Jueves, 6 de agosto de 2015 | Hoy
DRENGE, LA VENGANZA DE LOS LOVELESS
Escalofriantes, oscuros, ruidosos... hermanos, ingleses, pendejos...
Por Julio Nusdeo
Eoin Loveless no deja que la repercusión que Drenge recibió en el último año y medio le quite los pies del suelo: “Nunca me sentí importante por lo que hacemos, sólo muy privilegiados”, escribe desde uno de los días más calurosos en Sheffield. Van al menos dos veranos exhaustivos de toque para el dúo que formó con su hermano Rory, que desde la salida de su LP debut en 2013 se vio involucrado en tapas de revistas, en tele (con Jools Holland y con David Letterman) y en todos los festivales importantes del verano boreal –Reading & Leeds, Benicàssim, Latitude, SxSW–, al punto de que les tocó abrir Glastonbury con un fecha colmada, anunciada horas antes.
El simple We Can Do What We Want del reciente Undertow (2015) es rápido, sudoroso, con la pegadiza bajada que titula la canción y un riff de esencia escalofriante; todos los condimentos para ser hit en el supermercado. Pero Undertow carga también elementos de post-punk oscuro, denso, de colchones reverberantes y ruidosos, donde la guitarra rota y con chorus de Eoin se monta sobre la contundente batería de Rory en claros guiños al grunge y otros aún más claros a Nirvana, como se escucha en The Snake, o a Jesus and Mary Chain, en Side by Side. La letra intensa y retorcida de The Woods trae uno de los puntos más altos del álbum, con edición local vía Ultrapop.
“Creo que finalmente cumplió su ciclo”, entiende Eoin. “Amé escucharlo diez veces por día y estar súper orgulloso. Ahora es una parte de mi vida y refleja un momento muy específico, en un nuevo lugar, lejos de las giras. Se siente bien pasar de un disco y comenzar a sentirse entusiasmado por algo nuevo.” Con el ingreso del bajista Rob Graham para las giras y el material por venir, el principal objetivo de Drenge hoy es comenzar un disco nuevo. “Me gustaría ir más ruidoso y rápido”, suelta Loveless sin dudar.
–Pruebo y varío mis afinaciones. La mayoría de las canciones están en Drop D (N. de R.: afinación estándar a excepción de la sexta cuerda, bajada a Re), que se remonta a los días como dúo. Te da más flexibilidad, supongo. Es de cómodo. Algunas canciones se afinan en estándar y tenemos dos abiertas en Sol. Hicimos un cover de Bad Blood, de Taylor Swift, en Drop C, y fue muy divertido.
–Probablemente tuviera dos meses cuando salió. La mayoría de los chicos de nuestra escuela no habían escuchado My Bloody Valentine, así que nos gastaban por nuestro apellido.
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