Dentro de un par de semanas, Pensilvania será sede de una nueva edición de la Little League World Series, un torneo de béisbol para chicos de entre 11 y 13 años en el que se enfrentan equipos de Estados Unidos y el resto del mundo. Es un clásico en el que alrededor de 9 mil jugadores participaron del evento en sus casi 70 años de historia. Solo 18 fueron mujeres, y solo cuatro estadounidenses, y solo una ganó un partido. Así de especial es Mo’ne Davis, que el año pasado no solo consiguió esa victoria, sino que además lo hizo con un “shutout”, es decir, lanzando ella todo el encuentro y dejando a sus rivales en cero.

La velocidad promedio de un lanzamiento de béisbol para una persona de la edad de Mo’ne es de 80 km/h, pero sus pelotas vuelan a 110 km/h, no tanto por su fuerza de brazos sino por una técnica impecable, prácticamente imposible de conseguir con 14 años.

Según Steve Bandura, su entrenador, esta chica tiene un don. La descubrió en 2008, de casualidad, un día que la vio jugando al fútbol americano con su primo. “Sus pases largos salían con un efecto perfecto, ¡parecían diseñados por computadora!”, le dijo a Spike Lee en Throw Like a Girl, un minidocumental sobre Davis que se puede ver en YouTube.

“¿Cuál es tu deporte favorito?”, le pregunta el director a Mo’ne en esa película. Increíblemente, a ella le gusta el básquet. Y encima es buenísima: en febrero la rompió en el partido de famosos del Juego de las Estrellas de la NBA (sí, en su país es famosa) y el mes pasado los legendarios Harlem Globetrotters le extendieron una invitación para sumarse al equipo en el momento en que ella quisiera. Claro que primero tendrá que empezar y terminar la secundaria, donde además... ¡juega al fútbol!

Mientras tanto, ya circula en el mercado su autobiografía (¡a los 14 años!) y Disney Channel prepara otra peli inspirada en su vida. Pero Mo’ne no se enloquece. Consciente de su juventud, sabe que esto todavía es un juego. De hecho, en el documental de Spike Lee, nunca luce más orgullosa que cuando cuenta que le metió 15 triples a... su hermano mayor. “Lo que pasa es que yo la dejo tirar”, se excusa el pibe, con una media sonrisa llena de picardía, afecto y admiración.