Gente delgada caminando La Habana entre slogans políticos, gente obesa caminando Nueva York entre slogans publicitarios. Yuri fotografió dos mundos opuestos y quizás complementarios y le dio forma a Hermanos del contraste, una llamativa y pedagógica muestra que inaugurará este lunes 19/10 en la Facultad de Ciencias Sociales-UBA. “Saco fotos de las cosas que me llaman la atención: me interesaba mostrar esas limosinas inmensas contrastadas con bicicletas que se caen a pedazos. Siempre quise hacer un paralelismo entre el comunismo extremo y el capitalismo extremo. Saqué imágenes desde lo cotidiano, cada uno puede sacar sus conclusiones.”

Más allá del uso un poco tendencioso del color (las de Nueva York son en blanco y negro), la lente de este joven misionero suele enfocar en máscaras, maniquíes y juguetes, y en todo contexto que sirva como punto de fuga: “Siempre me interesaron los micromundos del mundo, todo lo que salga de lo cotidiano dentro de lo cotidiano. Así llegué a interesarme por desentierros indígenas en Jujuy, con todos esos diablos llenos de espejos, o los festejos del sol en Cuzco, en donde toda la ciudad se disfraza”.

Yuri trabaja en comunicación hace una década, pero viene con la fotografía desde que tiene memoria. Durante años se desarrolló en paralelo como fotógrafo y músico, y llegó a grabar un disco, Balas de sangre en hombres de plomo, un slogan que de algún modo subsiste en sus imágenes, que aguijonean sensibilidades dormidas: “Estar en una banda es cómo estar de novio con cinco personas a la vez. Después de haber hecho un disco solista me fui enfocando en la fotografía”, dice Yuri, que también participa con algunas de sus tomas en Buenos Aires Photo, muestra colectiva junto a cientos de colegas que está hasta el 18/10 en el C.C. Recoleta.

“Viajo con fines específicos y siempre hay una investigación previa: ahora tenía pensado volver a Cândido Godói, un pueblo en Brasil donde todos sus habitantes son gemelos rubios de ojos verdes. Hay que informarse, y la formación no pasa sólo por ir a una universidad. Me gusta involucrarme con la gente, saber qué piensa y cómo vive”, dice este admirador de Sebastiao Salgado y gran lector de National Geographic. “Conocer a Salgado me hizo profundizar mi curiosidad ya extrema por los comportamientos humanos, sus costumbres y tradiciones, pero también me influencian artistas como James Ensor y sus pinturas sobre máscaras, El Bosco o los textos de Girondo.”

Claro que no todo es pintoresquismo en sus fotos: esta necesidad de enmascarse y disfrazarse también la encuentra en marchas zombies o convenciones de animé, donde se plasma esa necesidad urbana de sentir ciertos momentos de libertad, tan efímeros como reveladores: “Muchos encuentran ahí su momento de libertad, personificándose para escapar unos segundos de la vida cotidiana”.