Este fin de semana vuelve el fútbol y la noticia no sólo afecta a los aficionados sino a todos aquellos que diseñan su domingo como plan de evasión de la fiebre deportiva. A continuación, algunas experiencias que conspiran contra la melancolía crepuscular del día más contradictorio de la semana.
Es cierto: un domingo con pretensiones
de productividad puede resultar una cosa un tanto frustrante. Tal vez por eso
las costumbres dominicales –fútbol, ferias, pizza, excavación
umbilical, misa– se cuentan entre las más consolidadas de esta época.
El domingo se va rápido no sólo porque suele empezar al mediodía
sino por la aceleración que produce el terror al tiempo muerto. Hay quienes
creen que el mejor domingo es el domingo lluvioso, porque redime el encierro.
El domingo soleado exige “programa” o, al menos, alimenta el desconsuelo
del sujeto enclaustrado. Como sea, los planes de domingo suelen ser incompletos,
y la dinámica del entretenimiento tiende a enrarecerse en el momento exacto
en que la rueda de la semana se dispone a dar su última vuelta, auspiciada
por la épica insultante de una vieja composición de Vangelis con
ínfulas futuristas (ver Melodía D). Porque, aunque para Morrissey
“todos los días son como el domingo”, la frecuencia de onda del
séptimo día es definitivamente única.
KISS MY SUNDAY. En un living de Ayacucho 115, Sol Shurman atiende el portero
eléctrico, vende sus cosas y toca sus canciones. Mesa con CDs en oferta,
tocadiscos mezclando álbumes de Lou Reed y Nena, ropa usada. La ex Sugar
Tampaxxx armó Vicodine (dúo de country rock distorsionado que integra
con Peter C) y montó esta feria americana hipercasera, un rejunte de productos
a precio de remate, que también funciona como plataforma de sus nuevas
canciones. Dispersión y melancolía. De 17 a 23.
SESIONES DOMINICALES. No muy lejos de ahí, en Full Bar (Rivadavia
878), algunos eligen aletear el descenso del fin de semana de un modo gradual
y esencialmente electrónico. Ya pasaron por ahí artistas como Iván
Johnson (alter ego ambient de Bruno de Miranda!), Microesfera, Drole, Tammy, Mi
Tortuga Montreaux, Incesto, París 1980. Ahora que las opciones after hours
se reducen a los templos anfetamínicos menos seductores (caso Kaix), las
Sesiones ofrecen otra clase de química. A las 21.
ANTIDOMINGO. Un inesperado desborde de convocatoria los obligó a
un receso. A partir del 10 de agosto, los encuentros crepusculares en algún
lugar de Saavedra vuelven en su versión “club de socios”. “Queremos
volver a lo que era al principio: una cosa de amigos”, cuenta Daniel, uno
de los responsables. Muestras de arte, fotografía, comida al paso, música
en vivo, DJs... Aquellos que quieran asociarse, pueden intentarlo escribiendo
a [email protected]
VELADAS TEMATICAS. La agrupación teatral Mondo Pasta se mudó
del patio de un PH al espacio cultural Puerta Roja (Lavalle 3636). Con sistema
a la gorra, la varieté diseca elementos de la cultura pop argentina y los
convierte en una asombrosa sucesión de gags improvisados y culto a la observación.
El rito incluye dos actos divididos en sketches cortos y un intervalo con guiso
casero, tartas y clima amistoso. El espectáculo cambia cada semana. El
próximo se basa en “Los recuerdos”. A las 20.30.
FERIAS. Herederas multimedia de la feria hippie, las ferias de diseño
se convirtieron en una de las salidas domingueras más recurrentes. Este
fin de semana vuelve una de las pioneras del género, Boutique Nómade,
que presenta su formato “Glamour interior”. Además de los diseñadores
y el arte digital, el domingo habrá artistas de electrónica (Julián
Aznar, Bad Boy Orange, Andy Love) y un show de Emmanuel Horvilleur al final de
la jornada. Espacio Darwin (Niceto Vega 5350), de 13 a 23.
CINE. Además de todas las opciones de cartelera (recordar que ahora
las salas del centro venden localidades a mitad de precio todos los días,
todas las funciones), los ciclos de cine siempre son una opción intermedia
entre el solipsismo del videoclub y la superpoblación de Plaza Francia.
El Malba (que hasta el 18 de agosto mantiene la retrospectiva de Guillermo Kuitca)
proyectará este domingo a las 18 Un día muy particular, de Ettore
Scola; a las 20 Cría cuervos, de Carlos Saura, y a las 22 se verá
El sol del membrillo, de Victor Erice, parte del ciclo “Kuitca y el Cine
3” que cura Martín Rejtman.
La
náusea
POR
SOL SHURMAN
Cantante y guitarrista de Vicodine.
El domingo
despierta en mí una especie de náusea. La banda de sonido sería
una carrera de Fórmula Uno (o bien un partido de fútbol) y alguien
sobando mate. Maquillaje corrido debajo de los ojos, las manos llenas de facturas.
Tener que enfrentar el imponente lunes y no tener energía... Por eso
prefiero quedarme todo el día en la cama. Tampoco es bueno. No es la
cura, pero es una anestesia. Me gustaría acordarme si alguna vez NO me
afectó un domingo. Varios intentos de suicidio ocurrieron ese maldito
día. Supongo que si sos feliz y tenés estabilidad en tu vida,
es un día de descanso, vas de shopping, sacás a pasear al perro...
Todavía no llegué. Pero con Kiss my sunday se convierte en un
día mas amigable.
Mi Top 5
de películas de domingo:
1. La fiesta inolvidable (Blake Edwards). Risa 100% asegurada.
2. Pierrot el loco (Jean-Luc Godard). Para no terminar como Belmondo.
3. La ventana indiscreta (Alfred Hitchcock).
4. Desayuno en Tiffany’s (B. Edwards). Para reconfortarte sabiendo que
hasta Audrey Herpburn puede deprimirse.
5. Indiana Jones (Steven Spielberg). Las tres. Que Harrison tenga las aventuras
que uno no puede.
Canciones
domingueras
FABIAN
DELLAMONICA
DJ, ex anfitrión de las noches domingueras “Velada Hogar Dulce
Terraza”.
1. “Fast
Forward” (Lali Puna)
2. “Shinny Star” (Colder)
3. “Higher than the Sun” (Primal Scream)
4. “Frozen Dub” (King Tubby)
5. “Contact (Dub)”
(Brigitte Bardot)
Melodía
D
¿Cómo
es que la canción final de Blade Runner se convirtió en la banda
de sonido de los domingos argentinos? En el tiempo en que Carlos Avila tuvo
su mejor idea (Torneos y Competencias), la película de Ridley Scott sobre
novela de Philip K. Dick prefiguraba algunas de las coordenadas decisivas de
la cultura ciberpunk. La impronta triunfal del tema del griego Vangelis sedujo
al primer musicalizador de la empresa y la adoptó como cortina del ciclo
“Todo golf”. La heredó “El deporte y el hombre” y
finalmente “Fútbol de Primera”. Desde entonces, esa acechante
sinfonía electrónica no es sólo soundtrack de la fecha
televisada sino también metáfora del ocaso del fin de semana.