Este mes estrenarán en cines porteños dos películas muy diferentes pero con contacto: tratan temas actuales de una manera trasgeneracional, son coproducciones argentinas, tienen directores jóvenes provenientes de países atípicos para la industria y dan papeles claves a abuelos cuyos personajes entrañan en sí mismos sus historias.

A Internet Junkie (2013), del director argento-israelí Alexander Katzowicz, le tocará el jueves 8/10 la proyección de apertura del 11º Festival de Cine Inusual. Es un relato coral que conecta Israel, Argentina y México mediante las relaciones que algunas personas establecen a través de internet: una madre mexicana insatisfecha, sus hijos, una joven argentina enloquecida de deseo por un misterioso coronel, un joven israelí conflictivo, y más.

El aislamiento de sentirse acompañados estando completamente solos y el peligro de la impunidad que da la web crean estas relaciones (al fin y al cabo ficticias) y las llevan al deterioro. Para una película tan extraña, zarpada e independiente, llama la atención su reparto: Antonio Birabent es el opaco Coronel, y participa el mítico cineasta mexicano Arturo Ripstein en la piel de El Abuelo, uno de los pocos personajes de la película que se encuentra por fuera de esta alienación.

Los hongos (2013) es un film multipremiado en Europa que narra la historia de Ras y Calvin, jóvenes caleños unidos por el grafiti, el skate y la necesidad de evasión, a los que el arte callejero les revela su vocación a la vez que los mete en serios problemas. Mucha data acerca de estos mundos hace sentir al espectador como voyeur: “Grafiti y skate son disciplinas que siempre me interesaron porque son formas creativas de relacionarse con la ciudad, de habitarla. Me llevó más de un año y medio de investigación con los más importantes grafiteros de Cali, y al final muchos aparecieron en la película”, cuenta el director, Oscar Ruiz Navia. En su película, Ras trabaja en la construcción y es hijo de una afrodescendiente que lucha por mantener sus raíces; y Calvin es un joven de clase media que va a la escuela de arte, su novia es una histérica, y cuida de su abuela enferma tras el divorcio de sus padres.

El mundo de la abuela de Calvin, “la ñañita”, está inspirado en la abuela del director, cuya muerte lo impulsó a hacer una película sobre la vida. La actriz es precisamente su tía abuela –hermana de la nona fallecida– y el universo que la envuelve está repleto de plantas y colores, es casi onírico. “El mundo de la abuela es un espacio simbólico, un oasis en el medio del cemento”, explica sobre esta película que iba a tener estreno comercial este 8/10, pero fue aplazado para algún otro jueves del mes.