su aparente negatividad (“No somos tan fáciles de escuchar”... “La otra vez llamé a mi novia y se le cortó la luz”... “No fue una decisión acertada llamarnos así porque es imposible de buscarnos por Internet”, etcétera), logran tocar de manera expresiva lo que ellos mismos son: sus paisajes industriales de Mataderos y Villa Luro hacen carne en un sonido muy concreto, pujante, nervioso, terco y esperanzado.
Hablan de Echo and The Bunnymen y de Catupecu Machu y recuerdan con fastidio o resignación lo lentos que se hacen todos los procesos cuando se trabaja en forma independiente, pero están orgulloso de Mil caminos, su primer disco luego de un par de eps virtuales, también editado en casete por el sello Volante Discos. El disco fue grabado en una sola toma, como si fuera un recital de la banda, pero tiene la calidad de sonido de una grabación de estudio y es también un objeto atractivo estéticamente, con un arte complejo y demandante como ellos mismos. Los dibujos de Pedro Franz tienen el mismo carácter expresivo que las canciones de Mono, cuya formación se completa con Sebastián Fontenla (bajo), Lucas Rodríguez y Walter Sánchez (guitarra).
Gastón y Mariano aceptan que la de Mono es una “estética del cortocircuito”, por qué no de corte de luz: “Nos encantan Tin Machine, que no siguieron tocando porque les pasaba de todo: ¡hasta se les cayó el escenario! Yo empecé de adolescente haciendo covers de Las Pelotas y les enseñaba a todos las partes porque les había sacado todos los yeites de tantos verlos en vivo. La gente se copaba, ¡ni sabía que eran temas de Las Pelotas!”.
Con los trepidantes ritmos de Gastón Guevara impulsando el sonido y la voz puesta como un instrumento más, los Mono decidieron incluir en la gráfica cuatro definiciones de “mono” del diccionario que representan sus diez años como banda: “1. Nombre genérico con que se designa a cualquiera de los primates de suborden de los antropoides. 2. Prenda de vestir de una pieza, con pantalones y cuerpo, hecho generalmente de tejido grueso y usado en algunas profesiones para no mancharse la ropa. 3. Síndrome de abstinencia, estado físico y mental de malestar producido por interrumpir el consumo de otra sustancia que crea dependencia. 4. Abreviatura de sonido monoaural, definido por un solo canal”.
Mono no forma parte de la monada, así que sus esporádicos shows en vivo hay que aprovecharlos. Mariano: “La falta de tiempo y de guita siempre fue parte de la historia de la banda. Pero todavía no encontré mejor droga que tocar”.
* Sábado 25 en El Imaginario, Guardia Vieja 3797. A las 23.
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