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Jueves, 17 de septiembre de 2015

LOS GONGS FLIPAN EN VOLUMEN 2

“La raíz del rock argentino es experimental”

Este sexteto irreal abreva psicodelia, post punk, rock y electrónica.

 Por Santiago Rial Ungaro

Matías Mussi entra y se sienta en la mesa ubicada más al fondo de La Farola, mítico bar de Villa Crespo, sin parar de hablar de música. Pero no pasa un minuto y Gago se rompe el tendón de Aquiles. “¡Es muy psicodélico hacer una entrevista en el medio de un River-Boca!”, dice aceptando el juego de hablar sobre Volumen 2, el segundo disco de Los Gongs con él superclásico explotando desde la pantalla. Mussi: “Somos una banda de rock pero nos gusta la electrónica y buscamos que el disco tenga groove: intentamos tocar nosotros como si fueran secuencias electrónicas. Para mí, la movida de las raves originales tuvo mucho que ver con las movidas de bandas de los ‘60 como Jefferson Airplane: ¡estaban todos de pepa!”.

Matías, cantante y guitarrista, cuenta que empezó a juntarse a tocar con su primo Lucas Gimena, hoy tecladista de Los Gongs, a los 12: “Hacíamos covers lamentables de Blur, Nine Inch Nails o Juana la Loca”, comenta y excusa a sus colegas por acudir solo a la entrevista. “Hace unos días que Maxi Cataldi, el batero, fue papá”, comenta mientras pispea la pantalla sin distraerse. A los 33 años, este hincha de River conjuga con Los Gongs música y canciones, ritmos y climas electrónicos, con el teclado de Lucas como protagonista y una eficiente producción a cargo de Ezequiel Spinelli. “Hubo una comunión con, él,estaba escuchando Flaming Lips, MGMT y Syd Barrett.”

Con Leonardo Gómez en guitarra, María Morillo en bajo, Ivan Buraschi Bernasconi en trompeta y la entrada del guitarrista Mariano Cantarini, Los Gongs se completaron en una formación enérgica que vale la pena ver: “Crecimos escuchando bandas post punk, esa neopsicodelia de los ‘80 de Echo & The Bunnymen o Bauhaus, bandas que me pasaba mi hermano, y creo que en eso vivo se nota”. Parte del sabor del grupo proviene de la capacidad de sus miembros de absorber como esponjas las músicas que les gustan: “Yo me duermo escuchando sets de Four Tet o Modeselektor, siempre nos gustó la música electrónica. Me acuerdo de la primera Creamfields, cuando vino Howie B: estaban buenas esas movidas, cada uno estaba en la suya y era muy pacífica; después creo que derivó en algo medio de cancha”.

Volviendo a la cancha de River, Mussi acepta que firmaría un empate, pero medio minuto después viene el gol de Lodeiro. En la conversación se mezclan Alario y Jorge Luis Borges (“Tenía una mente psicodélica”), Nieztche, las atajadas de Orión y Morbo & Mambo, y siempre vuelve a su simpatía por la psicodelia de hoy y de siempre: “Creo que esa libertad que existía en la psicodelia a fines de los ‘60 luego continuó con el krautrock, con bandas como Kraftwerk, Can, Cluster o Neu! Por eso me encanta lo que hicieron Bowie con Brian Eno, o mismo The Teardrop Explodes, que también fueron una gran influencia: en el último disco incluimos una trompeta por ellos”.

La cita al gran Julian Cope, príncipe ignorado del free rock, demuestra que Los Gongs no están fantasmeando. Sus canciones aceptan el rock argentino como un desafío histórico: “Yo creo que la raíz original, gente como Spinetta, Nebbia o Miguel Abuelo, e incluso Babasónicos, tiene un lado muy experimental y vanguardista. El rock nacional era algo súper vanguardista, súper moderno y súper experimental, que estaba a la altura de lo que pasaba musicalmente en el resto el mundo”.

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Imagen: ce
 
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