En un extremo de la mesa, un jugador con una pelotita de ping-pong; en el otro, unos cuantos vasos llenos de cerveza: la escena se repite cada fin de semana en los campus universitarios de los Estados Unidos, pero cobró relevancia el mes pasado, cuando en todos los diarios apareció una foto de la hija mayor del presidente norteamericano en medio de una fiesta. ¿Hay algo más cool que romper el protocolo? A los 17, Malia Obama está un poco cansada de vivir en una burbuja.

Más allá de lo que los medios sensacionalistas hubieran querido decir, lo cierto es que la buena de Malia ni siquiera estaba bebiendo (la edad legal para hacerlo fuera del hogar familiar en los Estados Unidos es de 21 años), sino simplemente recorriendo la Universidad de Brown, donde podría estudiar a partir del año que viene. Aplicada como su padre, la primogénita de los Obama ya empieza a pensar en el futuro. En julio, por ejemplo, hizo una de sus primeras pasantías laborales como asistente en el set de filmación de Girls, la serie creada por Lena Dunham. Quizás sea esa combinación entre responsabilidad y desprejuicio lo que llevó a la revista Time a describirla como una de las jóvenes más influyentes de la actualidad.

De niña tímida a adolescente segura de sí misma, Malia está convirtiéndose en un ícono para la gente de su edad. Si por su condición de “hija de” era inevitable que cada una de sus acciones fuera examinada con lupa, lo llamativo es que haya logrado construirse como fuente de inspiración antes que como fuente de chimentos, especialmente siendo tan joven. Lejos de caer atrapada en las leyes del protocolo y el lugar común, monitorear sus consumos culturales puede ser una buena manera de descubrir a algunos de los artistas más interesantes del momento en los Estados Unidos, como la vez en la que se puso una remera de Pro Era, el colectivo de hip-hop liderado por Joey Bada$$, o cuando fue al Lollapalooza de Chicago a ver a Chance The Rapper. Piola, ¿no? Y hoy, mientras Barack encara su último año en la Casa Blanca, Malia empieza a ver en el horizonte una vida aún mejor, sin escándalos por pavadas ni guardaespaldas del servicio secreto.