Si en estos últimos veinte años Mar del Plata se convirtió en Meca del diseño y lo cool, y ya no sólo trae a la mente las infames berretadas del teatro revisteril, es en gran parte mérito de Altocamet. La salida de Nada es exacto salvo la medida de tus sueños (compilado que incluye un CD con material inédito y un DVD con sus 19 videclips) confirma la habilidad y la perseverancia del grupo para surfear los tiempos con estilismo, entre lo arquitectónico y lo oceánico, fríos pero sutilmente emocionales.

Canu Valenzuela (cantante, guitar hero cool y ex instructor de yoga) cata un café artesanal en el mercado de San Telmo y acepta que lo geográfico es una clave de su estilo, más allá de sus giras por Perú, México y Chile y de haber coqueteado más de una vez con la idea de instalarse en BA. “Nadie escapa a estar influenciado por el entorno: el frío y el viento son cosas que se escuchan en nuestros temas, siempre han ido apareciendo algunos puntos específicos de la ciudad”.

No es casual que uno de las canciones de Más allá, su excelente disco del año pasado, se llame Mística del agua: “Yo trabajo y vivo en el puerto: soy hijo de inmigrantes sicilianos, así que tengo una relación muy fuerte con el puerto. El Trimarchi, el Festival de Cine y Mardelpop (NdR: evento que organizan ellos mismos con el sello Casa del Puente) son cosas que antes no existían. Lo mismo pasa con tener a Aldosivi en Primera y que le gane 3 a 0 a Boca”, dice este insospechado fan del Tiburón.

La casi simultánea edición de Nada es exacto... (chequear el glamoroso diseño gráfico de Oscar Roho) y el concierto por el 20º aniversario en el Margarita Xirgu-Espacio Untref (dentro del magnífico Casal de Catalunya) no sólo confirmaron el sentido estético del trío completado por Pedro Moscuzza (ex baterista de Gustavo Cerati) y Mariana Monjeau (teclados y voces) sino que también permitieron disfrutar las permanentes metamorfosis de la banda en dos horas y media de música por las que desfilaron todos sus miembros a lo largo de su historia. Tanox (desde Barcelona), Waldo Trubiano, Ignacio Giobelina, Chino Gómez, Claudio Paz, Hernán Hebein y Fabián Spampinato se cruzaron con Fernando Nalé y Lolo Gasparini (también ex músicos de Gustavo) recorriendo prismáticas y climáticas canciones influenciadas por el dub, el post rock, el shoegaze, el jazz y el chillwave, sin olvidar sus experimentos con el tango electrónico en Astor disco (1995).

Además de Piazzolla, Cocteau Twins, The Cure, Amancio Williams, Richard Coleman y los artistas de Casa del Puente (de cada disco publicado hicieron remixes y ediciones en vinilo) es imposible omitir a Cerati, mecenas, huésped y amigo de la banda desde el principio. Pedro felicita a los cafeteros y responde con naturalidad, aunque le cambia la voz al recordar al amigo ausente y omnipresente: “No sabría decir por qué, pero la amistad fluyó desde el primer momento. Nos conocimos por Cecilia Amenábar, cuando nos hizo un video de Pasión descalza. Gustavo nos dio una mano muy fuerte, desde habernos prestado su estudio, invitarnos a su casa, abrimos shows suyos, grabamos temas con todas sus guitarras: fuimos demasiado afortunados”, dice el líder de esta banda que también es una referencia. Canu de hecho produjo a Tierra de Conejos y está trabando con el próximo disco de Silent, bandas del colectivo artístico marplatense Desde El Mar. Moscuzza: “Ellos nos suelen nombrar como referentes, pero creo que es una cuestión generacional: la verdad es que cuando empezamos ellos no existían. Y a nosotros capaz que también nos influenciaron bandas de acá como Video, Dream o los Psicóticos, que eran bandas de allá anteriores”.

Canu: “Es cierto que en Buenos Aires las cosas tiene más repercusión, aunque acá el entorno siempre nos inspiró musicalmente. Y estamos cerca. Igual cuando estuvimos tocando en Perú, México o Chile yo siento que estábamos representando a Argentina y no a Mar del Plata”.