Jueves, 24 de septiembre de 2015 | Hoy
Con profesionalismo y calidad, el combo pesado cumple 15 vitales años.
Por Santiago Rial Ungaro
“Si es cierto que puede surgir una nueva mitología, con sus formas exclusivas, de las profundidades más remotas del espíritu, el idealismo nos ofrece una indicación bastante significativa y una extraordinaria confirmación de lo que pretendemos”, escribió Friedrich Schlegel en 1800 y bien podría aplicarse este ambicioso programa a El dilema del origen, cuarto disco de Poseidótica. Suerte de mutación evolutiva de la escena stoner (Walter Brodie es el ex baterista de Los Natas), Poseidótica viene autogestionando su rock instrumental desde hace 15 años. Y con un sonido monumental sin ser pretencioso, el cuarteto hace años que se afianzó como una de las propuestas más vitales y originales del rock local.
Desde la sala de ensayo de la banda (que completan Martín Rodríguez en bajo y Santiago Rúa y Hernán Miceli en guitarras) se percibe el orgullo de que el proyecto también funcione como plataforma para algunos aliados que completan el imaginario poseidótico: las excelentes gráficas y visuales de los hermanos Andrés y Mariano Valle, las puestas de luces de Daniel Burgos y la presencia de los mismos asistentes y sonidistas en sus shows confirma que sus presentaciones son un rito.
Miceli recuerda algunas zapadas con Carca y acepta que el cambio de equipamiento a nivel sonido también fue clave: “Cuando tuvimos un mango nos fuimos equipando: queremos que suene bien y tener un buen audio, pero no buscamos sonar fuerte, no queremos dejar sordo a nadie”, dice distinguiéndose del vicio de confundir volumen con intensidad, éxtasis con destrucción de tímpanos.
Producido por Alvaro Villagra (otro ex Los Natas), el disco arranca con percusiones y atraviesa climas y matices que potencian tanto los momentos más explosivos como los climas más suaves, con una propuesta sinfónica y metalizada, desértica y espacial. Martín: “Este disco para nosotros sonaba post-industrial y de eso salió el texto (NdR: sus cuatro discos tienen uno), que nos gustó que fuera muy fantasioso, y tiene los delirios y vivencias que compartimos. Nos tomamos nuestro tiempo, pero valió la pena”.
Con el tiempo, con hechos musicales más que con palabras, Poseidótica fue gestando disco a disco una música majestuosa y exuberante, tan épica y tan cercana como el cementerio de la Chacarita. Y ahora, como en su momento Los Natas o Pez, Poseidótica también se anima a armar su propio festival (14/11 en Vorterix) con Los Antiguos, Sauron, Banda de la Muerte y Suthra. Brodie: “Al no existir más Los Natas, la banda parece ser más linda y más misteriosa; es cierto que le marcó el comienzo a un montón de bandas, y me copa ese reconocimiento porque es legítimo, pero no tengo nostalgia. Quizá porque siento que acá hay incluso una evolución de esa forma de construir algo desde un lugar más consciente”.
* Jueves 24 en The Roxy Live, Niceto Vega 5542. Desde las 21 con Kadavar (Alemania) y Sauron.
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